Estos primeros días del año están siendo bastante agotadores, con el peque malito, yo con dolor de muelas... Y desde luego sin descansar es complicado concentrarse para leer. Tenía en mi mesilla de noche las próximas lecturas organizadas, pero me veía incapaz de abordar una novela histórica o una saga familiar.
Recordé entonces que Raquel Martos, con la que me lo paso fenomenal cuando interviene en el programa de Julia Otero (comparte la sección Las Personas Físicas con Juan Gómez-Jurado), había escrito alguna novela y la tenía en mi Kindle.
En efecto, esta historia estaba en mi Kindle esperándome y le tocó el turno.
Raquel Martos desborda talento, tiene una vis cómica fabulosa y escribe unos guiones ágiles, mordaces, interesantes. Me gusta muchísimo, y ahora que he leído esta novela, me gusta todavía más, porque he visto plasmada en ella a la Raquel Martos que escucho por la radio y me ha encantado.
Raquel nos cuenta al final de la novela que ella misma vivió un problema importante con sus cuerdas vocales, sufrió dos operaciones y creyó que ya nunca volvería a dedicarse a su profesión y pasión: la radio. Imagino que esta historia personal serviría de base e inspiración para contarnos cómo Carla, una locutora de radio, tiene que operarse y guardar silencio durante seis semanas para recuperarse.
Ella, que es una charlatana impenitente, de las que habla y luego piensa, de las que siempre tiene algo que decir, tiene que estar en silencio, pegada a una pizarra para poder comunicarse con los demás. Y este parón, este escuchar más que hablar, le vino muy bien a Carla.
"Conviene parar de vez en cuando, cruzar a la otra acera y ver nuestra vida, y a nosotros mismos, dese otro prisma, para fijarnos bien, para volver a sentir, para dejarnos seducir de nuevo como aquel primer día en el que abrimos lo que nos brindaba el destino como un regalo, desenvolviendo con cierto temblor de manos el papel brillante y sintiendo la emoción de que aquello que tanto deseábamos era nuestro por fin".
La operación de Carla coincide con un momento complicado a nivel personal y profesional. Acaba de dejar una relación muy tóxica con su ex y sospecha que en la radio habrá recortes que pueden afectarle muy directamente.
"La vida es lo único que tenemos y el momento es el que nos toca. Te ha tocado este, se siente, te jodes, lo coges o lo dejas, vives la vida o te tiras por el balcón. Yo, desde luego, paso de balcones, tengo vértigo".
"Es difícil evolucionar sin moverse del sitio; para crecer hay que marcharse, sentir el vértigo que comporta cada reto, asumir el riesgo y superar el miedo a fracasar. Pero yo nunca aprendí esa lección, esperé y esperé hasta desesperar".
Y Carla durante estas semanas vive una montaña rusa de emociones, con su mejor amiga, Marián, con su mejor amigo, Juan, su confidente desde la Universidad, con su madre, a la que redescubre como mujer...
"Es tan placentero cobijarse en el mundo madre, así tengas cincuenta años, que, a veces, se te olvida quién es ella, la que está detrás del título de "mamá". Y olvidas que tiene sus propios sueños y frustraciones, sus propios deseos y necesidades, que tiene su propia vida y que esta no gira únicamente en torno a ti".
Raquel Martos. Foto: www.ondacero.es |
A ratos reflexiva, a ratos divertida, irónica, incluso faltona, según el personaje que tenga protagonismo en ese momento, la historia se lee entre la risa, la sonrisa, la nostalgia, la asertividad y la emoción.
"Es imprescindible detenerse a elaborar recuerdos, ser conscientes en tiempo real de lo que nos va sucediendo porque, cuando desaparece el instante, es lo único que nos queda, la memoria de lo que un día vivimos, cuando fuimos inmensamente felices, cuando sentíamos que no importaba nada más, como ahora".
"Follar es antioxidante, ni té blanco ni resveratrol, ni hostias, cada polvazo te rejuvenece un día y si te masturbas tú, a mano o a máquina, te quitas un cuarto de hora, ja, ja, ja".
Estoy segura de que repetiré con Raquel Martos, ya me han recomendado otra de sus novelas: Los besos no se gastan. El título promete.
Lo tengo en casa, a ver cuando me pongo con él, besotes y gracias por la reseña.
ResponderEliminarPues como yo, que lo tenía en casa y de repente, sin contar con ello, se coló en mi lista ;) Ya contarás. Besos
EliminarTomo nota de ella. Seguro que me divierto con su lectura: tu reseña invita a leerla, ya lo creo. Bss.
ResponderEliminar¡Una lectura de lo más entretenida! Y sí, te echarás varias risas, garantizado. ¡Besos!
EliminarParece muy divertida, ideal para pasar el rato y hay veces que sólo buscamos eso en una novela.
ResponderEliminarUn beso.
Entretenidísima a la vez que reflexiva. Muy recomendable. Besos!
EliminarYo la he leído también hace poco. Una de las grandes virtudes de Raquel Martos escritora es llegar al corazón de cosas importantes con sencillez. Y darnos el gustazo de que nos identifiquemos con la protagonista. Te gustará mucho Los besos no se gastan. Te lo garantizo.
ResponderEliminarHuy, no sabía yo quién era Raquel Martos hasta que he visto la foto. No he leído nada suyo, pero me lo apunto por si acaso. Espero que ya estés mejor de tu dolor de muelas, qué rollo...
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