Hace muchíiiiisimo tiempo que no os comento por aquí las frases y conversaciones de mi pequeño terremoto, así que hoy voy con ello, nos habíamos quedado en el año 2012, cuando Mario tenía cinco añitos...
Una critaturita la mía nacida ya con las nuevas tecnologías debajo del brazo, y confieso que bastante más diestro que su madre, algo que tampoco es dificilísimo, he de confesar y confieso... Aunque claro, todo tiene un límite y en ocasiones se pasa el del buen gusto, con la naturalidad y candidez habitual en estas edades, claro... Os pongo un ejemplo muy gráfico:
"¿Tengo el culo sucio? Si. Sácame una foto con el móvil para que lo vea!"
No lo dudéis, no hay foto!
Recuerdo una vez que coincidimos con el bebé de unos amigos, y claro, surgieron un par de comentarios de lo más lógicos y normales con esta edad...
"¿Y cuando yo era bebé también me poníais caras así de raras?" Me parto y me mondo, claro, todos los adultos haciendo carantoñas y el enano alucinadísimo y sin encontrarle la gracia, y menos cuando todo el mundo está pendiente del canijo y él queda en un segundo plano, es entonces cuando llegan preguntas del estilo: "¿A los bebés se les quiere más? Es que todo el mundo le hace caso a ese bebé y a mí nada"
A sincero tampoco le gana nadie, creo que aún a estas alturas, con siete años, no tiene todavía esa picardía de la mentirijilla, así que un buen día haciendo los deberes, que es uno de los momentos mamá-hijo que tenemos y en el que practico mi santa paciencia a base de bien, teníamos que cubrir una ficha con las cualidades de Mario, así que él empezó... "Soy bueno, amable, sé compartir..." y yo, reconozco que en plan picarlo un poco le pregunté: "¿y eres obediente", a lo que con una sinceridad y lógica a prueba de bomba respondió: " Bueno, mamá, tampoco te pases, ¡eso no!".
En fin... reconozco que aunque también me estreso con mi niño, me río muchísimo y como me dice todo el mundo no me aburro, imposible!
Los momentos que más me gustan son esos de exaltación del amor que tiene de vez en cuando, para qué negarlo, a nadie le amarga un dulce y el que diga que no, miente descaradamente. Tengo un niño bastante zalamero y con frases como "Mamá tengo que darte besos en la piel, porque si los doy en el pijama no te llegan, y te tienen que llegar!!!"
Y una de las cosas que me hacen estar más orgullosas de mi cachorrillo es su sensibilidad y su generosidad (atención, momento tierno)
(Ve una bolsa con ropa)
- "¿Qué es eso?
- Ropa que ya te queda pequeña para llevar a Cáritas, así como está todo muy cuidado lo pueden poner otros niños
- Y qué hay dentro?
- Dos cazadoras?
- Pero mamá, si sólo llevamos cazadoras no te das cuenta de que van a tener frío en el culo?
- No,
Mario, nosotros llevamos partes de arriba, otras veces llevamos partes
de abajo, u otras personas pueden llevarlas, entonces los niños se
llevan todo lo que necesiten, partes de arriba y de abajo
- Ahhhh, bueno, menos mal!"
- "¿En primaria también se hacen fichas?
- Claro, muchas más que en infantil, en todos los coles, da igual al que vayas, en primaria hay que escribir mucho
- Jooooo, qué rollo, paso de primaria, quiero saltar directamente a secundaria!
- Pero no puedes pasar a secundaria sin leer, escribir, sumar y restar…
- Pues me enseñáis vosotros!"
Por cierto ¿recordáis vuestro primer masaje? Nosotros sí, fue un grandísimo y más que agradable descubrimiento.
- "Me duele el pie
- ¿Y dónde te duele?
- Pues me duele todo, cuando me duele una parte del cuerpo me duele entera.
- Bueno, a ver, te voy a dar un masaje…
Le doy un masaje y comenta “Ohhh, no sabía que esto de los masajes fuese tan guay, hasta me relaja!!!” Termino y dice riéndose “mami, ahora me duele el otro pie”
Y esto es todo amigos, como dijo Mario un día de aquel año 2012...
"Mamá estoy tan cansado que antes de ponerme a dormir quiero echarme una siesta”