martes, 10 de febrero de 2015

LA ABUELA LOLA

"Sebastian sueña con ser un niño igual que los demás, con ser capaz de correr como el viento en el campo de fútbol, chutar la pelota de tal manera que dibuje una perfecta parábola y marcar un gol. Pero su corazón tiene un defecto desde que nació, lo que significa que no puede cumplir sus deseos. No obstante, Sebastian ha logrado encontrar su lugar en el mundo gracias a su excéntrica abuela Lola y al amor que esta siente por la cocina. Ambos preparan juntos riquísimos y exóticos platos puertorriqueños, el país de origen de su abuela. La complicidad que crece entre ambos (un niño enfermo y una anciana) se convierte pronto en un fuerte vínculo que logra unir de nuevo a una familia desestructurada, pues, como siempre dice Lola, «una comida preparada con amor no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma»." La contraportada de la novela de Cecilia Samartín nos da las claves principales de esta historia en la que nieto y abuela se convierten en el motor y el nexo de unión de una familia prácticamente rota.
El fallecimiento de su marido hizo que Lola perdiese totalmente el interés por todo, dejándose llevar en el día a día y con la única ilusión de las visitas vespertinas de su nieto. Ni siquiera se prepara la comida, recibe el menú de una residencia de ancianos y ni disfruta cocinando ni comiendo, hasta que cae en la cuenta de la importancia que tiene este gesto para ella, lo bien que la hace sentir cocinar y lo que ocurre cuando la familia se sienta delante de un plato delicioso, así que un día decide cocinar para su nieto, que recibe extasiado su primera "comida de verdad".

"Sebastian hizo lo que ella le había indicado y notó que el sabor a cartón y el regusto químico al que estaba acostumbrado en el puré de patata habían desaparecido. Lo único que percibió fue lo deliciosos que estaban los diferentes ingredientes, un sabor que era pura, simple y profundamente gratificante. Le encantaba la densa y cremosa textura que había adquirido el puré y deseó meter la cuchara una y otra vez hasta que la olla se quedara vacía" (pág. 153)

Cecilia Samartín
Y Lola, a través de la cocina, cuenta a Sebastián historias sobre la gastronomía en Puerto Rico y cómo le gustaba preparar esta o aquella receta. El niño ya no solo disfruta ayudando a su abuela, goza de verdad de cada bocado, incluso consigue ganar unos kilos, algo que parecía impensable meses atrás.
Los problemas y desavenencias familiares se suceden entre los hijos de Lola, y ella insiste en reunirles en torno a la mesa, donde poco a poco se van relajando las tensiones, va surgiendo la conversación y se producen encuentros con los que ya nadie contaba.

"-Hace años que no comemos cochinillo asado, mami, ¿a qué se debe la ocasión?
 - La ocasión especial es que este es el séptimo domingo seguido que llevo preparando la comida para mi familia y amigos, y quiero celebrarlo." (pág. 179)

Con unos protagonistas maravillosos, una gran ternura y sensibilidad vamos degustando los platos de Lola, conociendo a esta familia y sus relaciones, el mundo interior de Sebastian, un niño adorable, y esa magia que se crea en una reunión en torno a una buena comida. Una novela que aún siendo la historia de una pérdida, tiene un mensaje de optimismo y nos transmite que en la belleza de las pequeñas cosas hemos de buscar eso que llamamos felicidad, porque la vida es lo que estamos viviendo aquí y ahora con las personas que nos rodean y quizá mañana no estén.

"Gloria se quedó inmóvil mientras contemplaba la apacible belleza de los ojos de su marido y entonces recordó que, en su momento, aquellos ojos azules habían sido su santuario y el lugar en el que albergaba la esperanza por todo lo bueno del mundo. Y, a pesar de sí misma, se relajó y se acurrucó junto a su marido, recibiendo con gusto la calidez y la protección de su brazo alrededor de los hombros, como no lo había hecho en años" (pág. 383)


Mofongo, especialidad de la abuela Lola cuya receta, entre otras, aparecen al final de la novela



miércoles, 4 de febrero de 2015

CASCADA DEL RÍO TOXA Y MONASTERIO DE CARBOEIRO

El sábado 24 de enero participamos en el Cocido Trip en Lalín, y aprovechando que el fin de semana hizo un tiempo inmejorable, el domingo lo dedicamos a conocer un poco más la zona. Nos acercamos con la autocaravana a conocer el área situada en A Carixa (Vila de Cruces), una zona que os recomiendo visitar, y desde allí condujimos hasta el Monasterio de San Lorenzo de Carboeiro, a unos 10 minutos de aquí y perfectamente señalizado.
Hacía ya bastante tiempo que no veníamos por aquí y nos sorprendió muy gratamente encontrarlo abierto. Por una simbólica entrada de un euro por adulto pudimos entrar en lo que queda de este monasterio románico que data del siglo XI. Hasta setenta monjes benedictinos llegó a tener este monasterio que estuvo abandonado durante muchos años, sufriendo el expolio y las inclemencias del tiempo.
En el exterior llama mucho la atención la portada occidental, donde podemos ver a los ancianos del Apocalipsis en la parte superior (a 23 de los 24).
Dentro podremos pasear por la cripta y ver la iglesia. Donde venden las entradas quedan restos de lo que fue la cocina monacal y la sala de exposiciones fue dormitorio de los monjes.
Su situación junto al río Deza hace que el lugar resulte precioso, tanto las vistas desde el monasterio como el paseo al borde del río, una maravilla.


