martes, 28 de enero de 2014

CON MOITA MIGA. JORNADAS DE PAN GALLEGO


El domingo y el lunes tuvieron lugar las primeras jornadas de pan gallego, bajo el nombre de Con Moita Miga, en la compostelana Ciudad de la Cultura. Algo tan nuestro y tan apreciado como el pan vivió una exitosa puesta de largo, con talleres completos, mucha expectación y asistencia en las charlas, participación del público de todas las edades en las degustaciones y actividades... No pude estar todo lo que me habría gustado, pero me quedé con muy buen sabor de boca en mi pequeña visita el domingo por la mañana, tanto con la degustación de panes como con la charla de Jorge Guitián, que nos habló sobre la historia del pan en nuestra tierra.
En la ponencia pude aprender muchas cosas sobre este alimento tan básico de nuestra alimentación que afortunadamente en los últimos años vive un resurgir, con más demanda por parte del público, que empieza a apreciar la calidad del producto y tiene interés por él. El pan fue evolucionando desde el Neolítico, quién lo diría, y cambiando poco a poco gracias sobre todo a la introducción de determinadas tecnologías o cereales, pero sobre todo, el punto de inflexión fue el descubrimiento de las levaduras, que llegarán a tierras gallegas de la mano de los romanos.

Jorge Guitián
El pan fue en otras culturas un signo de distinción social: determinadas personas podían permitirse panes de harinas más nobles y por tanto mucho más caras. Este elemento era uno más de la cultura, el pan forma parte de nuestro patrimonio desde hace miles de años.
En Galicia el pan vivió cinco etapas distintas, según el cereal utilizado en cada momento (cereales "menores", aparición de la levadura y consolidación del trigo, centeno, maíz y trigo). Pero sobre todo influyeron en este producto las órdenes monásticas que en la Baja Edad Media traen hasta nuestras tierras los molinos de agua y de mareas.
La llegada del maíz de tierras americanas hace que los hórreos, que existían anteriormente pero en mucha menor cantidad, se generalicen por resultar el mejor lugar para la conservación de esta nueva materia prima: El pan modifica nuestro paisaje urbano y rural.
Los siglos XVIII y XIX trajeron una consolidación de las grandes ferias y con ellas la de productos como ciertos panes (un ejemplo, el de Cea), aunque también la industrialización llega al pan y en cierto modo se pierde parte de la tradición anterior, pues ha de llegar el producto a más gente y por lo tanto es necesario un aumento de la producción.

Parece que los primeros años del siglo que vivimos están marcando un resurgir del pan, una valoración por parte del consumidor, que disfruta conociendo el pan de Carral, Cea, Compostela o Neda, por nombrar los que se me vienen ahora mismo a la memoria, y de esto se ha dado cuenta el sector, que propone en esta jornada, además de dar a conocer su trabajo al público, la creación de vínculos entre los profesionales para la puesta en valor del pan, de su manera de hacer que ha de perdurar para mantener la calidad y el sabor que distingue a cada una de las muchas variedades con que contamos en Galicia.

Desde este humilde blog, querría felicitar a los responsables de este primer encuentro y expresar mi deseo de que el mejor pan acompañe a muchos otros productos gallegos en las mesas de los restaurantes gallegos, que todos aquellos que se acerquen aquí buscando la excelencia gastronómica tengan el pan entre uno de sus ingredientes. La gastronomía gallega está dando muchas alegrías en los últimos años y el pan se merece compartirlas.






jueves, 23 de enero de 2014

CANGAS: ¡A COMER!

