"Mi madre me llamó Silver. Nací mitad metal precioso y mitad pirata. No tengo padre".
Así empieza su historia, así comienza Jeanette Winterson a contarnos la vida de una niña huérfana y un solitario farero en Escocia. Silver nació al borde del acantilado, en una casa inclinada, acompañada de su fiel amigo DogJim, un perro que extrañamente tenía las patas traseras más cortas, quizá para adecuarse a esa vida en la casa inclinada.
Pew habla a Silver de lo que en aquel lugar ocurrió cuando se hizo el faro, a principios del siglo XIX, cuando incluso Darwin o Robert Louis Stevenson fueron al pequeño pueblo de Salts. Este último fue de hecho el artífice del faro.
La historia del faro y del pueblo sirven a Pew para contar otras historias, para encandilar a Silver con sus mágicos cuentos, cada día. Su momento preferido junto con la hora de sacar brillo a la mecánica del faro.
No hay en la historia un hilo temporal, las cosas se van sucediendo conforme Silver las recuerda, y no siempre sigue un orden, pero el lector entiende perfectamente la historia, las historias que surgen a raíz de las dudas, reflexiones y preguntas de Silver a Pew.
"Pew, ¿por qué mi madre no se casó con mi padre?
Nunca le dio tiempo. Él iba y venía.
¿Por qué Babel Dark no se casó con Molly?
Dudaba de ella. Jamás debes dudar de la persona a la que amas.
Pero puede que no te diga la verdad.
No importa. Dile tú la verdad.
¿Qué quieres decir?
No puedes ser la honradez de otra persona, pequeña, pero sí puedes ser tu propia honradez.
Entonces, ¿qué debería decir?
¿Cuándo?
Cuando ame a alguien.
Deberías decirlo". (pág. 82)
Las historias de Pew sirven para que Winterson nos invite a reflexionar sobre lo que importa, sobre lo que hemos de valorar en nuestra vida, en el día a día, en todos los ámbitos, con un lenguaje delicioso, cuidado, a ratos poético y cuajado de metáforas y con frases y párrafos cortos que hacen que resulte una lectura fácil y agradable.
"Las cosas auténticas son demasiado pequeñas o demasiado grandes, o en cualquier caso nunca tienen el tamaño adecuado para encajar en el templo llamado lenguaje.
Eso ya lo sé. Pero también sé otra cosa, porque me criaron para ser farera. Apagad el bullicio del día a día y al principio sentiréis el alivio del silencio. Luego, muy quedo, tan quedo como la luz, regresa el significado. Las palabras son la parte del silencio que puede ser hablada". (pág. 123)
Una lectura deliciosa, doscientas páginas que se disfrutan por la historia, por los personajes, por la manera que tiene la autora de contarlo y una traducción impecable de Alejandro Palomas. Para mí ha sido un gran descubrimiento la novela y os la recomiendo encarecidamente.
El faro de Cape Wrath, donde transcurre la historia. Foto: http://www.photographers-resource.co.uk |
Otro libro que me apunto, que me has dejado con muchas ganas.
ResponderEliminarBesotes!!!
No te arrepentirás, es una maravilla. ¡Besos!
EliminarLo tenía apuntado y con tu reseña ha subido puestos, besotes y gracias por la misma.
ResponderEliminarGracias a ti por pasarte, espero que lo leas y nos cuentes qué te ha parecido. Besos!
EliminarNo le había prestado atención y, aunque no sé si es de mi estilo, me ha llamado gracias a tu reseña. Y si encima tan bien traducido, ¿quién se puede resistir?
ResponderEliminarUn besito.
¡No te resistas Xavier! Besos
EliminarVaya, pues sí que tiene pinta de ser un descubrimiento. Me lo apunto ahora mismo.
ResponderEliminarSeguro que te gusta.
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