En este monasterio se rodaron varias películas, las más recientes Quart (2006), basada en la novela de Arturo Pérez Reverte “Piel del Tambor”, Reliquias (2011) serie de la TVG y Piratas (2011) de Telecinco. Charlton Heston estuvo aquí rodando una miniserie sobre el Camino de Santiago que emitió Antena 3.
Encontraréis abierto el monasterio de martes a domingo en horario de 12:00 a 14:30 y de 15:30 a 18:00


Desde el monasterio una ruta señalizada de unos seis kilómetros nos lleva caminando hasta la Cascada del río Toxa. Si, como nosotros, preferís desplazaros sobre cuatro ruedas, os aconsejo que pidáis ayuda a la persona que vende las entradas, ya que os darán un plano detallado para que lleguéis sin problemas, pues la mayoría de las señales o no se ven o están en mal estado y la verdad es que no es tan fácil llegar sin saber el camino.
Calculad unos quince minutos de trayecto y que desde donde dejéis el coche y tengáis que caminar, serán diez o quince más. Un camino para el que necesitaremos calzado cómodo y que nos conduce hasta una caída vertical del río Toxa de 25 metros de altura que resulta espectacular, como lo es el entorno y cualquiera de las rutas de senderismo que podemos hacer por aquí. Casi llegando a la cascada encontraremos una zona con mesas para picnic.



La cascada se encuentra en una zona incluida en la Red Natura 2000, por la excelente conservación del bosque atlántico.
En la página del Ayuntamiento de Silleda podéis encontrar más información sobre estos dos lugares emblemáticos y os aconsejo que vayáis a alguna de las muchas fiestas gastronómicas que tienen lugar aquí: tortilla, rosquillas, lacón, empanada o castaña, para todos los gustos.

domingo, 1 de febrero de 2015

#COCIDOTRIP 2015

Café en la Taberna Lareira
Este año hemos vivido nuestro tercer CocidoTrip en Lalín. Muchos de los que allí estuvieron nos han hecho llegar unas crónicas fantásticas de las que os pondré enlaces para que las leáis, con fotos maravillosas, explicaciones de todas las actividades que hicimos y lo estupendo que estaba el cocido en el Restaurante Agarimo, con una Conchi Peiteado al frente a la que admiro muchísimo.
Aunque un poco tarde, no quiero dejar de contaros lo que para mí es el CocidoTrip, pero esta vez apenas tengo fotos, no recordé llevar mi libreta de notas... Y es que este año fue para mí muy especialmente un año de emociones a flor de piel. El CocidoTrip 2015 ha sido un evento gastroemotivo como pocos, con nervios ya días antes, cuando con enorme agradecimiento escuchábamos al alma mater de este evento, Xavi Presas, hablar de Desayuna Galicia, incluyéndonos con tanta generosidad en una cita que en estas tres ediciones se ha convertido ya en la cita con el buen rollo por antonomasia.


Un día en el que me he reencontrado con amigos a los que hacía meses que no veía y moría por abrazar, por achuchar, por conversar horas y horas, momentos de charlas pendientes, de conocer un poco más a personas que apenas conocía por las redes, por sus blogs, sus avatares, algún "me gusta", comentarios casuales, y que se han instalado en mi corazón.
Como sabéis, hace pocos meses que nació Desayuna Galicia y quisimos aprovechar este día para agradecer a tres personas especialmente su enorme apoyo para que este proyecto fuera posible. Qué nervios, llevábamos semanas pensando qué detalle hacer, cómo íbamos a dárselo, qué decir... También queríamos simbolizar el agradecimiento a los blogueros que nos ayudaron difundiendo, desayunando y animándonos y creyendo en esta idea. Pido disculpas por las palabras que apenas logré pronunciar en el café, unos momentos antes habíamos estado hablando con Xavi y estaba muy emocionada, mucho... Bueno, soy así, fácilmente emocionable, sobre todo ante personas que, como Xavi Presas, ponen tantísima alma y cariño en todo lo que hacen y a las que es imposible no querer y apoyar en cualquier cosa. Desde aquí te reitero que cuentas conmigo para cualquier cosa que necesites, y que sepas que tanto si organizas un evento como un picnic junto al río, allí estaré. Es bien sabido en psicología que cuando algo que hacemos imprime una emoción positiva en nosotros, siempre querremos repetirlo para volver a sentirnos bien, y eso es lo que consigues con cada cita que nos propones.

Xavi Presas y Conchi Peiteado 
Además de las personas, también Lalín se ha conseguido, con todos los profesionales dedicados a la gastronomía, en un destino que gracias al CocidoTrip conocemos mejor y apreciamos más: panes, quesos, embutidos, algunas marcas que si no hubiera sido por esta cita anual no conoceríamos, al menos en mi caso, y que ya se han convertido en presencia habitual en casa.
Gracias a todos y cada uno por hacer de este día uno de esos especiales que recordaré con mucho cariño. 


HASTA LA PRÓXIMA, COCIDIÑOS!

Pasaos por las crónicas de: