RESTAURANTE MESÓN COMPOSTELA. VIGO

Buscábamos cerca de nuestro hotel en Vigo un sitio para cenar sin complicaciones y bien temprano. Habíamos comido muy tempranito y rondaban las ocho y media de la tarde. Nos dirigimos a la Plaza de Compostela, donde hay una gran variedad de establecimientos, seguros de que algo encontraríamos.

Así fue en efecto, terminamos cenando en el Mesón Compostela. Hacía un poquito de fresco para cenar en la terraza que tenía pinta de ser muy agradable, así que nos instalamos dentro. Había dos opciones, el comedor al fondo, más formal, por decirlo de alguna manera, o bien la zona de la barra, más tipo mesón y con mucho ambiente de gente cenando o tomando un vino. Aquí decidimos quedarnos, nos gustó el ambiente y nos cortó un poco que la zona de restaurante en esos momentos estuviera vacía.

Nos atendieron muy pronto, con gran profesionalidad. Los camareros, unos cinco o seis, iban uniformados y su atención fue en todo momento perfecta y muy cordial, incluso bromeando con nuestro niño, así como muy rápida entre plato y plato.

La carta es amplísima, con tablas de quesos y embutidos, raciones para picar, ensaladas, revueltos, tortillas, y también carnes, pescados mariscos... Decidimos comer en plan raciones y elegimos unos calamares, ensaladilla, mejillones al vapor y tortilla española. Todo estaba fabuloso, la calidad fue excelente, disfrutamos mucho de la comida.

Solemos tener siempre un hueco para el postre, somos todos muy golosos, así que pedimos la especialidad de la casa, una tarta de hojaldre y manzana caliente con una salsita de toffee que estaba increíble y cañitas rellenas de crema, alucinantes!

En resumen, cenamos fenomenal, a nuestro ritmo gracias a un servicio rápido y eficaz y a la hora de pagar los cincuenta euros, una cantidad bastante alta, lo vimos más que justificado por lo que os comentaba, la calidad, la atención, la situación del establecimiento en pleno centro de Vigo, en muy buena zona, de lo más recomendable!