Restaurante Isla de Tambo, Poio

En las proximidades de la playa de Cabeceira, un tranquilo arenal del ayuntamiento de Poio, nos encontramos con el restaurante Isla de Tambo, que debe su nombre a la isla que queda justo enfrente.

Llegamos aquí sin ningún tipo de referencia previa, estábamos en la zona por la celebración de una competición y nos gustó porque reunía muchos ingredientes para pasar el día en familia: la playa pequeña y tranquila, una amplia zona verde con columpios y varios establecimientos de restauración.

El Isla de Tambo tiene zona de terraza, comedor interior (compartido con la zona de bar) y salón de banquetes. Nosotros elegimos comer en el interior, aunque había bastante ambientillo en la terraza y estuvimos muy tranquilos. Las mesas ocupadas eran de familias con niños pequeños. Nos atendieron con mucha rapidez y amabilidad y esta fue nuestra elección:
De entrada pulpo á feira, impecable, de los mejores pulpos que he comido, realmente bueno.
De segundo fallamos en la elección... pedimos fideos con almejas y aunque vimos cómo sacaban las almejas (enormes por cierto) de la pecera del restaurante donde estaba también el marisco, la lástima fue que yo creo que era mucha pasta y el sabor por lo tanto menos intenso que si hubieran echado la mitad de pasta, realmente la cantidad era excesiva, dejamos la mitad de la ración para dos y nos dió mucha pena que con tan buena almeja el cocinero hiciera un plato tan falto de gracia...
Los postres fabulosos, tarta de chocolate casera y tarta de queso al horno y de precio bien, ni baratísimo y saliéndose de madre.

En fin, nos fuimos con la sensación de haber estado en un lugar con excelente materia prima pero sin haber acertado con el plato principal, habríamos acertado más con unas almejitas a la marinera o un arrocito... así que si vais, mi consejo es que os decantéis por otros platos, pero sigo pensando que el local es recomendable.