Esta novela llegó a mis manos de pura casualidad. Estando en una librería me llamó la atención la portada de la última novela de Rafik Schami, así que tomé nota y fui a mi biblioteca a ver si tenían algo de este escritor de origen sirio que para mí era un absoluto desconocido, a pesar de haber tenido un enorme éxito con El lado oscuro del amor.
Además de esta novela, en la biblioteca tenían El secreto del calígrafo, que fue mi elección final, por tener muchas menos páginas que la primera, la verdad es que no me atreví a que mi primer contacto con Schami fuese un "tocho".
La historia que encontraremos en esta novela nos lleva a la ciudad de Damasco tras la independencia de Siria, a mediados del siglo pasado. Nura, la esposa del reputado calígrafo Hamid Farsi, ha huído y crecen los rumores sobre los motivos, unos apuestan por que ha escapado de su marido y otros opinan que se ha fugado con un amante.
Con este punto de partida, iremos conociendo la vida de Nura y la del calígrafo, tanto su vida juntos como el recorrido anterior de ambos, antes de que sus familias concertasen su matrimonio.
Cristianos, judíos y musulmanes conviven en Damasco, mostrándonos que aunque la vida cotidiana es tranquila y armónica, entre ellos hay muchos prejuicios que todavía perviven.
Lo que más me ha llamado la atención de esta lectura es poder conocer la vida cotidiana, las costumbres y sobre todo el papel de la mujer en este momento y este lugar del mundo. He de reconocer que por momentos me costó pensar que la historia que estaba leyendo había ocurrido hace menos de un siglo, porque tanto las costumbres como el ambiente parecían retratar una sociedad del siglo XVIII, aunque la ciudad empieza a construir sus barrios residenciales y proyectar sus primeros centros comerciales.
Rafik Schami |
La mujer no tiene que tener pensamiento propio, no ha de tener capacidad de decisión y su felicidad o intereses no importan nada, ni es nada sin un hombre a su lado... No digamos su placer sexual, un espacio reservado únicamente al hombre, tanto en el hogar como fuera de él, con frecuentes visitas a los prostíbulos.
"Cuando te tome, no tengas miedo de él. Aprieta los dientes y él ya estará dentro, y antes de que hayas contado hasta diez escupirá en tu interior el zumo de sus deseos. Empieza a contar de nuevo, y antes de que hayas llegado a cien, lo oirás roncar; si es muy potente lo repetirá tres veces como máximo, y entonces no será más que un trapo sudoroso" (pág. 146).
"Widad le aseguró que estaba mucho mucho mejor que algunas mujeres. Nura sabía que Widad, y también Sultana y otras amigas, nunca podían salir sin compañía masculina. Su frontera era la puerta de su casa. Sultana incluso tenía que mirar a escondidas por la ventana sin que nadie la viera" (pág. 196).
"Entre los cristianos nadie tenía gran interés en saber quién visitaba a quién. Las casas estaban abiertas, y hombres y mujeres se visitaban unos a otros. Ella ya lo había visto siendo niña porque en el barrio de Midán vivían muchos cristianos. Allí las mujeres se sentaban con los hombres durante las visitas" (pág. 276).
En el tema de la educación en las escuelas, por desgracia poco ha cambiado desde entonces hasta ahora y seguramente esta reflexión podría aplicarse a nuestro propio país hoy día:
"Fustigamos a nuestros niños hasta convertirlos en papagayos que lo aprenden todo de memoria. El principio del aprendizaje memorístico es comprensible y útil en el desierto, pero ahora tenemos libros que conservan el saber mejor que cualquier memoria. La repetición educa para ser súbditos y asfixia las preguntas de los niños. A los diez años presumen de saber recitar libros enteros, pero sin haber entendido una línea. Nuestros niños deben aprender a comprender preguntando, y no sólo a reproducir de memoria" (pág. 396).
Damasco |
He disfrutado de esta novela, metiéndome por las callejuelas damascenas, deleitándome con el ambiente de las calles comerciales, los antiguos oficios, la gastronomía... Y sorprendiéndome e indignándome por el lugar de la mujer, que creí que en aquel momento sería algo mejor. Es enorme el contraste entre musulmanes y cristianos en este aspecto concreto.
La conclusión es evidente: El conocimiento del otro enriquece la relación, la normaliza. Muchas veces partimos de prejuicios que no se corresponden con la realidad y en ocasiones nuestros miedos a otras culturas provienen del desconocimiento que tenemos de ellas.
Un autor que os recomiendo, para mí ha sido un grato descubrimiento y seguro que leeré algo más de él.
Parece que fue un acierto elegir esta novela para familiarizarse con la narrativa del autor. Es interesante lo que nos cuentas de ella. Bss.
ResponderEliminarDesde luego, todo un descubrimiento. Bss!
EliminarAh, pues para mí este autor también es desconocido, así que tomo nota, incluso del "tocho".
ResponderEliminarYo ya tengo en casa el último, al tocho de momento lo dejo esperar...
EliminarMe apunto la recomendación, que me parece interesantísima, por el tema que trata. Gracias por la reseña.
ResponderEliminarBesooos!!
Espero que la disfrutes! Muchas gracias a ti por leerme. Besos
EliminarMe da a mí que no es una de esas lecturas que me atraparía. Creo que la voy a dejar pasar, porque ahora mismo me apetece otro tipo de novelas.
ResponderEliminarUn besito.
Pues apúntatela para otra ocasión, seguro que te gusta. ¡Besos!
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