Algunos de los que os pasáis por aquí también me leéis en Twitter, y seguís mi hashtag #cosasdeniños, en el que comparto las frases ingeniosas de mi niño. Tras mucho darle vueltas pensé en compartirlas también en el blog y crear una nueva categoría, que con permiso de Javi Mos se llamará Mario Facts.
Y llegados hasta aquí os preguntaréis ¿y ese título qué tiene que ver con lo que nos está contando? Pues muy fácil, porque las cosas hay que aclararlas bien y explicarlas desde el principio. ¿Quién es Mario? Mario es el hijo de una Mala Madre, lo confieso, me veo totalmente reflejada en el libro de Lucía Etxebarría "El Club de las Malas Madres", en el blog de La Niña Sin Nombre y su @malasmadres... absolutamente!
Antes de que Mario naciera yo era la "dueña de" (por mi perro) y desde el 25 de julio de 2007 ya ostento el título de "madre de", que seguirá conmigo para siempre, porque este no es de los que admiten devolución ni tienen garantía por dos años, lo tienes y te lo comes, día y noche los siete días de la semana, que pueden llegar a ser larguísimos.
En fin, que como mala madre que soy, cuando rompí aguas tuve cierto miedo escénico ¿al parto? No, eso es para las buenas madres, lo mío fue un pensamiento que decía más o menos así: "Madre del amor hermoso, que esto ya no tiene vuelta atrás, nos vamos dos y volvemos tres, miedito me da", pero claro, había que mantener el tipo, no fuera a ser que nos la pegáramos de camino al sanatorio.
Llegamos por fin y todo ocurrió dentro de lo normal... bueno, depende de lo que entendamos por normal, porque el niño salió y estaba sanote, pero el contenedor, o sea, su mala madre, estaba más
cosida que un mantel de lagarterana y con dos bolsas de sangre ajena en el cuerpo. Llegó la enfermera con la criatura sacada con ventosa, llenito de pelo y con la cara espachurrada y claro, qué iba a decir yo ¡pues que era feo! Ahí ya apunté maneras de mala madre, porque la enfermera me contestó que era la primera madre que oía decir eso. La rematé cuando quiso darme a mi cachorrillo, sólo a una madre como a mí se le ocurriría pedir que llamasen al padre, que no me sentía con fuerzas de atenderlo. Lo sé, es imperdonable...
Una vez en la intimidad de la habitación, mi marido tuvo un ratito de mal padre y nos confesamos "Pobrecito, con lo feo que es lo único que le queda es ser muy simpático!" Pero el efecto ventosa desapareció y ya sí Mario era muy mono, y clavado a su progenitor, que era como si hubiese entrado en la lavadora a ochenta grados y con centrifugado a tope!
Sin embargo el momento enamoramiento y ese sentimiento de sentirme completa y que daría la vida por aquel canijo de pañal que dormía, lloraba y hacía sus cositas, tardó en llegar, lo reconozco, necesitamos conocernos un poco más para querernos.
Foto de blogdelfotografo.com |
Cuando como mala madre que soy me incorporé a trabajar a los 5 meses, mi niño se independizó, porque es tal el movimiento que tiene por las noches, que no hay quien pegue ojo y claro, no dormir y currar como que no era plan... Mi marido se levantaba miles de veces para ver si estaba bien, pero Mala Madre, yo misma, trataba de aprovechar al máximo las horas de descanso egoístamente.
Y esta soy yo... el niño fue creciendo, con doce meses rompió a hablar, me encantó, hablo mucho con él, pero también llegaron las crisis: la de las manualidades (NO por ser madre se saben hacer manualidades, señoras profesoras), la de la costura (NO sé hacerle un disfraz, sólo soy su madre), la de estar rodeada de Buenas Madres en el parque y ser la única Mala Madre, que pone mala cara cuando a su niño le dicen "guau, guau" en vez de "perro" o "caca" cuando lo que es aquello claramente es una gominola pegoteada asquerosa.Y tampoco sé dibujar, ni cantar, ni inventarme cuentos, me aburren las carreras de coches en el pasillo y los dibujos animados, aunque me los sepa de memoria.
Pero creo que a pesar de tener una Mala Madre, servidora, el niño es listo, noble, cariñoso, trabajador, humilde, y claro, guapísimo, que esto lo veo hasta yo!
Ahora que ya sabéis lo que el enano tiene en casa ¿qué os parece la idea de ir conociendo lo que esta madre vive con este chicarrón de seis añazos y medio? ¿Me acompañáis?