Como ya sabéis los habituales de mi blog, una de mis pasiones es la gastronomía, y me encanta probar sitios nuevos allá donde voy. En septiembre pasamos unos días de vacaciones en Cangas. Hace ya cuatro años que la Península de O Morrazo es el destino de nuestro descanso estival, y cada vez vamos descubriendo más y más rincones maravillosos, como os comentaba en un post del mes de octubre.
Antes de marcharnos, pedí consejo a varios amigos buenos conocedores de Cangas para aprovechar y conocer sitios nuevos para comer, tapear, tomar un vinito, terracear... Y estos son algunos de los lugares en los que hemos estado este verano:
El primer lugar en el que estuvimos, y el que personalmente más me gustó fue la Tapería Martinnus, un local  pequeñito, estrechito y muy acogedor, de estilo muy informal y con un ambiente muy agradable de parejas, familias y grupos de amigos.
La carta no es extensísima, pero las propuestas eran muy apetecibles: tortilla de puerros y bacon, tacos de pollo con ali oli, revuelto de erizos y algas, ensalada de ahumados y mejillones, tostas y un par de propuestas vegetarianas son algunas de las cosas que podéis pediros aquí.
Antes de que me olvide, algo importante, hay menú de niños hasta 8 años (incluye bebida y postre y sale por 7,50 €).
Como siempre que vamos en familia, una de las cosas que pedimos fue una ración de croquetas (creo que puedo hacer una exposición de croquetas de toda España!), y los mayores nos decidimos por una ensalada de rulo de cabra, frutas y nueces para empezar, foie con tostas y brocheta de rape con manzana acompañado de arroz salvaje.

A la hora del postre, como podéis ver en la foto, pecamos con un brownie de chocolate con helado de vainilla y el peque se pidió un helado de La Fiorentina, una heladería artesana que nos encantó por calidad y variedad y de la que pudimos disfrutar mucho durante nuestras vacaciones.
Todo fantástico, nos encontramos muy cómodos, nos atendieron fenomenal y el precio nos pareció estupendo.
Muy recomendable, además de lo que os he comentado, creo que las fotos también hablan por sí mismas.
Otro de los lugares en los que estuvimos y me apetece recomendaros es la Taberna dos Chata, en una línea que nada tiene que ver con el lugar anterior. Este otro apuesta por una cocina tradicional 100% y tiene un ambiente más rústico y sencillo. La especialidad es la más que gruesa tortilla de patatas que elaboran, cuyo tamaño es también increíble, y que a pesar de todo eso queda jugosísima. El día que nosotros fuimos nos comentó la cocinera que la tortilla no era de las grandes y ya os digo que estábamos impresionados, no quiero pensar el tamaño que pueden llegar a hacer!


Como siempre, una de las opciones fue la consabida ración de croquetas caseras y los mayores aparte de la tortilla probamos un revuelto de erizos con tetilla espectacular. Para los postres nos decantamos por la tradición y elegimos unas filloas rellenas. Todo estupendo y el precio muy ajustado.
El último día de vacaciones comimos en un establecimiento situado en el paseo marítimo de la playa de Rodeira, con unas vistas fantásticas y una terracita protegida del viento y de lo más tranquila y agradable: Restaurante y Vinoteca Trébula. Aquí los arroces son la especialidad, pero nos apetecía algo frugal, de manera que optamos por unos langostinos crujientes con salsa romescu que estaban estupendísimos, una tosta de solomillo con cebolla caramelizada y una ensalada césar, que quizá fue lo que menos lucido quedó. Mi niño, como siempre, sus consabidas croquetas... En el postre, volvimos a pecar con el chocolate, esta vez la víctima fue un coulant de chocolate con helado de vainilla.
A la hora de pagar, este último establecimiento fue el más caro, imagino que porque nos instalamos en la terraza y por su emplazamiento, al final estas cosas ya sabemos que incrementan el precio de las comidas, pero bueno, tampoco fue algo desproporcionado ni mucho menos.



¿Qué os han parecido estas propuestas? Espero que os hayan gustado y que os animéis a conocer un poquito más esta zona de Galicia tan maravillosa. ¡Que aproveche!

domingo, 19 de enero de 2014

EL ASESINO HIPOCONDRÍACO

El asesino hipocondríaco es uno de esos libros que entran por los sentidos. Llaman muchísimo la atención tanto la portada, originalísima ilustración, como el título en sí, que anuncia que la historia que encontraremos en el interior será diferente a una novela negra al uso.
Y en efecto así es, porque el Señor Y no es en absoluto un asesino a sueldo prototipo.
Esta misma semana la novela, cuyo autor es Juan Jacinto Muñoz Rengel, ha resultado finalista del premio Mandarache, convocado por el Ayuntamiento de Cartagena.
Juan Jacinto Rengel es oriundo de Málaga. Estudió Filosofía y se ha dedicado profesionalmente a combinar su labor docente con su colaboración con diversas publicaciones literarias, el periódico El País y Radio Nacional de España. 
Comenzó su andadura como escritor dedicándose a los relatos cortos y a los cuentos, con los que obtuvo varios premios.
El Asesino hipocondríaco es su primera novela, y data del año 2012. Tuvo un gran éxito de ventas y público.

