miércoles, 26 de diciembre de 2012

MISIÓN OLVIDO. MARÍA DUEÑAS

María Dueñas me encandiló con su primera novela, El Tiempo entre Costuras, con una protagonista femenina, Sira, absolutamente inolvidable. Además de una historia y una ambientación fantásticas, Dueñas dejó muy claro que es una gran escritora, realmente da gusto leerla. El reto de una segunda novela tras el éxito arrollador de la primera, resulta difícil y no todos los escritores logran ser el escritor de un único libro que ha gustado y el resto pasa desapercibido porque no da el nivel.
La escritora, nacida en Puertollano, Ciudad Real, es doctora en Filología Inglesa y profesora titular en la Universidad de Murcia, aunque se ha pedido una excedencia para dedicarse totalmente a su faceta literaria.
Ha impartido clases en algunas universidades norteamericanas, y quizá fruto de esta experiencia sea la idea de enviar a la protagonista de esta segunda novela a vivir una "aventura americana".
La publicación de su primera novela en 2009 es un gran éxito de crítica, lectores y por supuesto, ventas, que sobrepasan el millón de ejemplares, un número que impone, y más en los tiempos que corren, duros para la literatura. El Tiempo entre Costuras se ha traducido a unas 25 lenguas y también fuera de España ha cosechado un gran éxito.


MISIÓN OLVIDO

Blanca Perea es una profesora de universidad de mediana edad. Como a muchas otras mujeres, profesional, madre de tres hijos y esposa, le sorprende un buen día que su marido decida marcharse de casa, con una mujer que le espera y además está embarazada de él.
La vida que Blanca creía tener hasta entonces se esfuma ante ella y reacciona aceptando una beca de un nivel académico muy inferior al suyo con la condición de irse lejos, muy lejos, para tratar de sufrir lo menos posible.
El destino es California, una pequeña universidad la espera para que catalogue el legado de un profesor, ya fallecido, Andrés Fontana, que estuvo estudiando las misiones españolas en aquel país.
Blanca poco a poco va saliendo de su pequeño despacho y relacionándose con algunas personas de Santa Cecilia, el pequeño pueblo en el que se encuentra, y entre los cuales Daniel Carter será el que más la marque.
El trabajo sobre el legado, que aparentemente resultaba una tarea anodina y aburrida, resulta que tiene mucho más interés del esperado y puede incluso que contenga datos históricos que serán muy importantes para el futuro de Santa Cecilia.
El viaje de Blanca en efecto, hará que su vida cambie, mucho, la Blanca que regresa no es la misma que se ha marchado tres meses antes.

LEYENDO MISIÓN OLVIDO
El título de la novela tiene a mi modo de ver un doble significado, por un lado Blanca se marcha para olvidar, y por otro la Misión Olvido es una misión franciscana que se cree que estuvo en Santa Cecilia, aunque eso habrá que demostrarlo...
El peso de la historia recae completamente en Blanca, una mujer a la que durante el relato vemos caer, desesperarse y poco a poco ir recobrando las fuerzas para resurgir de sus propias cenizas, mirar a la vida a los ojos y encontrar la manera de reconducir su destino. Una mujer fuerte, con las ideas claras a pesar de esos momentos iniciales de desorientación y confusión.
Blanca es un personaje muy bien construido, perfectamente creíble y lo más importante, vive una historia con una gran coherencia.
Vamos viajando al pasado para conocer un poco más a Fontana y también al profesor Daniel Carter, que estuvo en el país para realizar una tesis sobre Ramón J. Sender y tuvo ocasión de conocer a fondo el ambiente de la época.
Un pasado que va explicando perfectamente el presente, que se cruza con él pero sin que el lector pierda en ningún momento el hilo de las dos historias, cada una en un lugar y un tiempo diferentes, pero muy relacionadas y que se explican una a otra.

La novela tiene un ritmo más pausado que El Tiempo entre Costuras, pues aquí son más las cosas que suceden en el interior de los personajes, pero no resulta en absoluto de lectura lenta, todo lo contrario, no es una historia que se lea del tirón en un par de tardes, pero sí una historia que va entrando poco a poco, calando en el lector, y que hace que nos apetezca conocer un poco más a los personajes, entender los por qués de Daniel Carter, saber qué pasos irá dando Blanca...
A la vez que conocemos la historia de los personajes, conoceremos además la vida cotidiana española y californiana de dos épocas bien distintas, la España de la posguerra y la California del siglo XVIII, cuando los monjes franciscanos crearon el conocido como Camino Real, con el fin de convertir a los habitantes de aquellas tierras extrañas.
Es una maravilla leer a María Dueñas, sabe construir personajes fantásticos y contar muy, muy bien sus historias. Una lectura muy recomendable, quizá os pueda resultar una buena idea para regalar en estas fechas.

