miércoles, 24 de agosto de 2011

MUIÑO ACEA DA COSTA. ALLARIZ


Además de un gran encanto, la población de Allariz destaca por ofrecer a los visitantes y turistas una oferta gastronómica realmente excelente. Muchos son los restaurantes aquí en los que se come estupendamente con un servicio muy profesional y un entorno especial.
Uno de los lugares que os recomiendo muchísimo es el restaurante Muiño Acea da Costa. Como su propio nombre indica, ocupa lo que antaño fue un molino junto al río Arnoia, que atraviesa la población, junto al parque Portovello, con jardines y columpios para los pequeños.

Tuvimos ocasión de comer aquí en dos ocasiones, la primera de ellas hará unos cuatro años y medio y la segunda el pasado fin de semana. En ambas nos quedamos encantados.
El restaurante tiene dos plantas, con paredes de piedra y suelos de madera. En la planta baja unos cristales en el suelo nos permiten ver el agua del río que todavía circula por allí, aunque el molino ya no funcione como tal.

Unas escaleras de madera nos conducen a la parte superior, con tejado formado por vigas de madera y un ambiente muy acogedor. En verano se puede disfrutar de la terraza al borde del río.

Cuando llega la carta, nos encontramos con propuestas de especialidades locales, como la empanada, embutidos o quesos, platos típicamente gallegos como puede ser el pulpo o los pimientos de Padrón y otras propuestas como el pato, ensaladas, pimientos rellenos de mejillones, pescados y postres caseros. La carta de vinos no es extensa, pero sí bien escogida y nos ofrece la posibilidad, tanto en blancos como en tintos, de pedirnos botellas pequeñas en bastantes variedades.

Nosotros pedimos el variado de empanadas (bacalao, atún, zorza y setas con gambas), croquetas caseras de jamón, pulpo á feira y pastel de pescado con verduras. De postre, puding de castañas, un producto muy utilizado en la gastronomía de esta zona de Galicia, y pastel de arroz.Todo nos gustó muchísimo, las raciones eran abundantísimas y la relación calidad-precio perfecta.

A pesar de que hacía algo de calor decidimos instalarnos en el interior, en la planta baja, y aunque la terraza estaba llenísima, el servicio fue rápido y con gran amabilidad por parte de la camarera que nos atendió.
En resumen, salimos encantados de allí, volveremos seguro porque somos incondicionales de Allariz y es un restaurante que os recomiendo absolutamente.

martes, 23 de agosto de 2011

EL VIGILANTE DEL FIORDO. FERNANDO ARAMBURU


La última vez que visité la biblioteca me encontré con que no había ninguno de los libros que tenía intención de coger, así que me dí una vuelta por la zona de novedades y de libros recomendados para el verano.
Uno de los títulos que la biblioteca recomendaba como lectura veraniega era El Vigilante del Fiordo, cuyo autor, Fernando Aramburu, me sonaba de haber leído un cuento suyo titulado Vida de un piojo llamado Matías y que me había gustado mucho, así que decidí llevarme a casa esta colección de cuentos para seguir conociendo algo más de este autor.


FERNANDO ARAMBURU



El escritor nace en el año 1959 en la ciudad de San Sebastián. Cursó estudios universitarios de Filología Hispánica y desde el año 1985 vive en Alemania, donde ha sido profesor de español para extranjeros hasta que en 2009 decide dedicarse de manera exclusiva a la literatura.
Fernando Aramburu ha tocado muchos géneros literarios, desde novelas o poesías hasta libros de cuentos tanto infantiles como para adultos. En los últimos años ha recibido varios galardones, como el Vargas Llosa o el Dulce Chacón.




EL VIGILANTE DEL FIORDO




Este título, publicado en mayo de este año, es la última propuesta literaria de Fernando Aramburu, en forma de ocho relatos para adultos en 184 páginas y con diferente extensión cada uno de ellos.

