jueves, 25 de septiembre de 2014

ELLAS TAMBIÉN VIVEN

"Nosotras también soñamos, amamos, sufrimos… Somos partícipes de múltiples e interesantes vivencias con las que disfrutamos, aprendemos, reímos o lloramos, con las que crecemos física y emocionalmente, y que gustamos de compartir abiertamente con quienes nos rodean. Calificadas injustamente como el sexo débil y relegadas en muchos casos al silencio y al olvido, gozamos de buenas razones para alzar nuestra voz y expresar sin miedo lo que pensamos, lo que sentimos, lo que opinamos y lo que vivimos, en conjunción con la riqueza de matices que envuelve nuestra femenina forma de ser y que, indudablemente, nos hace ser especiales."
Cómo no leer este libro si en su contraportada nos encontramos con este texto, cómo no leerlo tras las opiniones entusiastas de tantos lectores de Pilar Muñoz.
Ellas también viven tuvo que esperar un poco, porque tengo más libros de los que conseguiré leer nunca, pero me ha parecido una lectura imprescindible para adentrarse en la mente de todas y cada una de las mujeres que protagonizan los relatos, con el hilo conductor de la cotidianidad y a la vez de la complejidad de las situaciones que se plantean. Cualquiera de nosotras podríamos ser ellas, las cosas que les ocurren están en la calle todos los días: una madre que quiere serlo sin renunciar a su vida profesional, una mujer que desconfía de la vida que lleva su marido, otra que se encuentra entre dos amores, entre la espada y la pared, la prostitución, el amor maduro... Y ellas, fuertes, decididas, luchadoras, imprevisibles, y aquí uno de los puntos fuertes de este libro, la sorpresa continua. Cuando pensamos que la historia seguirá por un derrotero determinado o que esta u otra mujer seguramente reaccionará del tal manera, nos sorprende el giro final en todos los relatos, revelándonos a unas mujeres que no siguen los caminos previamente marcados o esperados por los demás.
Quitémonos los prejuicios, seamos hombres o mujeres, olvidémonos de los roles que a priori se nos marcan o nos marcamos y sumerjámonos en una lectura deliciosa, de una enorme sensibilidad y que recrea como pocas veces he visto el verdadero espíritu femenino.

"Siempre me pregunté por qué existe una curiosidad  innata por conocer el móvil de un robo o de un vulgar asesinato -delitos ambos- y nunca por lo que realmente nos mueve a nosotras a ejercer la peculiar carrera, como si la misma no pudiera ser digna de la más ínfima exculpación.
(...) Estoy cansada de que (...) a todas las prostitutas se nos catalogue por igual, como si no tuviéramos escrúpulos para hacer lo que hacemos. Nadie se cuestiona nuestro íntimo por qué. El prejuicio social nos etiqueta con una imagen amoral y bochornosa nada más vernos..." (págs. 10-14)
"No menosprecies el lenguaje del amor pensando que es único. El amor no surge de las palabras, sino del corazón de quien las escribe y de quien las escucha. Sé fiel a ti misma y gústate como eres, porque así lo enamoraste -sugirió con dulzura-. Muéstrate tal cual y sé feliz" (pág. 47)
"Con serena frialdad, miré a mis hijas, observé el paraíso de libertad que me rodeaba y recordé fugazmente el calvario que ese cabrón me había hecho pasar. Y entonces lo tuve claro. Tremendamente claro." (pág.88)

sábado, 20 de septiembre de 2014

LA COCINERA. COIA VALLS

"Divertirse, soñar, seguir probando y profundizar en cada proceso. Comprobar las texturas y rastrear en sus posibilidades, potenciar la singularidad y también la diferencia. Hacer de la comida más simple una delicia, sin desmerecer ningún plato por su sencillez, y aguzar el ingenio. Tal como sucedía con los regalos, la presentación era fundamental. Había que jugar con los colores, con la disposición de los alimentos. Hacer de ello un acto creativo" (pág. 228)
"Para ella la cocina era más que un trabajo, era su manera de poner en orden las emociones; era un espacio de introspección y de conexión con ella misma donde cada ingrediente se convertía en una reacción, una sensación, una intuición, un sentimiento" (pág. 257)

Esta pequeña muestra nos sirve para hacernos una idea de quién es Constança y su relación con su pasión: la cocina.
La Cocinera, de Coia Valls, nos lleva al año 1771, cuando una jovencísima Constança Clavé tiene que abandonar Lima tras la muerte de su padre con destino Barcelona, donde ha de instalarse en casa de sus abuelos.
Constança llega con un viejo cuaderno de recetas que guarda como su máximo tesoro, pues perteneció al chef Antoine Champel, el cocinero del virrey en Perú.
Cuando Constança llega a Barcelona la vida con sus abuelos no era lo que ella imaginaba, y lo único que hace es trabajar de sol a sol en la droguería que regenta su abuela con mano de hierro. Constança decide entonces buscar a Bress, un cocinero del que le había hablado su protector, el chef Champel, y tratar de tener una vida mejor...Sabremos de esta búsqueda y de la evolución de Constança, como mujer y como cocinera.

