Hace semanas que tengo este post escrito a medias. Me está costando mucho ¿no os ocurre en ocasiones que no encontráis las palabras, el enfoque más adecuado para hablar de un libro? Pues esto me ha ocurrido a mí con Los Mundos Ajenos.
Isabel Blanco-Rivas es una abogada viguesa especializada en violencia de género y menores. Este libro de ocho relatos es fruto de su experiencia profesional y su manera de contarlo nos dejan ver su enorme sensibilidad y su gran capacidad de empatía con todos y cada unos de los protagonistas de sus pequeñas historias. Isabel consigue emocionarnos, ver con otros ojos a las personas que son simplemente diferentes a nosotros y que por el mero hecho de serlo, de no pertenecer a ese grupo que denominamos "normal" sin serlo, porque todos y cada uno de nosotros somos diferentes y únicos, tienen ciertas dificultades en su vida cotidiana y sus relaciones con los demás.
Los Mundos Ajenos nos llega de la mano de la jovencísima editorial Belagua, que con este segundo título nos deja ver que sigue apostando por una gran calidad en sus publicaciones, escogiendo con mimo lo que quiere ofrecer al público. El libro Islas Atlánticas de Galicia es la otra joya publicada por la editorial, con fotografías de Ricardo Grovas y textos de Edurne Baines.
Ocho relatos forman un libro que no necesita más que 156 páginas para atraparnos totalmente. Siempre he pensado que no es necesario un extenso libro para contar una historia profunda, aunque resulta mucho más complicado hacerlo en la brevedad, relatos y cuentos tienen que ser realmente buenos para llegar al corazón del lector. Isabel lo consigue y en todas las presentaciones que ha tenido el libro desde el mes de mayo, cuando vio la luz, se destaca precisamente este aspecto. Me gusta marcar párrafos o frases que me han gustado especialmente y en ocasiones las incluyo en mis reseñas literarias... Tengo más de diez marcas en esta ocasión!
Fotografía de la autora realizada por Ricardo Grovas |
No quiero contaros las historias de este libro, en cualquier web que lo venda, como La Casa del Libro o El Corte Inglés tendréis una sinopsis con nombres como Sara, Marcos, Nelson, Bernabé o Natalia, en esta ocasión quiero pediros que leáis atentamente estas líneas:
"Amalia no pudo superar la muerte en los ojos de Sara y reaccionó negándolo al principio (...). Rehuía salir a la calle para que los demás no se dieran cuenta de que Sara era distinta, de que la pequeña Sara, aquella niña de piel rosada y cabellos rubios, no podía verlos.
Amalia decidió que no podía, que ella no podía con aquello, y, poco a poco, delegó en la pequeña Lena el cuidado de su hermana." (págs. 16-17)
"Con el tiempo, los dedos de nuestras manos se convirtieron en la risa y en el llanto, en la espera y la ilusión, en la aflicción y el enojo. Todo lo expresábamos con ellas, y mis padres y mi hermana llegaron al extremo de dejar de utilizar la voz entre ellos. Cuando yo no estaba, prolongaban el silencio hasta mi regreso" (pág. 27)
"Ha transcurrido más de medio mes y las tres saben ya lo que les ha ocurrido, y lo que les espera el resto de sus vidas. Ninguna de las tres volverá a caminar sin ayuda. Ninguna de las tres ha perdido el sentido del oído" (pág. 63)
"Su boca era un erial insípido al que no llegaban más sensaciones que el frío y el calor. (...) Carnes, pescados y verduras pasaban por su boca como piedras insípidas. El aroma de los melocotones, el de los jazmines y la lavanda le eran ajenos. Si tuviese que vivir con los ojos cerrados, Fermín no distinguiría parte del mundo que le rodeaba... (Págs. 108-109)
Isabel no juzga, no hay un narrador que juzgue ni a los protagonistas, ni a aquellos que se relacionan con ellos ni al lector que asiste al relato de su día a día, de sus sentimientos y de su forma de ver el mundo. Los Mundos Ajenos es una invitación al lector a realizar su propia reflexión sobre estas vidas diferentes, quizá alguna parecida muy cerca en su realidad cotidiana, y cada uno de nosotros llegaremos a conclusiones dispares gracias a la pluma de Isabel, que en cada relato nos dibuja perfectamente ocho mundos diferentes.
Gracias Edurne, por tus hermosas palabras y por este bellísimo regalo en forma de libro.