La propuesta era tan sencilla como juntarnos un grupo de blogueros amantes del buen comer y buen beber, visitar una bodega, la de Reboreda Morgadío en Crecente, pocos días antes de la vendimia, con las uvas casi en su punto, degustar y catar vinos y comer todos juntos... aunque había unas sorpresas preparadas que descubriríamos más tarde.
Poco a poco fuimos llegando los integrantes del grupo, unos con más dificultad y otros con menos... cosas de las carreteras gallegas... y nuestros anfitriones en la bodega, Ana y Jacob, directora de exportación y director comercial de la bodega, nos recibieron con muchísima simpatía, además de una enorme profesionalidad, transmitiéndonos en todo momento su gran amor por ese producto que para ellos es mucho más: el vino.
En un recorrido por el terreno de la bodega, nos explicaron que debido a la inclinación (de 40 a casi 300 metros sobre el nivel del mar) y la diferente composición del terreno, que va desde el arcilloso en la zona baja hasta un suelo más pedregoso cuanto más subimos, las uvas, y por lo tanto el vino resultante, tienen un sabor muy diferente.
Zona baja, zona media, zona alta, increíble, pero absolutamente cierto, en la boca las uvas nos producían sensaciones muy diferentes conforme íbamos avanzando.
Descubrimos también la pruina que contienen estas uvas con un experimento de lo más sencillo... sólo aplastamos las uvas en la palma de la mano y comprobamos que quedaban pegajosas, y esa pruina trabaja para que el vino tenga su propia personalidad y refleje lo que el terreno le da.
Tres copas de vino para identificar tres parámetros: alcohólico, gordo y ácido, pronto sabríamos para qué, pero en un primer momento para ver claramente en el vino lo que habíamos notado directamente en las uvas.
Y después de este ejercicio, el sorpresón! Ana y Jacob nos anuncian que vamos a elaborar nuestro propio vino.Decidiendo las proporciones que llevaría cada coupage del vino sacado de cada una de las fincas: con unas pequeñas directrices en cuanto a proporciones mínimas, nos piden que hagamos según nuestro criterio 3 coupages, para luego decidir cuál es el que más nos ha convencido.
Nuestros anfitriones posan con el resultado final, el verde se alza con la victoria, bajo la etiqueta de este color hemos mezclado un 75% de vino procedente de la finca alta con un 25% procedente de la finca alta. Parece que hemos sido buenos alumnos, estaban encantados!
Con mucho misterio nos conducen a la zona donde se encuentran las cubas de vino y allí nos esperaba aún otra sorpresa.
Hacen los honores Rubén (Ni mata ni engorda) y Carmen (Guisándome la vida), los padrinos del evento, y nos descubren una cuba con una capacidad de 600 botellas, y donde se hará el vino que nosotros mismos creamos y que se comercializará como Tapas&Blogs Reboreda Morgadío en su web, que muy prontito contará con tienda online, atentos. Qué orgullosos nos sentimos y qué ilusión nos hizo a todos!!!
Y llega la hora de la comida, servida por el restaurante Os Pirús, de Arbo, una delicia que además tuvimos la inmensa suerte de poder maridar con nuestro recién nacido vino, pues en la bodega veloces se pusieron a prepararnos dos grandes botellas para la comida. Estaba fantástico y le iba de miedo a todo lo que degustamos, se me quedaron en el tintero los licores (había que conducir...), pero sé de buena tinta que estaban fabulosos.
Un día redondo, tanto por el trato recibido por parte de nuestros anfitriones, por la visita que nos organizaron, las sorpresas y todo el cariño puesto en que nos sintiéramos bien y transmitirnos lo que para ellos significa trabajar el vino, como por la compañía del resto de blogueros, un grupo lleno de buen rollo, donde nos reímos, charlamos, comimos, bebimos y disfrutamos muchísimo.
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