viernes, 20 de mayo de 2016

PROMÉTEME QUE SERÁS DELFÍN























Hace tres años se publicó Prométeme que serás delfín en ebook y esta semana se ha cumplido el sueño de Amelia Noguera de ver en papel esta novela de la que hoy os hablo.
La historia que nos cuenta es la de un colegio en el que aparece asesinada una profesora, metida dentro de un armario y con la boca y las muñecas enrolladas con celo. Profesores y alumnos vivirán con miedo estos momentos, algunos tienen sus sospechosos... Pero el libro encierra mucho más que un domestic noir al uso, porque si algo sabe hacer Amelia es conseguir que el lector se calce los zapatos de los personajes y realmente forme parte de la historia, sienta la angustia de Sofía cuando Adela la castiga, la preocupación de su madre, porque no es nada fácil lidiar a diario con una niña como ella, con TDAH, una niña diferente que no encaja en un mundo estereotipado, donde todos los perfiles han de ser planos. Menos aún cuando se está sola, cuando el padre no ha querido o no ha sabido llevar la situación, así que tendrá que ayudar a Sofía lo máximo posible y tratar de que el sistema educativo entienda que no es rebelde, que no es mala, que simplemente su cerebro funciona de una forma distinta. Y no sólo eso, ella es especial, un delfín, un tipo de persona tan necesaria como poco frecuente.

"Seguimos enseñando lo mismo que hace doscientos años. Como si nada hubiera cambiado. Hazme caso, no hay que darle demasiada importancia a los exámenes y, sobre todo, jamás hay que creer que, si los suspendes eres tonto. Lo de las inteligencias múltiples se sabe hace dos décadas al menos; los americanos, sí, que siempre van por delante. Nosotros los profesores poco podemos hacer en eso, el sistema es el que es; aunque luego cada uno puede hacer muchísimo si es valiente..." (pág. 92)

Madre e hija son realmente las protagonistas, las que nos atraparán y a través de ellas viviremos todo lo cotidiano, narrado por la madre en primera persona y por una amiga de la hija, el mundo adulto y el mundo infantil, desde el cual también se ve el de los adultos desde un prisma muy distinto.

" Creo que los niños  deberían hacer huelga indefinida hasta que los adultos dejen de someterlos al maltrato solapado que consiste en ignorarlos para casi todo. Y es que la mayoría no tienen demasiado claro que no hay tragedia más dolorosa en la vida de un chaval que el que sus amados progenitores decidan de repente y sin contar con él, cambiar algo que le afecta sobre todas las cosas, lo cual, además, suele ser habitual". (pág. 48)

Amelia Noguera. Foto: www.todoliteratura.es
Gracias a la enorme sensibilidad y capacidad de empatía de la escritora, nos meteremos con facilidad en el mundo infantil y sentiremos, al menos a mí me ha pasado, una gran inquietud. Lo que Amelia presenta y a mi entender denuncia a través de esta historia, me ha tocado mucho. Los dos días que tardé en leer las casi 300 páginas de la novela no podía parar de pensar en lo real, lo veraz de todo lo que ocurría entre sus páginas: El maltrato infantil, por parte de profesores, alumnos o incluso padres, que se silencia, se consiente o simplemente se interioriza como un hecho sin importancia; la penosa situación de colegios y hospitales por los recortes irracionales, que dejan sin profesores de apoyo a un niño que no es capaz de seguir el ritmo, o que no consideran necesario tratar a una persona de cierta edad que tiene un cáncer, mejor que se vaya, será una pensión menos que pagar... Así de sencillo, así de duro y así de claro nos lo cuenta Amelia, reflejando un país que por desgracia existe y situaciones que son reales y continúan.
En muchos momentos me he visto reflejada en la madre de Sofía, en los desacuerdos de la amiga que narra su día a día en el colegio... Yo tampoco entiendo este sistema que no es capaz de entender que lo diferente enriquece, que los niños no son todos iguales ni lo serán nunca, que mata la creatividad, que no motiva las naturales ansias de aprender, que no escucha a los niños, que impone la autoridad sin más, sin razonar, sin explicaciones.

"¿Copiando se aprende a pensar? Claro que no, a pensar se aprende leyendo, entendiendo y cuestionando lo que se lee; para copiar, están las fotocopiadoras. ¿Y dónde queda la imaginación, la fantasía? ¿Dónde queda la creatividad?". (pág. 109)
"¿Qué están enseñando estos profesores nuestros? ¿Que los niños no deben confiar en sus padres? ¿Que un profesor no puede pedir perdón? ¿A que siempre que mi hijo sale con notitas de queja de su profesora yo lo castigo aunque no sepa si ella tenía razón?". (pág. 153)

Aunque no todo lo que veremos es negativo, afortunadamente algunos personajes aportarán esa imprescindible esperanza, esas ganas de hacer las cosas de una manera distinta, mejor.

"Nuestra nueva tutora pensaba que dominar el difícil arte de entender aquello que te quieren transmitir las palabras en sus infinitas combinaciones además de saber articularlas para emitir sonidos, constituía la diferencia entre un analfabeto funcional y alguien capaz de pensar por sí mismo". (pág. 122)

Me ha gustado mucho la novela, creo que Amelia Noguera es una apuesta segura a la hora de decidir una lectura. Esta es una historia diferente a las que suele escribir, pero en esencia está su huella, tan reconocible y especial. 
Agradezco muchísimo a Suma de Letras que me haya enviado un ejemplar para poder leerlo y a Amelia su preciosa dedicatoria en la que me decía que sabía que el libro me perturbaría, y vaya si lo ha hecho, mucho.

3 comentarios:

  1. Lo leí en digital y me gustó muchísimo. Una novela que te hace pensar, que te hace reflexionar. Y con la prosa exquisita de Amelia.
    Besotes!!!

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  2. Me paso muy por encima de tu reseña, porque ya mismo la estoy leyendo, pero veo que Amelia Noguera sigue en su línea: reconquista a los lectores con cada novela que escribe. Bss.

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  3. Tengo ganas de leerlo ya, pero a saber cuándo le toca el turno, con el atasco que llevo...

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