jueves, 3 de noviembre de 2016

EL TIEMPO MIENTRAS TANTO

"La mujer que va a morir y no lo sabe, o quizá sí, tiene los ojos cerrados, el cuerpo rígido, las manos abiertas, los dedos extendidos".
Maria José va a morir, todos lo saben y ella... Quizá ella desde su coma también lo sepa, no se sabe si las personas en ese estado logran saber qué ocurre a su alrededor. Precisamente por esto, por si a Maria José le llega algo tras el accidente que la ha llevado a la cama de un hospital y a un coma irreversible, su madre, su mejor amiga, Marga, su padre e incluso hacia el final su exmarido, entran en su habitación, toman su mano inerte y le hablan.
A través de lo que los visitantes de la mujer que va camino de la muerte le cuentan, reflexionan o hablan entre ellos, se va desgranando la historia personal de cada uno, reflexionando sobre los silencios, las expectativas que no se cumplen, los sueños rotos y las vidas ancladas en un pasado que no deja disfrutar el presente.
Pilar, la madre, es la que tiene un mayor protagonismo y una vida más desgarradora e infeliz, con una amargura permanente que hace que tanto su hija como su marido, Paco, sean siempre víctimas de sus quejas o de su ira, aunque en realidad no tengan la culpa de nada. La culpa de todo la tiene ese amor de juventud que la llenó de promesas incumplidas y la dejó en la pregunta permanente de "¿y si?", ¿qué hubiera pasado? Nadie lo sabe, pero a Pilar, que no deja de darle vueltas a la vida que pudo tener y no tiene, no le deja disfrutar de lo que sí tiene.
Paco no ha perdido nunca la esperanza de que su mujer algún día se de cuenta, le mire y trate de quererle, a él que está siempre a su lado.
Marga es la amiga fiel, desde siempre paño de lágrimas de Maria José, defensora ante los que se burlaban de su sobrepeso. Marga va todos los miércoles a visitarla y esta visita la deja con la moral por los suelos, tiene sentimientos encontrados, quiere ir cada semana, pero quiere también dejar de ir, que termine el sufrimiento de ver a su amiga inmóvil sin ninguna posibilidad de que pueda despertar.
Sentimientos a flor de piel, pasados que explican los presentes, reflexiones de cada uno sobre lo que podía haber sido mejor en su vida y también en su relación con María José, sobre todo en Pilar, una madre que se da cuenta de que no lo hizo nada, nada bien.


"- Es que, si me lo permites, Pilar, un poquito gordita tu hija sí está.
A Pilar se le llenaron los ojos de lágrimas. Quiso decirle que también ella se merecía un doña delante del nombre, que su hija no estaba gordita, sino gorda, pero que eso no tenía que ser motivo de insulto. Quiso preguntarle si a ella le gustaría que los demás se rieran del siete que llevaba zurcido en la falda o de la calva que se le intuía por debajo del pelo cardado como si fuera un casco romano. Quiso exigirle que protegiera a su hija, que era lo que más quería en el mundo. Quiso amenazarla: o me la cuida o aquí va a pasar una desgracia, pero tuvo miedo de echarse a llorar si abría la boca, así que la mantuvo cerrada un buen rato".

Carmen Amoraga. Foto: www.abc.es


Carmen Amoraga invita al lector a reflexionar, a mirarse dentro para preguntarse cómo es su vida y su actitud ante ella, ante aquellos que le rodean, qué silencios, qué palabras ha pronunciado...
Una lectura tranquila, pausada, que ahonda en los sentimientos y que resulta triste a la vez que esperanzadora, nos lanza el mensaje de que de nuestra propia actitud depende nuestro ánimo ante lo que nos rodea. Quizá no podamos cambiar el entorno, pero sí la forma en que nos afecta o la forma de relacionarnos con él para que no nos dañe.
Ninguna de las personas que pasan por la habitación de Maria José será la misma a partir de entonces, todos ellos empezarán una nueva vida, o una vida con un nuevo enfoque.
Si bien el último tercio de la novela se me hizo lenta, es una lectura que recomendaría y que me sorprendió gratamente.

3 comentarios:

  1. Me llevé una gratísima sorpresa con esta novela. No sabía qué esperar de ella y la leí al poco de que llegara a las librerías, y la disfruté muchísimo. La prosa de la autora me enamoró y tengo ganas de volver a leer algo de ella.

    Un besito.

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    1. Yo leí la novela en un grupo de lectura, sin esperar nada, y también fue una grata sorpresa. En su momento no me llamó la atención, lo reconozco, y ha estado bien leerla ahora, me ha gustado.

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  2. Huy, pues había oído hablar de ella pero medio de pasada, ni siquiera sabía de qué iba la historia. Creo que me podría gustar, me la apunto.

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