Leí este libro a pesar de que sabía por las reseñas publicadas por lectores anteriores que predominaba en la historia mucho más el folletín que la historia, pero la ambientación en un país que me tiene totalmente cautivada, fue más fuerte que todas las críticas leídas, me apetecía mucho volver, aunque sólo fuera con la imaginación, a Nueva Zelanda, y esto era lo que buscaba entre las páginas de En el país de la nube blanca, una novela que está teniendo un enorme éxito. El ejemplar que leí me lo pasó una compañera de trabajo y era la 11ª edición, nada menos!
SARAH LARK
Sarah Lark es el pseudónimo con el que escribe la alemana Christiane Gohl. Cursó estudios universitarios y dirigió sus primeros pasos en la vida profesional hacia el periodismo y la publicidad.
Nueva Zelanda la encandiló y es el escenario de la saga que más éxito ha tenido y que comienza con esta novela de la que hoy os quiero hablar.
En El País de la Nube Blanca y La Canción de los Maoríes son hasta el momento los dos volúmenes editados en España. El tercer libro se titula en versión original
Der Ruf des Kiwis. Pueden leerse de forma independiente, no son unos la continuación de otros.
En la actualidad la escritora vive en España y dirige una granja de caballos.
EL PAÍS DE LA NUBE BLANCA
La historia está situada en el año 1852 y protagonizada por dos mujeres, Helen Davenport y Gwyneira Silkham. Ambas viajan a Nueva Zelanda, que en aquel momento estaba siendo el destino de los primeros colonos europeos y país de promesas y búsqueda de un futuro mejor.
Helen va llevada por una carta de un granjero asentado en estas tierras con el que aspira a casarse y llevar una vida feliz y tranquila rodeada de niños. La institutriz inglesa no veía otra manera de contraer matrimonio, aunque descubrirá al poco tiempo que ni el granjero era como parecía en las cartas que llegaban a sus manos, ni esa historia con final feliz que había construido en su mente realmente se hacía realidad.
Gwyneira Silkham es una joven que no tiene más remedio que viajar, pues su padre, aficionado al juego, pierde una partida de cartas y la promete con un joven de ultramar al que no ha visto en su vida. Esta pelirroja no se someterá al destino que se espera para ella, ama con locura a los caballos, no quiere llevar una vida de ama de casa y amante esposa, no es una vida para ella. En el fondo Gwyn tiene ganas de llegar a Nueva Zelanda, quizá allí no tenga que llevar esa vida social aburrida obligada en Londres.
La vida de las dos mujeres es bien diferente, pero crean fuertes lazos durante el trayecto y seguirán con su amistad una vez instaladas en su nuevo país.
Helen y Gwyneira no tienen mucho que ver, pero sus vidas se cruzan en el barco que las lleva a su nuevo destino y se convierten en amigas íntimas. Ambas tendrán que luchar por lo que quieren hacer con su vida, Gwyn es una mujer muy fuerte y decidida, Helen descubrirá que aunque se sienta mucho más frágil en su interior también sabrá dar la cara cuando corresponde, a pesar de que la ideología es bastante rígida con respecto a la mujer en estas latitudes también.
MI LECTURA DE LA NOVELA
Lo que más me ha gustado de este libro es el personaje de Gwyn, su rebeldía y su afán por crear a su alrededor un mundo en el que la mujer tenga su lugar donde cree que debe tenerlo: quiere ocuparse de las ovejas, de los caballos, quiere llevar las riendas de la granja y sabe que puede hacerlo tan bien o más que un hombre.
El personaje de Helen me da muchísima pena, es una mujer realmente vapuleada por la vida, con muy mala fortuna en el ámbito sentimental, pero con la suerte de contar a su lado con alguien como Gwyn. Se entrega por completo a su vocación de enseñar y se acercará todo lo que puede al pueblo maorí, al que el resto de la población suele despreciar, e incluso estafar para quedarse con sus tierras.
Resulta una lectura muy ágil, entretenida, las protagonistas principales son realmente sólidas y bajo mi punto de vista creíbles e interesantes. Es apasionante leer una historia ambientada en un país con unos paisajes tan maravillosos como Nueva Zelanda, un lugar que tuve la inmensa suerte de conocer brevemente, al pasar allí dos semanas en el año 2006. No puedo imaginar mejor escenario para una historia, pero lo que no me ha gustado del libro es que los maorís brillan por su ausencia, están, pero no se les da a conocer, y realmente es una lástima porque tienen una cultura apasionante, poco conocida y la novela podría se una ocasión estupenda de acercarse a ellos.
Sin duda una lectura muy recomendable para esta época estival, os enganchará la historia vital de las protagonistas, os entretendrá, os recrearéis en los paisajes... No es una novela que deje poso, de esas que recordamos aunque pasen los años, pero sí os hará pasar buenos ratos. Son casi 800 páginas, pero se leen con facilidad.
Lo lei el verano pasado y me encantó, a pesar del número de páginas se lee muy bien porque la historia es muy interesante y está narrada con agilidad
ResponderEliminarbesos
No lo he leído pero en mi mesilla descansa La canción de los maoríes, que es la segunda parte, y digo yo, que por el título, seguro que se adentra más en esa cultura suya que te gusta tanto. Ya te contaré. Besos.
ResponderEliminarPues hala, ya sabes por lo que te he dicho por otros lares que me la apunto para pasar el ratillo. :-)
ResponderEliminarSe nota que has disfrutado leyendo el libro. Yo tengo "La doctora de Maguncia" de Ricarda Jordan, que es otro pseudónimo de la misma autora.
ResponderEliminarUn beso shakiano!!
Después de leer muchas reseñas en las que hablaban muy bien de esta novela, me puse a leerla a primeros de año y ..., no se si es que me había creado demasiadas expectativas, pero no termino de llenarme, desde luego coincido contigo en que, a pesar del tamaño, su lectura es muy ágil, engancha, los personajes y el paisaje están bien definidos ..., pero cuando termine de leerla pensé que le faltaba algo. Qué se le va a hacer, hay que leer de todo.
ResponderEliminarUn beso
Lo he tenido en las manos varias veces. La próxima vez lo compro. Besos
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