lunes, 13 de noviembre de 2017

EL COLOR DEL SILENCIO

Hace unas semanas un amigo bloguero me preguntaba por qué hacía tanto tiempo que no escribía por aquí. Pereza, desgana, contesté. Y hoy me doy cuenta de que realmente lo que hacía que no me pasara por el blog a compartir mi lectura de alguna novela es que desde la última ninguna me había llegado tanto como para sentarme y compartir mis impresiones con los que os pasáis por aquí.
Elia Barceló publicó su primera novela en 1989, y de hecho leyendo los títulos de sus obras, muchas de ellas me suenan, pero ninguna había caído en mis manos hasta ahora.
Con El color del Silencio, esta escritora valenciana me ha enamorado absolutamente, y me ha hecho recordar en muchos momentos de la historia a otra escritora que me gusta mucho: Marta Rivera de la Cruz, por su manera de crear los personajes, sobre todo los femeninos, por esa atmósfera en la que entra el lector y donde todo importa, colores, olores, sonidos, lugares...
En esta novela hay dos líneas temporales, una que se desarrolla en Marruecos en las décadas de los 40 a los 60 y otra en la época actual, entre Madrid y de nuevo Marruecos.
En la historia del presente, encontramos a Helena Guerrero, una pintora reconocida entre las mejores del mundo, con residencia en Australia, que vuelve a Madrid para asistir a la boda de su nieta y para reencontrarse con su cuñado, que le ha enviado un misterioso correo electrónico.. Helena lleva décadas completamente alejada de su familia y acude con Carlos, su actual pareja.
A Helena le esperan una serie de cartas y fotografías que la harán viajar a La Mora, donde vivió con su familia los años más felices de su vida, aunque allí también vivió momentos terribles que la marcarían para siempre.
En paralelo a la historia familiar, que se alimenta con las cartas de la madre de Helena, Blanca, y los recuerdos de la propia Helena, iremos conociendo el ambiente social y político en España y Marruecos con un gran protagonismo de Goyo, el padre de Helena, un empresario adinerado cuyo pasado militar muy vinculado a Franco desconocía la familia. 
Pasiones juveniles, relaciones familiares en unos años en los que la mujer era un mero adorno, dependía para todo de su marido y no era nadie si no traía hijos al mundo. 

"Cuando tú y yo estábamos juntos el mundo temblaba. Todo adquiría otra textura, otra dimensión: los colores se volvían más brillantes, las calles más anchas, el cielo más alto y más azul. ¿Cómo iba yo a prescindir de una experiencia así, después de haberla conocido?" (pág. 138)

Secretos que se cubrieron en su momento, sospechas que no se verbalizaron por miedo a dañar, malos entendidos, amores y desamores. En definitiva, la vida misma porque ¿quién no guarda un secreto? ¿Quién no ha interpretado las palabras o actos de otro sintiéndose dañado y queriendo huir? ¿Quién no se ha sentido invencible y poderoso en un momento y frágil y desvalido al instante?

"Todos pasamos por las mismas cosas. A todos nos aguarda nuestra vejez y nuestra muerte, nuestra propia experiencia de primera mano de lo que hemos oído comentar cientos de veces a las generaciones anteriores creyendo en nuestra soberbia juvenil que nunca nos sucedería. A nosotros no. A nosotros nunca. Porque éramos más listos, más guapos, más modernos, más rápidos. A nosotros no." (pág. 180)


Elia Barceló. Foto: www.que-leer.com
Helena desentrañando los secretos familiares, termina por conocerse mejor a sí misma, se reconcilia con su pasado a través de lo que le es revelado por su madre en las cartas y consigue que desaparezcan esas sombras que refleja en todos sus cuadros, esas heridas abiertas que los años no consiguieron cerrar hasta ahora, con setenta y tres años a sus espaldas. Pero nunca es tarde para sentirse renovada, quitarse la culpa del alma y reconciliarse con los protagonistas de nuestro sufrimiento pasado o presente.

"Ya nada puede hacerte daño, Helena. Todo lo que podría haberte hecho sufrir ya sucedió. Ahora todo lo que consigamos averiguar solo puede ser para mejor, para arrojar luz sobre el asunto. Tú y yo, juntos, vamos a hacer desaparecer esas sombras. Míralo como un desafío intelectual, como un rompecabezas, como algo que no tiene nada que ver contigo, con nosotros, como un cuadro que quieres pintar y antes tienes que saber qué hay en él y cómo vas a disponer los elementos para que luego se vea una imagen global coherente y poderosa." (pág. 216)

"- A veces, en ciertos momentos se dicen cosas sin pensar - intentó ayudar Carlos.
- Sí, cosas que salen del corazón, esas verdades que nunca se formulan porque uno sabe que duelen demasiado, pero hay momentos en que falla el control y las palabras salen. Y lo malo es que, una vez las has pronunciado, no puedes recogerlas ya. Es como tirar un vaso de agua al suelo: no es posible recuperar el agua y que vuelva a estar en el vaso igual de transparente que antes de caer." (pág. 349)

"Todo el mundo supone que es el único que tiene secretos, que los demás son almas cándidas, seres sencillos que viven solo en la superficie mientras que uno es el único capaz de doblez, de profundidades que tiene que esconder de los que le rodean." (pág. 416)

Encontraremos muchas frases para la reflexión, sobre todo en las cartas de Blanca a su hija, una protagonista, Helena, con la que se conecta con facilidad, una historia con mucho sufrimiento familiar pero con mensaje positivo sin resultar ñoño. Una lectura con la que he disfrutado y os recomiendo.

8 comentarios:

  1. Un libro que ya tenía bien apuntado. A ver si me hago con él prontito, que me has dejado con ganas.
    Besotes!!!

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    1. Yo tenía dudas porque tenía altas expectativas, pero no me defraudó. ¡Besos!

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  2. Lo tengo reservado de la biblioteca, espero que me guste como a ti.

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  3. Vaya, pues no he leído aún nada ni de Elia Barceló ni de Marta Rivera, así que me las apunto a las dos. Qué familiar me suena eso de no tener ganas de reseñar...

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    1. Sí, hija, sí, estoy de lo más perezosa... ¡Besotes!

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  4. Estoy esperando a que me lo traigan del Círculo de lectores. Ya os diré qué tal.

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  5. Uy, Inés, me gusta lo que nos cuentas de esta novela. Seguro que disfrutaría con su lectura. Tiene ingredientes muy atractivos. Bss.

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