El Señor Y, asesino profesional a sueldo, tiene el encargo de matar al Sr. Blaisten, al que lleva más de un año dedicado, pues no quiere que nada puede torcerse llegado el momento. Otra de las razones que ralentizan su trabajo es que está convencido de que pronto llegará el final de su vida, ya que está convencido de padecer múltiples enfermedades, algunas de ellas rarísimas, como el Síndrome del Acento Extranjero, el Síndrome del Espasmo Profesional o el Síndrome de Proteus, y además de esto se enfrenta a la incomprensión médica.
El Señor Y es un hipocondríaco de manual, y además de conocer al detalle todas las enfermedades que cree padecer, todas ellas reales, conoce también casos de conocidísimos hipocondríacos de la historia: Descartes, Molière, Kant, Poe...
Como os comentaba, estamos ante una novela absolutamente diferente. El asesino en serie es el hilo conductor para enseñar al lector una serie de enfermedades y sus síntomas de forma ágil y amena, así como contarnos la historia de muchos personajes históricos que padecieron esta misma enfermedad. Siempre que el Sr. Y nos habla de alguno de ellos además, le justifica diciéndonos que aunque nadie le hacía caso cuando explicaba todos sus males, terminó muriendo de tal o cual cosa. Como todos, claro, moriremos algún día...

"Siempre me he dejado guiar por los consejos para cuidar el cuerpo del sabio filósofo prusiano. Incluso, al principio, sin duda debido a un capricho de la providencia, siguiendo un análogo orden en los distintos estadios de mi vida. Primero, padecí un insomnio tenaz durante años, del que sólo logré librarme ciñéndome a los dictados de la filosofía práctica del señor Kant (pág. 23)"

De una forma muy entretenida nos encontramos sumergidos en un libro en el que conoceremos las vidas de Molière, Tólstoi, Voltaire y otros muchos hombres que padecieron grandes calamidades en su vida. Todo lo que nos cuenta el Sr. Y además es real. Las vidas de los personajes históricos fueron realmente así y las enfermedades que él cree padecer tienen en efecto los síntomas que describe, al menos las que he tenido la curiosidad de mirar en Google, porque la verdad es que resultaban tan curiosas que no sabía si eran fruto de la imaginación del escritor.

"El lunes siguiente, la musicalidad de mis frases era letona. Para, los días ulteriores, de miércoles a sábado y de domingo a jueves, ser tomado respectivamente por un emigrante ucraniano y por un desnutrido joven polaco (...) A esta primera crisis del Síndrome del Acento Extranjero le siguieron casi quince años en los que fui conociendo las cadencias mexicanas, cubanas, chinas (...)" (pág. 69)

"De los doscientos casos registrados en el mundo de personas afectadas por el Síndrome de Proteus, uno es el mío. Entra esa desproporcionada minoría de infelices también me encuentro yo de nuevo" (pág. 90)

"Joseph Carey Merrick, El Hombre Elefante, mi hermano de penalidades e infortunio, escribió un poema en colaboración con el poeta y pastor protestante Isaac Watts. Todavía hoy los baptistas suelen cantarlo como parte de sus himnos religiosos.
Los versos que pertenecen al Sr. Merrick dicen así:
Es cierto que mi forma es algo extraña,
pero culparme por ello es culpar a Dios;
si yo pudiera crearme a mí mismo de nuevo
me haría de modo que te gustase a ti" (pág.107)

Una lectura entretenida, fácil, que nos hará sonreír en muchas ocasiones y que me ha gustado bastante y que como os comentaba, resulta un libro de lo más original.