Chavales con gorra, La Mujer que lloraba en Alonso Martínez, Mártir de la jornada, Carne rota, El vigilante del fiordo, Lengua cansada, Nardos en la cadera y Mi entierro son los títulos de los relatos que forman el libro.
Chavales con gorra: Una pareja huye atemorizada, no sabemos de qué o de quién, no sabemos si han cometido un delito... sólo se nos transmite ese sentimiento terrible del pánico que sienten.

La mujer que lloraba en Alonso Martínez: Un hombre ve angustiado cómo una mujer llora todos los días en la parada de metro. No se atreve a consolarla, a acercarse a preguntar, pero la imagen de la mujer le tortura día a día...
Mártir de la jornada: El protagonismo llega ahora de la mano de un hombre al que le pasan un sinfín de desventuras en un solo día, vamos, un gafe absoluto...

Carne rota: Estremecedor relato sobre el terrible atentado que el 11M hizo que Madrid se tiñera de sangre
El vigilante del fiordo: Un hombre tiene como función vigilar un fiordo noruego noche y día, sin poder moverse apenas de la zona asignada, completamente aislado de todo y de todos... mientras en el psiquiátrico un ex funcionario de prisiones sueña con ese vigilante y su día a día

Lengua cansada: Aquí conocemos de cerca la situación de un adolescente cuyos padres están separados y tiene que irse de vacaciones con su padre, al que en realidad apenas conoce, ni quiere.
Nardos en la cadera: Un hombre y una mujer han enviudado y sus hijos consiguen que se conozcan... aunque en realidad ya se conocían, a ambos les ha ido bien por separado y deciden que quieren seguir viviendo su vida separados.

Mi entierro: El clásico cuento sobre un hombre que asiste a su entierro en primera persona, analizando todos los detalles y a todos los que acuden a despedirle.


MIS IMPRESIONES COMO LECTORA



No me han gustado todos los cuentos por igual, aunque el balance del libro en conjunto es excelente. Fernando Aramburu logra crear un clima muy concreto en cada uno de los cuentos en muy pocas palabras y páginas, cada una de las historias consigue que nos agobiemos, sonriamos, lloremos, en definitiva, sintamos profundamente lo que los personajes nos transmiten, porque al margen de la historia que se nos relata, son los sentimientos lo más importante de los cuentos de Aramburu y lo hace de forma fabulosa.
Personalmente me ha impresionado muchísimo Carne rota, quizá por contar un episodio conocido que en su momento me impactó muchísimo, un día que guardo en mi memoria y que viví con gran angustia. Un relato realmente estremecedor.

Chavales con gorra y Mártir de la jornada sin embargo no terminan de llegarme, no me han convencido demasiado...
El resto de los relatos me han gustado mucho y me ha enternecido enormemente la historia de las dos personas mayores que se reencuentran y pasan página a una historia que la experiencia les dice que no deben retomar...

En fin, no quiero destripar demasiado los cuentos para no chafarle a nadie la lectura. Concluyo diciéndoos que os recomiendo totalmente la lectura, creo que no os dejará indiferentes, seguro que como ha sido mi caso unos cuentos os gustarán más que otros, pero los que os gusten os encantarán, porque están muy bien construidos y escritos y el autor logra que los sentimientos broten en el propio lector.

sábado, 20 de agosto de 2011

MONASTERIO DE ARMENTEIRA. MEIS


Si, como nosotros, visitáis la comarca del Salnés, el Monasterio de Armenteira es parada obligatoria aquí. Si hay algo de lo que podemos presumir los gallegos a nivel cultural es de contar con fabulosas catedrales y monasterios dispersos por toda nuestra geografía y siempre en parajes especialmente interesantes.

El monasterio de Armenteira, cuenta con una hermosa leyenda sobre su origen que cuenta que en el siglo XII un caballero no podía tener hijos y la virgen se leS apareció a su mujer y a él en un mismo sueño para consolarlos, diciéndoles que sí los tendrían, pero hijos espirituales, algo que les impulsó a fundar dos monasterios, uno de ellos el de Armenteira.