(La fotografía del mapa de las misiones californianas es de la web de la autora)

martes, 18 de diciembre de 2012

EL VERANO DE LOS JUGUETES MUERTOS

Había leído ya varias reseñas muy favorables sobre este libro cuando un día me topé con una oferta muy tentadora: una edición de bolsillo especial de verano por 6,95, así que no lo dudé ni un momento y me lo llevé a casa. Esto fue hace unos meses, pensaba leerlo en verano, pero otras lecturas se cruzaron por el medio, un par de libros prestados, pero por fin le llegó el momento a la primera novela de Toni Hill, un autor que por el nombre podría parecer de origen anglosajón, pero nada más lejos de la realidad, es barcelonés...
A este licenciado en psicología el mundo literario no le es en absoluto ajeno, pues lleva ya diez años traduciendo para Random House Mondadori a autores como David Sedaris, A. L. Kennedy, Jonathan Safran Foer o Peter May.

EL VERANO DE LOS JUGUETES MUERTOS


Tanto la portada del libro, de lo más inquietante, como el acertadísimo título la verdad es que invitan a su lectura, o al menos a mí me ha pasado, además de reseñas muy favorables, como os comentaba.

La historia nos cuenta la investigación a la que ha de hacer frente el inspector Héctor Salgado, un argentino que lleva años afincado en Barcelona y que no está atravesando precisamente por su mejor momento personal: recién separado de su mujer y apartado una temporada del cuerpo por haber agredido a un delincuente.
Recién llegado de su país natal, casi con el jet lag aún en el cuerpo, ha de hacerse cargo de un caso que se va volviendo cada vez más extraño y complejo: un adolescente se precipita desde la ventana de su habitación una noche en que se celebraba una fiesta en su casa... ¿Marc Castells quería suicidarse, estaba bebido y perdió el equilibrio?... Preguntas iniciales a las que se irán sumando muchas otras y a las que no será fácil responder.
La agente Leire Castro ayudará al inspector en sus pesquisas, alentados por la madre del joven, segura de que aquel suceso no ha sido un accidente.
Presente y pasado, un pasado con un secreto guardado desde hace décadas, se mezclan y forman un ovillo que poquito a poco irá deshaciéndose.


Estamos ante una primera novela logradísima, la verdad es que en estos dos últimos años están surgiendo nuevos escritores con un nivel impresionante. Hill demuestra que sabe escribir una buena novela negra desde el principio.
No estamos ante una historia de estas con ritmo trepidante que se meriendan en una tarde de lluvia, pero sí ante una novela que nos va metiendo poco a poco, casi sin darnos cuenta, en la que cada dato que surge nos motiva a seguir leyendo para saber qué ocurrirá luego o dónde encajará la pieza del puzzle.

El lenguaje está cuidado de forma que resulte sencillo, aunque esté trabajado (este oficio de traductor estoy segura de que tiene algo que ver), el comisario se nos presenta como un tipo de lo más creíble, con su lado oscuro, sus miedos, sus fantasmas... y muy, muy coherente.
A un argumento a priori sencillo se van añadiendo tramas secundarias, va apareciendo esa historia oculta del pasado, surgen personajes que de alguna forma tienen que ver con el hecho principal.
Me ha gustado mucho y sin lugar a dudas os animo si sois amantes de la novela negra a conocer al inspector Salgado en este primer libro de lo que intuyo será una saga... Ya ha salido el segundo, con el título de Los Buenos Suicidas, de lo más apetecible ¿no?

domingo, 16 de diciembre de 2012

UNA FAMILIA FELIZ. DAVID SAFIER

A muchos de vosotros os sonará David Safier por su primera novela, que salió en nuestro país hará unos tres años con el título de Maldito Karma, un desternillante libro que nos habla de la reencarnación y con un mensaje de fondo que invita a reflexionar sobre aquello que es importante en la vida y que en ocasiones no sabemos ver, o no nos paramos a hacerlo.
Con estas mismas premisas, el humor y un mensaje de fondo algo más profundo, incluso una moraleja, llegan de la pluma de Safier los siguientes títulos, Jesús me quiere, Yo, mí, me conmigo y la que de momento es su última novela: Una familia feliz.

