viernes, 1 de noviembre de 2013

MAMÁ


Hoy no te recuerdo porque toca, por ser la fecha que es, pero precisamente por eso, por ser la fecha que es, hoy, como todos los días del año estás en mi mente.
Tienes un nieto maravilloso, lo sabes, sé que estarías absolutamente prendada de él, tiene tantas cosas que te harían disfrutar con su compañía... Mario sabe que no estás, hace unos días me preguntó por qué te fuiste y a pesar de los años fui incapaz de contestar, un nudo en mi garganta, unas lágrimas que acudieron a empañar mis ojos y una frase salvadora de su padre desviando el tema, pero no es fácil dejar cosas sin respuesta para él: "Cariño, no importa cómo fue, simplemente no está".
Pero sí importa, claro que importa, y duele, mucho, cada día, cada hora... Llegué de trabajar aquel cinco de enero de 2005, la comida ya casi estaba lista y la tarde se presentaba llena de papel de regalo, etiquetas y cajas que esperaban su vestimenta colorida para convertirse al día siguiente en una sorpresa, en una sonrisa, en un día de ilusión, un día que tú hiciste que siempre fuese especial, que nunca perdiese su magia.
Sonó el teléfono y la voz entrecortada de papá me dijo que subiese a Santiago, que te habías marchado. Me paralicé, no podía creer lo que me llegaba desde el otro lado de la línea y empecé a buscar en mi mente nuestra última conversación, necesitaba saber cuál era la frase, la palabra que te habías llevado, si había sido amable, cariñosa, si era digna de ser ese último recuerdo. Seguramente no, pero no lo sabía, de haberlo hecho te hubiese repetido hasta la saciedad lo que te quería, lo duro que era llevar tu enfermedad pero que nada haría que te dejase de querer, de hacerlo a pesar de tus defectos, gracias a tus virtudes, a todo lo bueno que me transmitiste, a pesar de los errores que cometiste y yo trato de no repetir.
Mamá, el 25 abril hubieras cumplido 68 años, pero te marchaste con 59, soñando con la jubilación y los viajes que harías para visitar a la familia a Perú, el día 21 de enero es nuestro santo, ahora lo celebro sola, este verano, el 15 de agosto papá y tú hubieseis celebrado vuestro aniversario de boda, nada menos que 43 años juntos... recuerdo tu emoción cuando celebramos las bodas de plata y lograste que papá viajase contigo a Roma.
Hoy también te recuerdo, mamá, pero como cada día, como cada vez que algo me trae a la memoria tu recuerdo, esas clases de latín en verano, esa maravillosa mitología romana que me contabas como si fueran cuentos, ese punto de cruz que compartíamos, esas compras en Portugal en las que disfrutábamos muchísimo, cada vez que miro a mi hijo, cada vez que le digo que le quiero, cada vez que me abraza y me dice que me quiere, una frase que tú también repetías hasta la saciedad.
Estés donde estés, siempre, siempre estarás en mi corazón

9 comentarios:

  1. Un abrazo bien bien grande, Matiba!!

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  2. Ya sabes que en estos momentos así me cuesta hablar porque se me pone un nudo en la garganta. Tú misma lo comprobaste en el pequeño homenaje que le hicimos a los héroes de Angrois. Un fuerte abrazo. Paco.

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  3. Uff, sin palabras me has dejado...
    Muchos besotes guapa!!!

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  4. Qué texto tan lleno de sentimiento. Me has hecho emocionarme. Siento muchísimo que no tengas a tu madre a tu lado, que la eches tanto de menos, sobre todo cuando tienes a tu hijo, cuando te ves reflejada como madre. Pero esté donde esté seguro que ella sigue velando por vosotros. Un abrazo muy fuerte.

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  5. Hala, jartón de llorar que acabo de pegarme leyendo esto... :'-(

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  6. Tus palabras me han emocionado, estoy con el pañuelo sonando el moco... muchos besos Inés.

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  7. Inés, mientras tú la recuerdes, ella seguirá viviendo ... y disfrutando en ti.

    Un abrazo

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