Este lugar nunca llegó a tener un número elevado de monjes, siempre fue una comunidad pequeña. En el siglo XIX fue abandonado y reconstruido a mediados del XX, quedando como podemos verlo ahora mismo.

La primera vez que fuimos el monasterio estaba cerrado, pero esta segunda vez, al ser 15 de agosto, se estaba celebrando misa y había bastante animación, con puestos de venta de rosquillas a las puertas del monasterio.
Exteriormente impresiona la sencillez del edificio y destaca el rosetón de piedra de la fachada principal. Dentro de la iglesia, me llamó mucho la atención el altar, con una forma de lo más peculiar y no con remate rectilíneo, como suele ser habitual.
Además cuenta con una cúpula mudéjar que solamente aquí podremos ver, pues en Galicia no es nada habitual este tipo de influencias arquitectónicas.

El claustro también puede visitarse. El acceso es una puerta del edificio anexo a la iglesia. La entrada es gratuita y libre y se puede pasear libremente. Aquí apenas queda nada del claustro medieval, prácticamente todo es barroco. Es un claustro de pequeño tamaño, pero no por ello menos bonito que el resto del conjunto.
El monasterio vale muchísimo la pena y si deseamos ver alguna cosa más, hay un punto de información turística de la zona justo al lado de la tienda. Las monjas venden recuerdos, postales y sobre todo jabones artesanales elaborados por ellas mismas y que según pudimos ver tienen un éxito absoluto.

A pocos metros del monasterio hay un par de restaurantes y bares para tomar algo y si os apetece un paseo (que os recomiendo), hay un par de rutas de senderismo y bicicleta de montaña. Nosotros hicimos parte de una de ellas, junto a un pequeño río, muy agradable y facilísima para todos, incluidos perro y niño. Se llaman la Ruta de la Tierra y la Ruta del Agua. La nuestra era la del agua, y además del riachuelo fuimos viendo restos de molinos de agua. Con media hora es suficiente para el recorrido pequeño.

viernes, 19 de agosto de 2011

RUINAS DE SANTA MARIÑA. CAMBADOS


Durante nuestra visita a la población de Cambados, conocida principalmente por su fiesta del vino albariño, tuvimos ocasión de acercarnos a uno de los puntos de mayor interés cultural, que es el lugar en el que se sitúan las ruinas de Santa Mariña do Dozo, una iglesia de estilo gótico que fue construida en el siglo XVI.

Desde el centro de Cambados tenemos algunas señalizaciones, a las que hemos de estar muy atentos para llegar sin dar demasiadas vueltas, que nos conducirán hasta este lugar. Cambados no es grande, se puede ir perfectamente a pie. En nuestro caso fuimos en coche y aparcamos en el vecino tanatorio, que cuenta con una zona habilitada para ello.

Al llegar el visitante se encuentra con unos muros de piedra que albergan en su interior las mencionadas ruinas y un cementerio muy bien cuidado. Resulta bastante impresionante llegar hasta aquí, el silencio que reina entre las grandes arcadas que me gustaron especialmente, así como restos de una de las capillas que en su día tuvo la iglesia y las tumbas, muchas de ellas con esculturas de ángeles.
El acceso aquí es totalmente gratuito. Cuando nosotros fuimos había varias personas poniendo flores y limpiando. Apenas había gente visitando el sitio, pero la entrada y salida de visitantes era constante, todos con gran respeto por el lugar en el que se encontraban.

Si tengo que poner una pega a la visita es la falta de información. Solamente pudimos ver una placa de metal con el nombre de la iglesia y la fecha de construcción. Nos hubiera gustado mucho que hubiese un panel informativo acerca de lo que estábamos viendo, una pequeña reseña sobre el origen y evolución de este lugar, porque no todo el mundo se pasa por la oficina de turismo para obtener esta información previa. A través de la web del ayuntamiento tampoco se puede obtener el horario de visitas...

