La última vez que pasamos por Lalín, un amigo nos recomendó acercarnos a conocer el Museo Gallego de la Marioneta y hasta allí nos acercamos.
El museo, inaugurado en 2001, se encuentra en el impresionante Pazo de Liñares, en un entorno rural muy tranquilo y que permite hacerse una idea de la importancia de la localidad en su momento y de la familia dueña del pazo.
El tamaño es pequeño, y se divide en dos estancias en sendos pisos comunicados por una impresionante escalera de piedra. La exposición permanente se basa en la donación de las marionetas de la compañía Viravolta Títeres, y cada año se añaden más piezas.
Resulta impresionante ver el trabajo artesanal de las marionetas expuestas, provenientes de varios países del mundo, y el detalle de todas y cada una, unos trabajos dignos de visita, más aún si vamos en familia.
Además de las salas de exposiciones, el edificio tiene biblioteca (estaba cerrada cuando fuimos), salas para actos y eventos y oficinas de investigación y documentación. A lo largo del año se hacen diferentes actividades divulgativas y talleres infantiles.
El acceso es libre y hay una urna en la que si se desea se puede realizar una donación.
No dejéis de recorrer el jardín trasero del pazo ni la balconada con arcos, desde los que se tiene una vista fantástica del entorno.
Cuidado cuando vayais, no está señalizado como museo, encontraréis todas las señales con el nombre del Pazo de Liñares. Hay un desvío en la carretera que va de Lalín a Santiago y que en dirección Lalín os quedaría a mano izquierda un par de kilómetros antes de llegar a la zona urbana, en la parroquia de Prado.
Abre de martes a domingo de 10 a 14 y de 17 a 20 horas.
Qué sitio tan chulo. A ver si para la próxima pilláis la biblioteca abierta.
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