UNA FAMILIA FELIZ

Los protagonistas son los miembros de una familia bastante desunida e infeliz. Los padres son Emma y Frank, ella al frente de una librería que poco a poco va perdiendo más y más clientes mientras ella, totalmente desmotivada, no sabe cómo sacarla adelante y tampoco tiene claro si realmente quiere hacerlo, simplemente deja pasar los días.
Frank es empleado de banca, y el estrés es un continuo en su vida, le agobia y le supera.
Ada es una adolescente, en plena edad del pavo y enamorada hasta las trancas de otro adolescente, que absorbe sus pensamientos, no dejándole un solo pensamiento para ninguna otra cosa, menos aún para su familia o el pesado de su hermano Max, un niño muy inteligente pero al que le resulta difícil relacionarse, sobre todo con chicas, y eso hace que sea retraído y poco comunicativo.
Un buen día la familia es hechizada por una bruja cuando vuelven de una presentación de un libro disfrazados de Frankenstein, la momia, una vampiresa y Frankenstein: les convierte en el personaje del que van vestidos y sólo podrán volver a ser ellos cuando se valoren, descubran la familia que son y deseen formar parte de ella y de que en el fondo se quieren, aunque no sean conscientes.


LEYENDO UNA FAMILIA FELIZ

Lo que ocurre en la novela es un puro despropósito, pero es lo que cualquier lector de Safier se espera, una auténtica locura, pero esta vez parece que la frescura no se mantiene, en mi opinión la gran novela (no entendamos grande como que pasará a la historia de la literatura, por favor, me refiero a su novela más redonda) de Safier es su primera novela, las demás van decayendo poco a poco y esta última ha provocado en mí menos sonrisas que las anteriores, aunque diría como positivo que es la que más invita a la reflexión, con frases como estas:


"Si los hubiera mirado a todos con otros ojos, habríamos podido ser más felices como familia" (pág. 302)
"Seguramente no formábamos una familia que siempre era feliz, sino una familia que discutía y estaba un poco estresada. Pero éramos una familia que se quería. Y, al final, eso es lo único que cuenta en la vida. (pág. 304)

"Lo había comprendido por fin: el sentido de la vida consistía en salvar gente y, sobre todo, a mi familia, pero no a los bancos" (pág. 308)


Como se puede ver en la última frase que he puesto, hay un guiño bastante claro a la situación actual en Europa (Safier es alemán, imagino que si fuera español sería aún más duro...), y esta referencia no es la única, aunque quizá sea la más clara.

Una lectura muy ágil, entretenida, simpática aunque no provoca una risa hilarante y recomendable para pasar una tarde de lluvia como la de hoy.

martes, 11 de diciembre de 2012

RESTAURANTE O FERRO. COMPOSTELA


Hace unas semanas, con motivo de la celebración del 5º Concurso de Tapas de la ciudad, el Santiago(é)Tapas acudimos a este restaurante, del que ya habíamos oído hablar varias veces y siempre bien, pero al que nunca habíamos ido a comer.
Se encuentra situado en el barrio compostelano de Santa Marta, cerca del hospital Clínico, y ofrece a los clientes un ambiente muy acogedor, entre rústico y moderno, con dos zonas, una de vinos y pinchos que son muy variados y van cambiando todas las semanas, y la otra de restaurante, donde se puede comer a la carta, optar por el menú degustación o bien por el menú ejecutivo entre semana.