El tema de la accesibilidad, como es lógico en este tipo de lugares, es un poco limitado para personas que vayan con silla de ruedas o tengan problemas de movilidad, ya que es inevitable subir escaleras para realizar la visita.

miércoles, 17 de agosto de 2011

HOTEL BOSQUE MAR, O GROVE


El pasado fin de semana, aprovechando que el lunes era festivo, hicimos una escapadita en familia, con perro incluido a la población de O Grove.
Yo tenía referencias buenas del hotel Bosque Mar, pero lo que acabó de decidirnos a realizar la reserva fue que admitieran a nuestro perro y que el hotel contase con piscina en el exterior y cubierta, algo que nos daba mucho juego para nuestro niño.



LA HABITACIÓN



La habitación que nos asignaron, la 106, tenía dos camas juntas y una supletoria, con un tamaño adecuado para estar todos cómodamente, sin que sobrase muchísimo espacio pero tampoco nos vimos agobiados en ningún momento.
La estancia cuenta con una pequeña terracita con una mesa y dos sillas y da a la carretera, aunque como la circulación es escasa no tuvimos ningún problema de ruidos para dormir por la noche.
El mobiliario era sencillo y además de las camas contábamos con mesa de escritorio, mesillas de noche y armario empotrado bastante amplio.
El cuarto de baño me pareció bastante justito, el espacio entre la bañera y el lavabo era realmente pequeño, creo que tendrían que quitar el bidet y redistribuir mejor, porque de tamaño tampoco estaba tan mal. El día que llegamos sólo nos habían puesto dos toallas, algo que sin que avisáramos solventaron al día siguiente, todo un detalle.
La bombilla de uno de los apliques estaba fundida, llamamos a recepción y en menos de cinco minutos la teníamos cambiada, esto no nos ha ocurrido ni en hoteles de cinco estrellas...
En la habitación hay wifi, con la comodidad añadida de que la contraseña está en el dossier de información general que colocan en el escritorio.



ATENCIÓN E INSTALACIONES



En lo referente a la recepción, nos atendieron con mucha amabilidad y el día de nuestra llegada nos hicieron el check-in con gran rapidez, un servicio muy profesional y atento.
El hotel se ve muy cuidado en todas las instalaciones, se nota que el tema del mantenimiento lo llevan muy al día, algo que se agradece enormemente.
Especialmente destacable me parece el jardín, que está precioso, cuidadísimo y todo puesto con mucho gusto, un sitio pequeño pero de lo más acogedor.



GASTRONOMÍA



Nos alojamos en régimen de media pensión, por lo que pudimos probar todos los servicios de restauración del hotel.

Por partes, el primer día comimos en el restaurante anexo a la cafetería, con una agradable terraza junto a la piscina, con sombras de árboles en la que estuvimos de fábula. Nos atendieron muy rápido y muy bien. La comida fantástica, fue sencilla pero muy buena: pedimos verduritas de la huerta (tienen huerto propio), pulpo á feira, empanada, croquetas y helados caseros de postre, exquisitos por cierto.

La siguiente comida que hicimos fue la cena incluida en la media pensión: se realiza en el restaurante que está junto a la recepción y se pueden elegir las opciones entre tres primeros, dos segundos y dos postres. No recuerdo todas las opciones, pero como ejemplo os diría que de primero pudimos tomar langostinos, pastel de verduras, sopa, ensalada... de segundo filete con patatas, lenguado con ensalada, salmón en papillote... y los postres, un poco de todo, fruta, tartas caseras, leche frita...
Teniendo en cuenta que cenamos ligero, de volver aquí no elegiríamos media pensión, nos hubiera compensado cenar a la carta, pero la verdad es que no sabíamos que hubiese esa opción, ni teníamos claro que nos compensara, ahora ya os digo que sí.
Algo que no nos gustó fue que las bebidas no estaban incluidas en la media pensión, nada de nada, ni el agua... Un detalle que tampoco nos avisaron al realizar la reserva y yo creo que debería hacerse porque nos pilló de sorpresa.

