viernes, 21 de abril de 2017

LAMPEDUSA

Lampedusa es un momento, una reflexión, un lugar... La noche del 3 de octubre de 2013 fallecieron más de 350 inmigrantes cerca de las costas de Lampedusa. La protagonista está en casa, es de noche, y tiene la radio de fondo. Salta la noticia:

"Una voz radiofónica densifica gradualmente la información fundamental de la hoche: sobre todo somalíes y eritreos; una patera; hacinamiento; promiscuidad; condiciones de transporte de negros durante la trata de esclavos; hombres mujeres niños bebés; una avería a punto de concluir la travesía; clandestinos; al parecer un pasajero prendió fuego a una manta para alertar a los otros barcos". (pág. 16)

Hasta ese momento, se para a pensar, Lampedusa traía a mi mente las escenas de Burt Lancaster en El Gatopardo, Lampedusa era el nombre de la película de Luchino Visconti basada en la novela de Giuseppe Tomasi de Lampedusa. Isla y escritor se mezclan en su mente, recuerda los momentos más memorables de la película, esa escena del baile en un gran salón, la burguesía divirtiéndose.
Pero hoy Lampedusa es dolor, es muerte, es poner en el mapa un lugar que hasta entonces no estaba.

«Para escribir, pensé que había que captar ese canto que subsistía de un tiempo en que el libro no existía más que bajo su forma cantada y me dije que había llegado la hora de buscar a la mujer nómada.» En un tren rumbo a Siberia la autora lee Los trazos de la canción de Bruce Chatwin. Y nace la novela que tenemos entre las manos. (Texto extraído de la contraportada del libro).

La narración en primera persona, a modo de reflexión, poética, muy visual, impecable y perfectamente traducida por Javier Albiñana, se convierte en un breve e intensísimo viaje de 63 páginas deliciosas y dramáticas a un tiempo, recuerdo y presente se mezclan, realidad y ficción y la dureza de lo que significa Lampedusa hoy, tan vigente.






"La noche se ha socavado como una alberca y el espacio de la cocina comienza a respirar tras un velo fibroso. He pensado en la materia silenciosa que se desprende de los nombres, en lo que escriben con tinta invisible. En voz alta, la espalda bien erguida, incorporada en mi silla y con las manos bien abiertas sobre la mesa -y seguramente ridícula en este instante para quien me sorprendiera, solemne, afectada-, pronuncio despacio: Lampedusa". (pág. 31)

"A veces pienso que escribir es como instaurar un paisaje. Las islas, y en mayor medida las islas desiertas, son para ello materiales nobles, su componente geológico esboza ya una escritura, alberga un relato. Diseminadas en el mar, las islas surgen como crisoles de ficciones, o imanes dispersos en el imaginario". (pág. 46)

El pueblo ayudando al pueblo, la angustia de quien siente impotencia, de quien también en cierto modo se avergüenza de no haber sabido hasta entonces el drama de tantos que a diario pierden la vida entre las olas del Mediterráneo, gentes que simplemente buscaban una vida mejor, un futuro menos incierto, un presente para sus hijos.

"Y los habitantes de la isla, aislados y pobres por su parte, los habían acogido, una manta en los hombros, un refugio, una comida: habían albergado a aquellos extranjeros, más pobres que pobres, esos seres que no poseían ya nada ni podían pronunciar su nombre; los habían recogido y a la humanidad entera con ellos. Hospitalidad". (pág. 61)

Lampedusa nos hace sentir, se nos agarra al corazón y nos deja ese gusto medio amargo en el que se mezclan el placer de una lectura deliciosa y la memoria del drama que sigue. Un libro de los que pasado el tiempo se recuerdan, que deja huella en el corazón. Imposible no sentir, imposible no pensar, imposible no emocionarse con Maylis de Kerangal.

6 comentarios:

  1. No sabía de este libro. Hay que escoger bien el momento para su lectura, que es de esos libros que van a doler...
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es una lectura muy impactante y absolutamente diferente.

      Eliminar
  2. Muy buena exposición y excelentes los fragmentos elegidos. Duele el alma.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias reina! Espero que te animes con el libro. ¡Besos!

      Eliminar
  3. Con este hay que animarse sí o sí, aunque a veces haya quien prefiera mirar hacia otro lado. No podemos olvidar lo que está pasando...

    ResponderEliminar
  4. Tengo muchas ganas de leer este libro desde hace tiempo. Creo que le daré un empujoncito gracias a tu reseña. Eso sí, prepararé un café fuerte y un ánimo también fuerte...

    ResponderEliminar