Llegamos con nuestro niño pequeño y por comodidad solicitamos que nos pusieran las tapas del concurso en el comedor, para luego ya quedarnos a comer. Fueron encantadores y no nos pusieron ninguna pega en absoluto.
En la zona de comedor estuvimos comodísimos porque al ir temprano el ambiente estaba más bien en la de vinos, así que la primera media hora más o menos estuvimos solitos y tan anchos. Las tapas del concurso, trabajadísimas, nos encantaron, a los tres, como ya os comenté en el post en su día.
Pedimos la carta y nos decantamos por pedir para el peque unas croquetas de cecina que estaban fantásticas (nos costó que nos dejase probarlas, de hecho), y para nosotros una tempura de verduras con soja y pulpo a la plancha gratinado con queso gallego. Normalmente me gusta el pulpo más bien durito, y en este caso estaba algo más blando, pero combinaba a la perfección con la textura del queso, algo que quizá si fuese más duro no hubiera pasado. Acompañamos la comida y las tapas con un par de cervezas, un zumo y una copa de vino.
Somos los tres muy golosos, así que no perdonamos el postre: mousse de chocolate y coulant de chocolate con sorbete de limón. Fabulosos ambos.
El local nos resultó muy cómodo y acogedor, el ambiente muy agradable y el servicio estupendo. Nos sorprendió que al terminar saliese incluso el cocinero a preguntarnos qué tal había estado todo, todo un detalle que nos gustó mucho y que no sucede con demasiada frecuencia, la verdad...
La relación calidad-cantidad-precio me pareció más que correcta, un lugar en el que seguro que vuelven a vernos, nos quedamos con ganas de tomarnos un vinito y probar los pinchos, sobre todo ahora que he indagado en la web del restaurante y he descubierto que el cocinero, además de una larga trayectoria por tierras gallegas, ha estado un tiempecito por tierras bilbaínas...

jueves, 6 de diciembre de 2012

M* CAFÉ E COPAS

Cuando algún amigo viene a visitar Santiago de Compostela y me pide recomendaciones gastronómicas, siempre le sugiero dónde comer, dónde tomarse un vinito o una caña y siempre dónde tomar ese café de media mañana o media tarde, porque cuando uno pasa todo el día conociendo la ciudad, surgen varios momentos en los que apetece pararse un rato a reponer fuerzas.
Y de ese café me gustaría hablaros hoy: En el M*Café e Copas hay algo más que lo que su nombre nos indica, además de un café hecho como mandan los cánones, unas magdalenas y bizcochos que quitan el sentido o una tarta de almendra de nombre Lolita que sólo podréis encontrar aquí, el M* guarda mucho, mucho más que eso en su interior y otras que no verás, como por ejemplo una televisión al uso, aquí no se va a ver el fútbol o las noticias, al M* se va a charlar, a disfrutar de un buen café, a ver alguna de las exposiciones que se organizan, showrooms o incluso pequeños conciertos
Su tele está de forma permanente en la carta de ajuste y al ser de cartón no podrás encenderla ni aún encontrando el mando a distancia... Si se te ocurre buscarla en los estantes, te encontrarás un libro, y si vas con niños, léeles alguno, también los hay para ellos!
Este café es lugar de encuentro de twitteros compostelanos, que quedan aquí para desvirtualizarse, para compartir momentos... También la creatividad tiene su espacio en el M* en la cita de iPunto de los miércoles por la tarde: un grupo de calceta pionero en Compostela, del que salen ideas tan simpáticas como las fundas que tejieron para los bolardos de la Rúa de San Pedro y que tuvieron gran repercusión en los medios locales.
El M* tiene varios ambientes, en la parte más próxima a la entrada unos grandes ventanales nos permiten asomarnos al mundo, ver qué ocurre al otro lado. Al fondo del local, hay un espacio muy recogido, perfecto para una pequeña reunión de amigos, sin duda mi favorito, no veáis lo poco que me gusta entrar y que alguien esté sentado en "mi sitio" (no sale en ninguna foto de las que os he puesto porque me quedaba algo oscuro, pero podéis verlo reflejado en el espejo... es la pared verde que se ve al fondo).
Siempre se están ideando cosas aquí, algún cóctel de noche, repostería nueva... y se participa en muchas iniciativas, como por ejemplo el concurso de tapas, que este año estuvo representado con el M de Manzana, del que os hablé en la entrada que hice sobre el concurso y que espero que haya llegado para quedarse, porque nos gustó muchísimo a todos. Se nota mucho el cariño, las ganas de hacer las cosas bien en cada iniciativa que surge aquí.
Animaos si tenéis ocasión y no dejéis de fijaros en las frases que van cambiando en las pizarras, en la interior y en la exterior... momentos para la reflexión, para la sonrisa en un lugar muy acogedor que os queda muy cerca del casco histórico y también muy a mano de la zona del ensanche, cerquita de la Plaza de Galicia. Ya me contaréis

lunes, 3 de diciembre de 2012

RESTAURANTE CHICHA. GASTÓN ACURIO EN AREQUIPA

Antes de visitar Arequipa jamás había oído hablar del afamado chef peruano Gastón Acurio. Si me permitís la licencia os haré un breve comentario sobre él: este chef nacido en Lima ha dado a conocer la cocina peruana en el mundo, a través de sus restaurantes, artículos en prensa especializada, libros de cocina y programas de televisión. En la actualidad tiene varios restaurantes en Perú y en el extranjero, uno de ellos en Madrid y otro desde septiembre de 2012 en Barcelona.