El desayuno es muy completo, los domingos ponen chocolate con churros además de lo que ponen a diario, tienen zona salada y dulce y bastante variedad: galletas, bizcochos, cereales, panes de varios tipos, tomates, salchichas, huevos fritos, bacon, pepino, huevos revueltos, fruta, queso... me pareció excelente, la verdad.



OTRAS COSILLAS




El ambiente en el hotel es de lo más familiar, casi todos los que estábamos éramos familias con niños, así que en ese sentido era el ambiente que íbamos buscando y nos sentimos muy a gusto.
En las proximidades hay una playa de arena bastante fina y con poco oleaje y también dando un paseito podemos acercarnos al acuario desde el hotel, sin tener que coger el coche durante la estancia, eso sí, si queremos hacer otro tipo de plan, el coche será imprescindible.

En resumen, un hotel que nos gustó y en el que nos sentimos muy bien durante nuestra estancia. De lo más recomendable!

miércoles, 10 de agosto de 2011

TORRE LOMBARDA, ALLARIZ



Siempre que hemos ido a Allariz nos hemos alojado en esta casa rural, por dos motivos principales, porque está céntrica, aunque Allariz es un municipio pequeño, y porque admite perros. Este año probaremos en otro lugar, no porque no nos guste Torre Lombarda, que nos encanta, sino porque desde la última vez que estuvimos, en 2009, hay varios alojamientos más que admiten perros y nos apetece probar (me encanta probar sitios nuevos!!)

La casa en la que se ubica Torre Lombarda es una antigua fábrica de curtidos rehabilitada, que ofrece 7 habitaciones dobles y 2 individuales. Se alquila por habitaciones. Tiene servicio de lavandería y tintorería y restaurante.


El comedor


Aquí os aconsejo preguntar antes de ir, porque en algunas ocasiones hemos podido comer o cenar, con el restaurante incluso abierto al público, pero la última vez que estuvimos habían suprimido comidas y cenas.
Lo que sí se puede es desayunar, ¡¡y os lo recomiendo!! Pan de aldea, mantequilla y mermelada caseras, bizcocho casero, café recién hecho al estilo de antes (en esta tierra es el famoso café de pota, suave como ninguno) zumo de naranja natural, fruta... una delicia para empezar la mañana.
El comedor conserva la piedra de moler, la viga a la que se ataba a las mulas, e incluso en el suelo se ve el surco que hacía el animal al dar vueltas y vueltas. La estancia es toda de piedra vista, paredes y suelo.
Además de este comedor, en la casa hay otros dos, uno de ellos con la peculiaridad de que la enorme y única mesa que tiene, con capacidad para unos 10 comensales, es un pilar de piedra con una piedra de moler encima. En la web de la casa viene una foto, es cuando menos curioso de ver. Este comedor da a un jardín. Resulta muy agradable en las noches de verano.
La comida está basada en productos de la tierra, bien presentada y bien servida.



LA HABITACIÓN


Nosotros nos alojamos en habitación doble, que sin ser amplísima es más que suficiente. La habitación está muy limpia, la decoración es sobria, pero resulta acogedora, combinando el rojo de suelo y paredes entre habitaciones con el granito de la pared que da a la fachada. Cuenta con TV, teléfono e hilo musical.
Se ha querido respetar la estructura de la casa, por lo que no se han levantado más tabiques que los que había, de forma que las habitaciones no están separadas por ladrillos, no sabría deciros el material de los tabiques (la sensación es de algún tipo de madera tratada), pero no hemos tenido problemas por exceso de ruidos.
El aseo, con una pequeña bañera, tiene la opción de encender un "panel de estrellas". Mientras se toma un baño se tiene la sensación de estar bajo el cielo estrellado... muy relajante.


