sábado, 16 de septiembre de 2017

LA TIGRESA Y EL ACRÓBATA

Susanna Tamaro publica la que será su última obra dirigida a un público adulto. Una deliciosa fábula en la que nos acerca a la vida de Tigrita, una tigresa siberiana, que siente la necesidad de ir más allá del entorno que conoce, ver qué hay más allá de la taiga, donde se espera de ella que forme una familia y así perpetúe la especie, pero siente que allí no está su lugar, el tipo de vida que querría, de manera que emprende un viaje en el que conocerá al ser humano y lo peor y lo mejor de éste. Conocerá a un sabio chamán cuyas enseñanzas comprenderá con la madurez y su experiencia vital, sabrá lo que es la falta de libertad en la jaula de un circo, lo que supone encontrarse en un medio que no es el suyo.

"Cuántas veces mientras el público vocinglero desfilaba ante ella le habían vuelto a la cabeza las palabras del Hombre:
- No es lo mismo tener ojos que tener mirada.
- ¿Qué quieres decir?
- Los ojos están ligados a las manos, mientras que la mirada está ligada al corazón. La mirada no sabe ni de distancias ni de barreras. Los ojos, por el contrario, lo miden todo, y, si encuentran un hueco, al instante construyen un muro".

Tigrita también recordará a su madre, con mucha frecuencia, consciente de que el vínculo con ella es imborrable y muy fuerte. Ella, como hacen todos los tigres, dejó a sus hijos cuando consideró que estaban preparados para la vida adulta, pero su pequeña tigresa no entendió que debía desprenderse de este lazo, iniciar su vida y formar su propia familia.

"Al escuchar todavía en sus oídos la voz de la Madre se sintió de pronto frágil. Se inclinó y rozó el agua con las zarpas anteriores.
¡Cuánto tiempo había pasado desde que emprendiera su viaje para buscarla!
¿Dónde estaría ahora su Madre?
¿Podría verla, igual que ella era capaz de oír su voz?
"Entre quien da la vida y quien la recibe hay un hilo que nunca se rompe", le había dicho cierto día".

"En el duermevela del amanecer volvió a aflorar la mirada de la Madre; tenía la misma expresión atenta con la que velaba sus sueños de cachorros. Cuando había emprendido su camino, lo había hecho por ella, porque, aunque les había dicho que la esperaran, nunca había vuelto. No se había encaramado a una pared para ir en su búsqueda, pero había abandonado lo conocido por lo desconocido.
Le había quedado un hueco el el corazón donde antes estaba su madre.
Ningún Reino habría podido llenarlo.
No estaba en manos de las cosas colmar esa ausencia".

Susanna Tamaro. Foto: www.europapress.es


La narrativa poética y cuidada de Susanna Tamaro hacen de la historia de esta tigresa una lectura fascinante y muy reflexiva. El ser humano, con razón, sale mal parado casi siempre (el chamán será la única excepción), y se reivindica una imprescindible mirada a la naturaleza, de la que cada vez nos alejamos más y más, destruyéndola cada vez más rápido. 
En muchos medios se compara esta fábula con El Principito, y no se me antoja del todo desacertada la comparación, con una gran profundidad relatada desde la sencillez, una lectura fácil, intensa, reveladora y que llega al corazón.


3 comentarios:

  1. De esta autora leí hace muchísimos años Dónde el corazón te lleve, pero no me he vuelto a cruzar con ninguno de sus libros.

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  2. Huy, yo creo que esta historia me encantaría.

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  3. Yo leí en su día, en un pasado muy remoto, Donde el corazón te lleve, pero no he vuelto a leer nada de ella, ni siquiera conozco otros libros, pero lo que cuentas me gusta.

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