domingo, 12 de enero de 2014

EL SILENCIO DE LAS VIÑAS

"Aurora caminaba lentamente, y sus pasos dejaban un rastro sonoro, una huella invisible que la trasladó a la primera ocasión en que, de la mano de su hermano, bajó a una cava. Tenía cinco años y, lejos de atemorizarla, aquel ambiente húmedo y oscuro se le antojó mágico"
(pág. 11)
Y esa magia que Aurora sintió a tan temprana edad, persistió en el tiempo, transformando a esta niña en una matriarca, dueña y señora de las bodegas Brucart, una de las más afamadas de la comarca de Sant Sadurní d'Anoia, con gran reconocimiento a nivel europeo y con proyectos para su expansión al continente asiático.
Aurora, una mujer que tiene muy claro lo que quiere y sus prioridades en la vida, renuncia a casi todo por sus viñedos, que lllegan a sus manos por vía matrimonial, aunque su marido se desentiende. Como muchas otras mujeres hechas a sí mismas y al frente de importantes empresas, tiene que ser fuerte, mostrar un gran carácter, incluso una frialdad que realmente no siente y sobre todo renunciar a su familia. Tiene hijos, pero las bodegas siempre han sido lo primero para ella, en ocasiones incluso lo único.
Iremos conociendo poco a poco la historia de la familia, antes de Aurora, durante su adolescencia y en la actualidad, en una madurez que le trae varias sorpresas, nada agradables, de la mano de sus hijos, a los que realmente creía conocer mejor. El pasado tiene una gran influencia en el presente, las rencillas entre familias resisten al paso de las generaciones, y Aurora jugará un papel fundamental para que no se desmorone su imperio, para que su familia no se hunda... De la mano de Gisela Pou asistimos a una saga familiar que logra captar el interés del lector desde el principio, llevándonos a través del tiempo sin hacernos perder el hilo, con una narración fluida y bastante visual, un ritmo casi cinematográfico.

La historia familiar resulta muy interesante, pero también lo es, y muchísimo, el otro protagonista de esta novela: el cava. Me ha encantado aprender tantísimo del cava a través de esta lectura y hacerlo de todo lo que tiene que ver con esta bebida, desde la historia del cultivo de los viñedos en esta zona de Cataluña, el desastre de la filoxera, la presencia de este espumoso en la Exposición Internacional de París, el proceso de elaboración, el cuidado de las vides... un mundo apasionante y que desconocía por completo.
Si bien los momentos en que se nos explican temas relativos al cava son abundantes en la novela, no me ha resultado en absoluto pesado leerlos, siempre se introducen en momentos de la narración adecuados y en cuanto a la extensión, tiene la justa medida.
Si os gusta aprender cosas nuevas en una novela a la vez que os entretenéis con la historia principal, si sois aficionados al cava o a la viticultura en general o simplemente disfrutáis de los temas que tienen que ver con la gastronomía, os recomiendo vivamente esta lectura. Para poneros los dientes largos, he seleccionado varios párrafos que ilustran mi comentario:
La autora en una foto de Planetadelibros.com

"Con la llegada del buen tiempo, las cepas absorbían el agua de la tierra y la hacían circular desde las raíces hasta la parte más alta de la planta; y cuando el agua llegaba arriba del todo, al no encontrar ninguna hoja, se escapaba por las heridas que había dejado la poda. La viña llora porque quiere ser libre, llora porque añora los tiempos en los que crecía de forma espontánea. La viña llora desde que el hombre descubrió que podía hacer vino y alineó las cepas una tras otra y las podó para que produjeran más uva. Desde entonces, la viña llora cada año sin que nadie se dé cuenta" (págs. 34 y 35)

"La filoxera es un pequeño insecto que se instala en las raíces de la cepa y le chupa la savia hasta que la mata, un minúsculo vampiro que actúa del modo más sigiloso" (pág. 106)

"... las tres circunstancias que habían propiciado que el cava arraigara en la región a finales del siglo XIX: por un lado, los franceses que vivían en Cataluña habían hecho difusión de su adorado champán; por otro los técnicos catalanes habían viajado a Francia para perfeccionar su conocimiento de la elaboración del cava (...) y por último, en la comarca de La Selva existía una pujante industria del tapón de corcho (...) que sería fundamental para el desarrollo del cava" (pág. 184)