OTRAS COSILLAS



En la recepción el trato es muy amable y además tienen información turística del entorno.
Un gran inconveniente, y ahora que tengo un niño me doy más cuenta, es que la casa tiene muchas escaleras.
El suelo, al respetar el original, es de piedras irregulares, así que hay que prestar atención si se va con tacones para no dejarlos en el camino.
Es muy fácil llegar aquí, pues la casa está en el corazón de Allariz y perfectamente señalizada.
El inconveniente es encontrar dónde aparcar, pues si se va en una época de mucha afluencia, al no tener párking privado, la tarea de dejar el coche se hace difícil.
Frente a la casa hay un restaurante con terraza, pero la verdad es que nunca hemos tenido problema de ruidos

martes, 9 de agosto de 2011

VIGOZOO, UN PEQUEÑO ZOO QUE SE VA RECUPERANDO


El pasado mes de junio fuimos a visitar el zoo de Vigo con nuestro niño. Recuerdo que cuando yo era niña este lugar era sitio habitual de excursiones del colegio, tengo muy buenos recuerdos de aquella época. El caso es que en este zoo hubo problemas de gestión, denuncias del estado en que estaban algunos animales y cerró. El ayuntamiento de Vigo decidió hace unos años hacerse cargo de la gestión y volver a ofrecer a vigueses y foráneos un zoo para todos.

El zoo está situado en A Madroa, una pequeña montaña donde se sitúa el parque forestal del mismo nombre y desde donde tenemos unas vistas fabulosas de la ría de Vigo, incluso dentro del propio zoo.

Al llegar, tras haber subido una sinuosa y empinada carretera, contamos con una pequeña zona de aparcamiento frente al zoo y a la entrada, columpios para los niños, aseos y una pequeña tienda de recuerdos, así como una amplia cafetería con terraza.

Tras franquear la puerta y pagar la entrada (precios más que asequibles), tenemos la opción de empezar por la zona exterior o bien por la interior.
La parte interior está situada en un edificio de planta baja, sótano y una altura, donde podremos ver insectos, reptiles y anfibios, así como un mariposario durante los meses de verano. Las instalaciones son pequeñitas, pero se ven muy nuevas y tienen ascensor, algo que no siempre se encuentra y es de agradecer...

La parte exterior que se puede visitar actualmente no es la totalidad del zoo, pues algunas partes se están acondicionando para la llegada de nuevos animales y otras se están creando. Yo diría que ahora mismo podemos ver unos dos tercios de lo que será el zoo en unos años. En cuanto a los animales que podemos ver, un poco de todo, desde animales de granja, hasta tigres pasando por osos y muchos tipos de aves. En un pequeño túnel a oscuras podemos ver animales nocturnos, resultan muy vistosos para los niños los murciélagos, que vuelan sin parar.

Durante el recorrido nos encontramos con bastantes sombras y un par de fuentes, lo que se agradece mucho, así como otro baño público a mayores del que está en la entrada.
Un zoo este de Vigo que está despegando con ilusión y al que seguro que volveremos. Si os apetece pasar el día, junto al aparcamiento hay una zona de picnic y pequeños senderos con vistas a la ría que podéis hacer en familia.

sábado, 6 de agosto de 2011

LA HUELLA DEL HEREJE: NOVELA NEGRA EN COMPOSTELA


Conocí la publicación del último libro de Susana Fortes a raíz de una entrevista en la radio local. La escritora sitúa la acción de su última novela en mi ciudad, lo que últimamente parece que se está poniendo de moda, pues ya Javier Sierra lo hizo antes, aunque con muchísimo menos acierto, os adelanto...

No había leído antes a Susana Fortes, pero era una escritora a la que me apetecía descubir. Qué mejor ocasión que una novela negra ambientada en mi ciudad por una pontevedresa que además vivió aquí durante los años que estuvo en la Universidad!


SUSANA FORTES


Como os decía, la escritora nació en la ciudad de Pontevedra en el año 1959 y estudió Geografía e Historia en Compostela, para después trasladarse a Barcelona y cursar estudios de Historia de América.

