El pasado mes de febrero se dio a conocer la obra ganadora del Premio Primavera de Novela y la sorpresa para mí fue mayúscula, No soy un monstruo, de Carme Chaparro, por unanimidad del jurado, se llevaba el galardón. Soy seguidora de la periodista y no conocía su faceta literaria, es más, pensé de dónde sacaría el tiempo para escribir entre la tele, las colaboraciones en revistas, presentaciones... Tuve claro que leería la novela porque Carme es una periodista rigurosa y muy profesional, una excelente columnista y estaba segura de que no sería una periodista más subiéndose al carro de publicar novelas. Y así es, No soy un monstruo es una historia escalofriantemente verosímil, ahí se nota el oficio de la escritora, su gran labor de comunicación, su capacidad de meternos en dos historias que transcurren paralelas, por un lado la de Ana Arén, inspectora jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Madrid, que llena de angustia se enfrenta al secuestro de un niño en un centro comercial que se parece demasiado a la desaparición, en este mismo lugar, de un niño de la misma edad y físico ocurrida dos años antes y sin resolver, un fracaso cuya herida todavía no está cerrada. ¿Estarán relacionados los casos? ¿Se trata de un secuestrador en serie? ¿Ha vuelto aquel al que en su momento se bautizó con el nombre de Slenderman?
Un jefe déspota, unos compañeros que confían en ella, un trabajo agotador física y mentalmente, la presión mediática y un país pendiente de la noticia en todo momento. Ahí entra en escena Inés Grau, periodista televisiva, que necesita llenar minutos contando todo lo que pueda de esta historia, ser la primera en llegar, en conectar con su cadena, llevarse la medalla... La relación entre la prensa y la policía, en un toma y daca y un equilibrio complicados.
Gracias a Inés conoceremos los entresijos de la televisión, un mundo bien conocido para Carme Chaparro, y se nota que sabe de lo que habla. De la mano de Ana nos meteremos en la investigación policial, la oficial y la tan necesaria información paralela, a través de amigos, y un hacker llamado Joan que colabora con la policía y también trabaja en un proyecto llamado NeuroQwerty (un programa que detecta a través de la forma de teclear los síntomas tempranos de enfermedades degenerativas, un proyecto real que se puede ver en Internet).
El conocimiento como periodista del medio y su excelente labor de documentación (además de los amigos policías que cuenta en los agradecimientos que le ayudaron), ayudan a conformar una historia que se lee con facilidad, que va creciendo en interés y que tiene varios giros inesperados y un final sorprendente.
Carme Chaparro. Foto: www.abc.es |
Al final del libro, cuenta Carme: "Cuando terminé No soy un monstruo me sentí perdida ¿Es buena? ¿Funciona el final? ¿Fluye la trama? ¿Se encalla en alguna parte?" y se la envió a Carmen Posadas, que según cuenta la animó mucho y alabó su novela. Tomando estas preguntas que se hace la escritora al terminar la novela, termino diciéndoos que es buena, que el final realmente sorprende y funciona, hace que todo encaje, que el puzzle se complete y se redondee la historia, la trama fluye perfectamente, de una manera muy natural se va pasando de una escena a otra, de Ana a Inés y viceversa y no se encalla, no frena ni patina en ningún momento. Muy recomendable.
El pasado mes de abril en Twitter tuvimos la posibilidad de preguntar a Carme Chaparro directamente sobre cualquier cuestión relacionada con el libro, y tuve la suerte de que contestase a mi pregunta. La verdad es que me sorprendió ver su novela porque sé que es muy polifacética, así que le pregunté a qué había renunciado para escribir, está claro que hay que arañar las horas de algún sitio, y esta es su video respuesta: https://twitter.com/CarmeChaparro/status/849664756873035776
En él dice:
"Digamos que escribir me ha dado más cosas que las cosas a las que he renunciado, pero sí, evidentemente, horas de sueño, muchas horas de sueño, algunas horas con mis hijas y muchas horas de sentarme a la mesa a comer. El fin de semana, cuando estaba en los informativos de Telecinco, necesitaba escribir aunque fuera un ratito y lo que hacía era no bajar al comedor y mi amigo Xavi Riera me subía una pizza o un bocata y me lo comía frente al ordenador mientras seguía escribiendo el libro".
Espero que siga contando con la ayuda de Xavi y que escribir le siga compensando para que podamos tener otra buena historia que leer.
"Digamos que escribir me ha dado más cosas que las cosas a las que he renunciado, pero sí, evidentemente, horas de sueño, muchas horas de sueño, algunas horas con mis hijas y muchas horas de sentarme a la mesa a comer. El fin de semana, cuando estaba en los informativos de Telecinco, necesitaba escribir aunque fuera un ratito y lo que hacía era no bajar al comedor y mi amigo Xavi Riera me subía una pizza o un bocata y me lo comía frente al ordenador mientras seguía escribiendo el libro".
Espero que siga contando con la ayuda de Xavi y que escribir le siga compensando para que podamos tener otra buena historia que leer.
Me ha quedado claro, pero muy claro, con todas vuestras impresiones, que tengo que leer este libro.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Anímate, te gustará! Besos
EliminarNo tengo ningún prejuicio, como mucha gente a la que he leído criticar el premio, porque creo que una buena periodista es más que capaz de urdir una buena novela. La tengo apuntada aunque no me corre prisa, quizá dejo pasar el tiempo y me pongo con ella cuando ya no haya tanta publicidad.
ResponderEliminarUn besito.
Anda, pues yo tampoco tenía ni idea de que esta periodista también hubiera escrito un libro. A ver si me animo con él.
ResponderEliminarLa leería, la historia que cuenta la autora resulta atractiva: las reseñas que voy leyendo así lo indican. Bss.
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