Lo que propone este Gastón Acurio y que hemos podido comprobar en Arequipa en el restaurante Chicha, es una versión modernizada de la comida peruana tradicional, centrándose en la zona en la que se ubican sus restaurantes y elaborando sus platos con ingredientes locales.

Lo primero que nos llamó la atención es que esta nueva cocina peruana poco tiene que ver con la nueva cocina española más conocida, tan sofisticada, minimalista y a veces incluso difícil de entender. A mí personalmente su estilo me recordó a algunos restaurantes de mi región, Galicia, que hacen una cocina moderna sin olvidar las raíces y la generosidad (sin pasarse) en las raciones.

La bodega del restaurante es muy amplia, ofreciéndose todo tipo de caldos nacionales y extranjeros. Podemos incluso verla y pasearnos por ella, acompañados o no del sumiller del local.
El establecimiento es muy acogedor y tiene distintos ambientes. Está situado en la Casona de Santa Catalina, realizada en piedra sillar, que es la piedra blanca típica de esta zona, y la rehabilitación está muy bien hecha. Podemos optar por el patio (calefactado) o uno de los comedores, como fue nuestro caso.


Nuestra experiencia culinaria

No podíamos dejar de ir a este restaurante, recomendadísimo por todos aquellos que conocían un poco Arequipa.
Conservo la factura, pero no vienen los platos exactamente como en el menú, así que os pido disculpas porque no recuerdo los nombres.

Empezamos picoteando torrejas de chicha, una especie de buñuelos de verduras pequeñitos muy buenos, nuestro niño se tomó unos cuantos. Venían acompañados de dos salsas aparte que los hacían aún más deliciosos.

De segundo, yo pedí causa cóctel, que es el típico cóctel de gambas con su aguacate, salsa rosa y huevo de codorniz, montado en dos rodajas de la típica causa peruana. Un plato muy ligero y muy bueno.

Mi marido pidió camarones con almendras. Venían acompañados de arroz en blanco, aceitunas moradas y una salsita muy buena.
Rematamos la jugada con dos postres muy diferentes, uno de ellos muy típico y el otro original del restaurante. El primero, los buñuelos arequipeños, una delicia, acompañados de miel, y el segundo, rocotito relleno. El rocoto es un pimiento muuuuuy picante, pero en este restaurante los ponen en almíbar para este postre y el resultado es muy bueno.

Probamos un vino tinto peruano que se llama Tacama. La verdad, fue lo que menos nos convenció, en eso ganan los chilenos, pero nos apetecía probar un vinito local. En comparación, salió carísimo, mucho más que cualquier plato de la carta.

El servicio fue magnífico, muy amables, atentos, nos aconsejaron y estuvieron pendientes de nosotros en todo momento, no tuvimos que mover un dedo ni servirnos un solo vaso de agua o vino. Impecable.

La factura ascendió a 209 soles, lo que vienen siendo unos 52 euros, lo que teniendo en cuenta el lugar en el que estábamos es un precio más que bueno, no podíamos dejar escapar la ocasión de una cena así, más que asequible y de gran calidad. Estuvimos aquí en el año 2009, en diciembre, así que ya ha llovido un poquito, pero no quería dejar pasar la ocasión de hablaros de mi pequeña experiencia con la comida peruana, que nos sorprendió muy gratamente. Pronto más restaurantes, aún quedan dos en el tintero.

La Chicha es una bebida típicamente peruana, hecha con maíz. Hay distintos tipos, según el maíz que se utilice, y puede ser con o sin alcohol. En nuestro viaje a Perú se la dimos a nuestro niño varias veces, además de un montón de zumos naturales, unas opciones fantásticas a los clásicos refrescos. En este restaurante nos ofrecieron la chicha que llaman colorada, que es la que se hace con maíz morado, muy buena, os animo a probarla si se os presenta la ocasión.