En la actualidad reside en Valencia, donde imparte clases en un instituto y prosigue con su exitosa carrera como escritora.
Los títulos más conocidos de Susana Fortes son: El Amante Albanés, con el que fue finalista del Planeta en 2003 y Quattrocento, sobre todo este último, una novela histórica que obtuvo gran éxito de público y crítica y fue traducido a numerosos idiomas.

Con Esperando a Robert Capa obtuvo el premio Fernando Lara de novela en el año 2009, en 2001 llegó el Primavera de Novela con Fronteras de Arena.



LA HUELLA DEL HEREJE



Dos acontecimientos inesperados y terribles coinciden en el tiempo en la tranquila ciudad de Compostela: a los pies del altar mayor de la catedral aparece el cuerpo sin vida de una joven estudiante universitaria, Patricia Pálmer, y la biblioteca de la universidad detecta la desaparición de un manuscrito de Prisciliano, considerado el gran hereje gallego, en el que el autor sienta las bases de todo su pensamiento.
Ante estos hechos se activan en la ciudad dos frentes, por una parte la policía, con el comisario Castro al frente, y por otra el periódico local, El Heraldo, en el que la jovencísima Laura Márquez y el experimentado Villamil tratan de hacer su investigación paralela.

Además de dos investigaciones, la policial y la periodística, el caso presenta varios hilos por los que tirar para tratar de resolverlo: religión, medio ambiente, poder político y empresarial hacen su aparición en una trama que va creciendo en complejidad y ritmo conforme vamos avanzando en la narración y presentándonos nuevos personajes, cada vez con más matices, para terminar en un final inesperado donde resulta que algunos no eran como parecían en un principio.


MI OPINIÓN COMO LECTORA


De la mano de Susana Fortes recorremos, esta vez sí, las calles del casco histórico compostelano, que se ve que la escritora conoce a la perfección y en cuya descripción solamente se toma la libertad de cambiar de ubicación la comisaría de policía, como ella misma explica en el epílogo.

La escritora nos presenta una historia en la que los personajes con más fuerza son las dos mujeres, la fallecida y la joven periodista, aparentemente frágiles, débiles, pero en realidad con grandes convicciones y fuerza para llevar a cabo aquellos proyectos que se ganan su interés y compromiso: Laura siente cada vez más empatía con Patricia, conforme va avanzando en su mundo, en sus intereses por la mitología, las sectas, el medio ambiente, va notando que hay muchos hilos que las unen y se siente cada vez más metida en el caso.
Las investigaciones en paralelo de dos líneas, la del manuscrito y la de una empresa que realizó una serie de vertidos ilegales en las proximidades de Caldas de Reis, llevan a todos a confluir al final en un mismo punto, en el que todo se aclara y las historias se van comprendiendo más y mejor.

Con una narrativa muy trabajada que resulta fácil de leer y que va in crescendo en emoción e intriga, Susana Fortes nos ofrece una novela negra con pinceladas de historias pasadas, pasiones de amor, avaricias económicas y explotación, muy bien llevadas y metiendo al lector desde un principio en los escenarios de la trama, tanto en Compostela, como en la aldea de la que era originaria la joven muerta, así como en la zona del vertido y protesta de los ecologistas: vemos, sentimos, olemos y escuchamos, la música está también muy presente en esta lectura, sobre todo el jazz y la música brasileña.
En resumen y finalizo, una lectura que os recomiendo para este verano, os meteréis enseguida en la historia y disfrutaréis de la prosa de una gran escritora que acabo de descubrir y a la que seguro que seguiré leyendo. Son 284 páginas publicadas por Planeta con letra bastante grande que en tres o cuatro tardes habréis leído.

martes, 2 de agosto de 2011

CUANDO DIOS ERA UN CONEJO


Me gusta mucho descubrir autores nuevos y hay algunos títulos que son realmente llamativos, como es en el caso de este que hoy os traigo. Lo cierto es que últimamente estoy leyendo bastantes operas primas de mucho nivel, y da gusto hacerlo, que no sólo de autores consagrados vivimos los aficionados a la lectura...

