Permafrost: Capa del suelo permanentemente congelada en las regiones polares. (Diccionario de la Real Academia Española).
Esa capa helada aísla lo que hay debajo, separa la atmósfera del suelo, y esa capa, casi imposible de derretir, protege a la protagonista de la novela de Eva Baltasar, escritora barcelonesa que, tras diez años dedicada a la poesía, nos presenta su primera novela.
Hay algo único en la lectura de un texto escrito por quien maneja los códigos poéticos, algo que no se encuentra en textos de otro tipo de escritores. Esa manera tan sutil de describir, esa sensibilidad, el manejo del idioma y del corazón y el alma del lector son maravillosos.
Lo reconozco, no había leído ningún texto de Eva Baltasar, pero me ha conquistado su historia, a tumba abierta, de una mujer que descubre su sexo, que no encuentra su lugar en el mundo, un mundo que no logra comprender y del que se refugia zambulléndose en la lectura de una manera enfermiza. Una mujer que coquetea con la idea del suicidio sin tapujos, que no entiende los convencionalismos de la vida que espera que sea madre abnegada, que goce del sexo con los hombres.
El origen del libro está, en palabras de la propia autora, en una petición de su psicóloga: «Mi psicóloga me pidió que escribiera mi vida y de esa forma empezó el libro. Luego vino el trabajo de poeta, de pulir cada frase para dejarla bonita» y
«He aprovechado para decir en su boca tantas cosas que yo pienso que ha tenido un punto terapéutico».
«La protagonista es hija de su época, se queja del tedio. No ha tenido que luchar mucho, no ha sufrido mucho... Decide vivir intensamente, sin drogarse, padeciendo y disfrutando, por ejemplo, del sexo, que es su ancla con la realidad». Y entre la dosis de realidad del sexo y su inmenso goce a través de él y la evasión que le produce la lectura, se va retratando una mujer real, creíble, compleja, cotidiana.
"Vivir desde el corazón es un error si se hace creyendo en la propia libertad, porque la libertad es el dominio de la mentira, mira por dónde. Mentir es una manera de resistir, una estrategia de camuflaje para individuos socialmente poco agresivos como yo. Las mentiras acomodaticias permiten la convivencia con los elementos desagradables de la realidad." (pág. 64)
"Al parecer mi inconsciente solo quiere viajar y follar. Paso las noches alojada en hoteles, y en tiendas de camping, caravanas, carros, diligencias y trenes. Nada de aviones. Practico mucho sexo con mujeres desconocidas, pero lo singular es que durante el sueño mantenemos una impresionante complicidad. No puedo quejarme, mi cerebro es un buen lugar para pasar la noche. " (pág. 69)
"La aviso de que voy un momento al lavabo y lloro. Me lloro encima sin quererlo ni querer evitarlo. Estoy segura de que centenares de madres se han desplomado en este lavabo. Pero no lloro por Clàudia, ni creo llorar por mí. Lloro como llora el exceso de azúcar la fruta colgada demasiado tiempo en el árbol. Me fundo. Me abandono. Me transformo poco a poco en un despojo lleno de huesos. Cuando ya hace demasiado tiempo que estoy allí, me lavo la cara y vuelvo con ella." (pág. 123)
Sensual, sexual, poética. Una breve novela de poco más de cien páginas que deja poso, que gusta leer despacio, saboreando cada frase, cada pensamiento.