"En los cavas de larga crianza hay que poner tapones de corcho para hacer la segunda fermentación. Si lo hiciéramos con tapones de chapa, el cava cogería el gusto del metal y se estropearía (...). Los cavas son seres vivos, y podría decirse que el degüelle es el momento del parto (...). Cuando le quitamos el tapón y lo separamos de las madres, podemos afirmar que el cava ha nacido" (pág. 273)

"Biel dio un pequeño sorbo y, aunque aún debía aprender a apreciar el sabor complejo y bien estructurado de un cava largamente envejecido, había notado que las burbujas, finas y suaves, no estallaban en la boca como ocurría con los cavas jóvenes, sino que se deshacían igual que una mousse fresca y especial, que tenían un gusto ligeramente tostado, parecido al pan recién hecho, que se extendía por el paladar y viajaba por las encías como una caricia" (pág. 209)

miércoles, 8 de enero de 2014

MI HERMANA VIVE SOBRE LA REPISA DE LA CHIMENEA

Portada de la edición en rústica

Hacía tiempo que este libro estaba en mi lista de lecturas pendientes, y por fin una compañera del Club de Lectura me lo prestó hace unos meses.
Ocurre en muchas ocasiones que ,cuando hemos leído opiniones muy favorables sobre un libro, tenemos el listón muy alto antes de leer tan siquiera la primera línea y luego nos llevamos un buen chasco. No ha sido este el caso de esta novela, que ha cumplido las perspectivas que tenía previamente.
La autora, Annabel Pitcher, nació en Yorkshire en el año 1982. Estudió Filología Inglesa en Oxford y ejerció como profesora de inglés y de ballet, otra de sus grandes pasiones además de la literatura. Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea es su primera novela, publicada en España en el año 2011. Tuvo un enorme éxito editorial y fue traducida a varios idiomas.

Portada de la edición de bolsillo
Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea

Jamie tiene en la actualidad 10 años. Su hermana Rose fallece víctima de un atentado islamista cuando él tiene cinco años. Este hecho supuso un giro de 180 grados en la vida de su familia, la madre los abandona, el padre olvida entregándose al alcohol y Jasmine, la hermana gemela de Rose, está obsesionada por hacer lo imposible por dejar de parecerse a su hermana desaparecida.
Jamie no termina de entender la reacción de los adultos que le rodean ante la muerte de su hermana, los comentarios racistas de su padre, esa adoración por su hermana, a la que incluso le cuesta recordar...
Jamie sin embargo conoce en el colegio a Sunya, una niña pakistaní que se convierte en su mejor amiga y a través de la cual se da cuenta de que la visión generalizadora que tiene su padre no se corresponde con la realidad, su amiga no es ninguna asesina, ni terrorista, ella le hace sentir bien y sus creencias o su color de piel no tienen nada que ver con esto. Sunya incluso le explica las costumbres de su cultura con la mayor naturalidad y Jamie demuestra una mayor comprensión que los adultos que le rodean.
No es nada fácil crear una historia narrada desde la voz de un niño, el mundo infantil desde la pluma de un adulto no siempre se refleja con fidelidad, a menudo se cae en ñoñerías innecesarias, o se pone al niño en un papel que no le corresponde. No ocurre esto con Jamie, todos sus pensamientos, razonamientos, inquietudes, son perfectamente creíbles para un niño de su edad, y resulta un protagonista de lo más enternecedor.
A través del cariño que tiene por Sunya logra comprender el dolor que sienten sus padres por la pérdida de un ser tan querido como una hija, un dolor que no comprendía porque era demasiado pequeño cuando sucedió y no tenía los vínculos suficientes para empatizar con este tipo de sentimientos.
Un libro absolutamente delicioso, un canto a la amistad, a la familia y a la igualdad, que quizá sea la moraleja final de esta hermosa historia.
Está escrito de forma sencilla, con una narración siempre desde el punto de vista de Jamie y ausencia de diálogos, un detalle que no hace que la lectura pierda agilidad en absoluto.
Una lectura que recomendaría a adultos y jóvenes, casi doscientas páginas que logran emocionar.