Pucheros de comida peruana, muy presente en el libro
Constança es un personaje sólido, en mi opinión muy bien definido y muy interesante. Veremos cómo va madurando, lo fuerte que es tanto física como mentalmente para conseguir superar todos los obstáculos, que por supuesto serán aún mayores por su condición de mujer teniendo en cuenta la época histórica en la que vive la protagonista. Me ha gustado ver la evolución de Constança y cómo se hace a sí misma, la narración resulta entretenida, encuentro que la novela está bien trabajada, pero la verdad es que me ha decepcionado en cierto sentido, porque yo buscaba una novela histórica y no la he encontrado. Me explico, la historia transcurre en el siglo XVIII, pero la autora tan sólo nos ofrece unas pinceladas en su historia. Sí podemos leer sobre la vida cotidiana, sobre todo de las clases más bajas, entre las que se mueve la protagonista, pero me ha faltado que se nos contasen más cosas del momento que se vive, tanto en Lima como en Barcelona, los dos lugares en los que se sitúa la narración.
El tema gastronómico me ha parecido bastante bien tratado, pues se nos habla de los comienzos de esa cocina más elaborada con la que se trata de impresionar a las visitas y que practican en las clases pudientes. Constança introduce nuevos sabores gracias a sus conocimientos de la cocina de ultramar, sorprenderá mucho en la Barcelona de la época por su modo de hacer en la cocina. Este punto es realmente interesante.
Os recomiendo la lectura, incluso a los que no soléis leer novela histórica, porque no os encontraréis con un ejemplo al uso de este género

viernes, 12 de septiembre de 2014

PLAYA EN PONTEVEDRA... PERO DE RÍO

Playa fluvial de Maceira
Desde que tenemos la autocaravana hemos descubierto un montón de rincones de nuestra tierra, y los que quedan! De forma casual algunos de ellos, pero siempre gratas sorpresas. En agosto estuvimos en dos estupendas playas fluviales que me gustaría recomendaros. Si os pasa como a mí, que me achicharro en la playa y prefiero estar más fresquita, aunque sin atreverme a meter un pie en el agua, estoy segura de que os encantará la opción de buscar un río, y en Galicia hay decenas de ellos con zonas de baño.

Playa Fluvial de Maceira
Pasamos unos días en Covelo, en un cámping a orillas de la Playa Fluvial de Maceira, con unas pocitas para lo más pequeños, una pequeña cascada, un salto de agua, un pequeño recorrido ovalado para poder nadar, echarse al agua con una pequeña balsa... Opciones de sol y de sombra, un césped cuidado y a pocos metros un pequeño chiringuito para tomarse un helado ¿apetece?
En esta zona, además, podemos hacer un tramo de la Ruta de Senderismo Aqa, en la que pasaremos por molinos y cascadas en un hermoso bosque frondoso y muy tranquilo. Tiene 16 km y está perfectamente señalizado. Para nosotros era un poquito largo, pero sí hicimos un tramo los cuatro, con perro incluido (disfrutó como un enano además), hasta llegar a la Poza de Anguieiro, una zona en la que el río se ensancha y baja muy tranquilo, así que resulta fantástica para bañarse, como hicieron mis dos valientes... El perro y yo permanecimos en las rocas!
Chapuzón en la Poza de Anguieiro
De regreso a casa, y esta vez de forma casual, descubrimos otra playa fluvial que nos encantó. Queríamos ir a las cascadas del río Oitabén (en A Lama), pero la mala señalización en carretera y el lío que nos hicimos con las indicaciones de aquellos a los que preguntamos por el camino, nos hizo llegar a la Playa Fluvial del río Verdugo buscando un sitio en el que acomodarnos con la autocaravana para comer tranquilos.
La sensación al llegar a esta playa y verla desde el puente de piedra que nos da acceso a ella, es la de una enorme piscina cuadrangular, tranquilísima y con enormes espacios verdes a ambos lados.

Puente sobre el Verdugo
Las aguas cristalinas nos dejaban ver las rocas del fondo y el entorno tranquilo y fresco invitaba a bajar, así que equipados con las toallas, la balsa y cómo no, un buen libro, pasamos parte de la tarde estupendamente en este entorno que nos maravilló.
Junto al puente tenéis un bar con terracita donde tomar un refresco o un heladito a la sombra y con el alivio que da estar junto a un río cuando hace calorcito.



Playa Fluvial del Río Verdugo

Vale la pena adentrarse en el interior de Galicia, guarda muchos tesoros, como estas dos playas en las que disfrutamos en nuestras microvacaciones del mes de agosto. Animaos!