Esta vez el descubrimiento llegó a través de la blogosfera... ahora mismo no sabría deciros en qué blog leí la primera reseña sobre este libro, porque lo cierto es que últimamente leo bastante sobre literatura en Internet, pero el caso es que las opiniones eran favorables y el libro tenía una pinta fantástica. Lo solicité en la biblioteca y en un par de semanitas estaba en mis manos.


SARAH WINMAN


Imagino que al igual que yo, muchos de vosotros no conoceréis a esta escritora, de la que me gustaría daros algunos datos. Nació en el año 1964 en la población inglesa de Essex. Cursó estudios de arte dramático y actuó en teatro, cine y televisión. Reside en Londres.
Cuando Dios era un Conejo es su primera novela, con gran éxito de público y crítica y traducciones en varios idiomas.



CUANDO DIOS ERA UN CONEJO



En la contraportada del libro podemos leer:


Éste es un libro
sobre un hermano
y una hermana.
Un libro sobre la infancia y el crecimiento,
las amistades y la familia, el triunfo y la tragedia,
y todo lo que discurre entre ellos.
Pero, sobre todo, es un libro
acerca del amor en todas sus formas.

Y lo que nos encontramos entre las páginas de este libro es la historia de una niña que va evolucionando y con la que iremos creciendo capítulo a capítulo hasta que se convierte en una mujer fuerte, que aprende a valorar lo que realmente importa en la vida.

Elly vive en una familia en la que sus padres no le prestan demasiada atención, por lo que se vuelca en Jenny Penny, su mejor amiga, en su nueva mascota, un conejo al que llama Dios (el por qué es muy sencillo, un día le dicen que como se ha portado mal Dios no la quiere, así que ella decide hacerse con un Dios que la quiera, y éste es su conejito), y en su queridísimo aunque extraño hermano''' Joe'''.
El mundo de Elly se reduce a su pueblo inglés de origen, donde va aprendiendo a convivir con sus compañeros de clase, a lidiar con unos adultos bastante anticuados y va poco a poco haciéndose mayor...

La familia se traslada a Cornualles para iniciar una nueva vida tras un golpe de suerte, por lo que Elly se ve obligada a despedirse de su amiga. Algo más tarde Joe se marcha a vivir a Nueva York, por lo que Elly se ve privada de sus apoyos más importantes. Algo grave ocurre que hace que Elly y Jenny Penny recuperen el contacto tras casi veinte años de ausencia... algo que hará que ambas aprendan a valorar el significado y la verdadera amplitud de una de las palabras más importantes: AMISTAD.


MIS IMPRESIONES COMO LECTORA


He disfrutado mucho con este libro, una lectura fresca, ligera y una historia muy bien contada. El personaje de Elly es tierno en la infancia, incluso en algunas sensaciones da sensación de desamparo, y poco a poco nos muestra a la gran mujer en la que se ha convertido, una mujer fuerte y decidida que es capaz de darlo todo por aquellos a los que ama y la necesitan, una protagonista sólida e interesante, que no resulta en nada indiferente para el lector y que se mueve entre unos secundarios bastante curiosos que hacen que su mundo resulte bastante original.

Creo que es una lectura de lo más recomendable para llevarnos de vacaciones, resulta muy entretenida y fácil de leer. Eso sí, no esperéis una novela que os marque, una historia que dentro de un año recordaréis, porque creo que entonces este no es vuestro libro. Quizá esta sería la única pega que le pondría a esta propuesta literaria, que no deja huella, que se disfruta con su lectura, pero pasa.
Aún así, insisto en que resulta un libro de lo más recomendable y sin complicaciones, ideal para los que están de descanso y no quieren historias demasiado sesudas ni complejas.