viernes, 1 de agosto de 2014

PORTO DO SON Y RIBEIRA

No hemos dejado de hacer escapadas, ni mucho menos, pero como ahora casi todas son con la autocaravana y os las cuento en Matibascamper, veis menos por aquí. La última que hicimos fue a la zona del Barbanza, y disfrutamos muchísimo. Esta zona nos queda muy cerca de casa y con la disculpa de estrenar el nuevo puente de la ría de Noia, que hace que para desplazarnos a la zona de Porto do Son no haya que atravesar Noia, allá que nos fuimos, yo me moría de ganas de ver cómo había quedado el Castro de Baroña, durante el invierno se estuvo trabajando duro y me apetecía ver el resultado.

Ahora podemos contemplar perfectamente las dos murallas que lo protegían y el impresionante foso, además de apreciar mucho mejor los muros de las viviendas. Una muestra de la cultura castrexa de la Edad del Hierro que os encantará, tanto por su valor y estado como por su emplazamiento privilegiado. Un paseo para hacer en familia más que recomendable. Eso sí, llevad calzado cómodo e id protegidos del sol porque no hay ni una sola sombra.
Tras un buen paseo por aquí, con nuestro niño absolutamente entusiasmado con el castro, seguimos en dirección Porto do Son, donde esta vez no hicimos parada pero que os recomiendo mucho, tienen un precioso paseo en el puerto, con columpios para los enanos y una playita urbana tranquilísima. Y no olvidéis tomar un pulpo á feira, aquí es imperdonable no hacerlo.


Seguimos por la carretera que va bordeando la costa, dejando atrás la preciosa playa de As Furnas o el puente medieval del río Sieira, dos puntos que junto con la fervenza o cascada de Ribasieira no podéis dejar de visitar si venís por esta zona. En nuestro caso, continuamos hacia el sur con rumbo a Corrubedo. Hacía años que habíamos visitado las dunas y nuestro niño ya ni se acordaba. La de veces que habré yo escalado estas dunas de niña y bajado a carreras con otros niños! Ahora es un espacio protegido y hemos de pasear por unas pasarelas de madera que nos dejan maravillarnos con el entorno sin perjudicarlo.
Tras la visita a Corrubedo nos dirigimos a Ribeira, que nos regaló en este día bastante despejado una bellísima panorámica de la Ría de Arousa desde el mirador de Santo Alberte



Como siempre que nos desplazamos procuramos buscar algún sitio donde nuestro peludo pueda darse un buen paseo, y en esta ocasión fuimos a conocer el Parque de San Roque, que es enorme y donde además de darnos un buen paseo en condiciones, contemplar Ribeira desde varios miradores o hacer una barbacoa o comer de picnic en las zonas habilitadas, podemos hacer un pequeño recorrido donde tenemos reproducciones de diferentes construcciones que pueden verse en esta zona: un castro celta, menhires, un dolmen... No hará falta que os diga lo que disfrutó nuestro niño, sobre todo en el castro celta, en el que las construcciones tenían su tejado de paja y todo. 
Ya caía la tarde cuando llegamos a una de nuestras playas favoritas de Ribeira: O Vilar, un arenal extensísimo, de unos cinco kilómetros, con bandera azul y muchos servicios: baños públicos, duchas, socorrismo, amplio aparcamiento y un chiringuito. No hay construcciones cerca, así que el entorno es una maravilla.
Aquí aparcamos y pasamos la noche en nuestra autocaravana, junto con dos furgonetas que ya estaban antes que nosotros. La noche fue una maravilla, tranquilidad absoluta y un despertar con vistas al océano que fue todo un regalo estival.
El día siguiente lo dedicamos a disfrutar en familia de la playa. O Vilar es una playa que suele tener bastante oleaje, así que os aconsejo mucha precaución, sobre todo si vais con niños pequeños, no es que sea muy peligroso, pero si no están acostumbrados a las olas nos podemos llevar un buen susto.
Otro consejo, llevad sombrilla, aunque hay bastantes rocas que en un momento dado os pueden dar un poquito de sombra, no está garantizado que consigáis sitio, así que lo mejor es ir provistos de un buen parasol.


No hay comentarios:

Publicar un comentario