Hacía mucho, mucho tiempo que no terminaba un libro con la sensación que me ha producido El baile de las luciérnagas, sus cien últimas páginas son de una intensidad tremenda y no pude evitar las lágrimas, la emoción. El recorrido hasta aquí de la mano de Kristin Hannah, que nos cuenta la historia de dos amigas, está tan bien trazado, que al terminar el libro Kate y Tully ya forman parte del lector, que logra imaginarlas a la perfección porque son dos personas muy bien descritas por la autora, y tan de verdad que es imposible no sentirse atrapado por su historia y su vida.
"En el caluroso verano de 1974, Kate Mularkey ha decido aceptar su papel de cero a la izquierda en la vida social de su instituto. Hasta que, para su sorpresa, «la chica más guay del mundo» se muda al otro lado de su calle y quiere ser su amiga. Tully Hart parece tenerlo todo: belleza, inteligencia y ambición. No pueden ser más distintas. Kate, destinada a pasar inadvertida, con una familia cariñosa pero que la avergüenza a cada momento, y Tully, envuelta en glamour y misterio aunque poseedora de un secreto que la está destrozando. Contra todo pronóstico, se hacen inseparables y sellan un pacto para ser mejores amigas para siempre.
Durante 30 años se ayudarán mutuamente para mantenerse a flote esquivando las tormentas que amenazan su relación: celos, enfados, dolor, resentimiento... Y creerán que han sobrevivido a todo hasta que una traición las separe... y someta su valor y su amistad a la prueba más dura".
La sinopsis resume un recorrido que llevará a las dos protagonistas de la adolescencia a la vida adulta, de la mano, siempre mostrando la solidez de una amistad incondicional, de esas que es tan difícil encontrar o que incluso no encontraremos en toda una vida. Es una novela de mujeres, de personalidades muy marcadas y muy femenina.
Portada de la edición en inglés |
Kate y Tully no pueden ser más distintas y no pueden tener un entorno familiar más diferente. Quizá por eso, porque se complementan, logran estar tan unidas tanto tiempo. Tully llega al pequeño pueblo en el que vive Kate, donde enseguida se convierte en una chica muy popular, guapa, segura de sí misma, estilosa...
"Tully Hart era diferente de una manera atrevida, guay; de alguna manera brillaba más que el resto en los pasillos de verde desvaído. No tenía hora de llegada a casa y le daba igual si la pillaban fumando en el bosque de detrás del instituto". (pág. 37)
Kate sin embargo siente que no encaja en el ambiente del instituto, se siente insegura, temerosa y admira a Tully, quiere se como ella. Cuando Tully la elige, cuando le dice que quiere ser su amiga, todo cambia para ella.
"Aún era de noche cuando sonó el despertador de Kate Mularkey. Gimió y se quedó mirando el techo abuhardillado. La idea de ir a clase la ponía enferma.
Por lo que le atañía a ella, octavo curso era un auténtico asco; 1974 había resultado ser un año vomitivo, un desierto social." (pág. 30)
"Tully Hart era diferente de una manera atrevida, guay; de alguna manera brillaba más que el resto en los pasillos de verde desvaído. No tenía hora de llegada a casa y le daba igual si la pillaban fumando en el bosque de detrás del instituto". (pág. 37)
Kate sin embargo siente que no encaja en el ambiente del instituto, se siente insegura, temerosa y admira a Tully, quiere se como ella. Cuando Tully la elige, cuando le dice que quiere ser su amiga, todo cambia para ella.
"Aún era de noche cuando sonó el despertador de Kate Mularkey. Gimió y se quedó mirando el techo abuhardillado. La idea de ir a clase la ponía enferma.
Por lo que le atañía a ella, octavo curso era un auténtico asco; 1974 había resultado ser un año vomitivo, un desierto social." (pág. 30)
Estudiarán juntas, se lo contarán todo e incluso irán juntas a la universidad, pero entonces irán por caminos diferentes. Tully apostará por ser la mejor en su profesión y Kate por tener la mejor de las familias.
Viviremos las jornadas sin fin de ambas, una trabajando sin descanso en la televisión, la otra dedicándose en cuerpo y alma a su familia a la que adora y en ocasiones, como nos pasa a todas las madres, pensando que quizá se esté perdiendo algo ahí afuera, pero sintiendo que lo mejor que tiene son esos hijos con los que no siempre es fácil el día a día. Es muy fácil empatizar con Kate siendo madre, sus miedos, dudas, problemas, son los de cualquier madre en cualquier lugar. Y aunque Tully no es el tipo de mujer que yo sería, viviendo para su trabajo, su tenacidad, su amistad incondicional y su enorme valía me han conquistado como lectora. Son dos mujeres maravillosas, con un corazón inmenso y una historia en la que no cuesta ningún trabajo sumergirse y vivirla como si se estuviera allí, porque es perfectamente verosímil.
"Kate notó la brisa en la cabeza desnuda, rozándole las orejas, llenándole los ojos de lágrimas. Olía las coníferas y la tierra espesa y negra. Echó la cabeza atrás y rio. Por un momento, un instante tan solo, volvía a ser niña y estaba en Firefly Lane con su mejor amiga, convencida de que podía volar.
Cuando terminó la bajada y estuvieron en la playa, abrió los ojos y miró a Tully. Aquel momento, con la sonrisa de su amiga llena de ternura, le recordó todo sobre las dos. La luz de las estrellas era como luciérnagas cayendo a su alrededor". (pag. 580)
"Kate notó la brisa en la cabeza desnuda, rozándole las orejas, llenándole los ojos de lágrimas. Olía las coníferas y la tierra espesa y negra. Echó la cabeza atrás y rio. Por un momento, un instante tan solo, volvía a ser niña y estaba en Firefly Lane con su mejor amiga, convencida de que podía volar.
Cuando terminó la bajada y estuvieron en la playa, abrió los ojos y miró a Tully. Aquel momento, con la sonrisa de su amiga llena de ternura, le recordó todo sobre las dos. La luz de las estrellas era como luciérnagas cayendo a su alrededor". (pag. 580)
No puedo contaros mucho más sin estropearos la lectura y no querría hacerlo. Os invito desde aquí a conocer la historia de Kate y Tully, estoy segura de que os emocionará, de que ambas os conquistarán y quizá, como me ocurrió a mí, la emoción se apodere de vosotros, se os encoja el corazón y broten las lágrimas cuando se acerca el final.