miércoles, 26 de septiembre de 2012

LA NOCHE DEL TAMARINDO

Este libro que hoy os comento fue una de mis lecturas de verano. Es mi primer contacto con este escritor, del que había oído hablar, o más bien leído reseñas sobre él, y cuando vi esta novela en mi biblioteca habitual me llamó la atención, además de que el tema prometía.


ANTONIO GÓMEZ RUFO


En la página del autor podemos leer información sobre él y sobre toda su obra.
El escritor nos comenta que ya desde su adolescencia la literatura fue su vocación, una época en la que escribió relatos breves, letras de canciones, poesía... Sus primeras publicaciones fueron una biografía de Marx y un ensayo titulado Ecología y Constitución.
Trabajó en el área de cultura del Ayuntamiento de Madrid y en la Filmoteca Española. En la actualidad es vicepresidente de la Asociación de Escritores de España. Su obra más conocida y difundida es La Leyenda del Falso Traidor, de 1994, y obtuvo el Premio Nadal con El Secreto del Rey Cautivo.



LA NOCHE DEL TAMARINDO

ARGUMENTO


Vinicio Salazar es un hombre muy adinerado que ha enviudado y tiene una hija muy enferma, podríamos decir que al borde de la muerte. El padre está realmente obsesionado por no perder a su hija y está dispuesto a gastarse hasta el último céntimo de su fortuna en intentar que ella siga viviendo.
No lo consigue y su hija fallece, de manera que el padre cambia su plan y lo que desea tras haberla perdido es lograr alargar su vida todo lo que pueda: incluso lograr la inmortalidad si ello fuera posible y su dinero puede pagarla. Contacta con médicos sin escrúpulos que realizan actos muy alejados de la moral y que en teoría le alargarán enormemente la vida, Salazar desea vivir para que su hija permanezca en su recuerdo todo el tiempo posible.

MI OPINIÓN


La verdad es que a priori el libro pintaba bien, planteando preguntas sobre las decisiones sobre la vida y la muerte, sobre el uso del dinero sin importar los medios para lograr un fin.
Una reflexión que podría ser interesante, a mi modo de ver se convierte en una novela a la que, de entrada le sobran por lo menos cien páginas, que resulta de fácil lectura y la primera parte entretiene al lector, incluso hay párrafos o frases muy logrados, pero que se quedan ahí, no hay continuidad.
Los movimientos de Salazar, dando tumbos, realizando actos extrañísimos, como meterse en una casa durante un año con un montón de jóvenes bellísimas a las que paga para simplemente estar ahí y si ambos lo desean darse placer... de verdad que no he logrado entender a este personaje ni veo que las reflexiones que a priori se presentaban lleguen a materializarse en la historia que nos presenta Gómez Rufo.

En fin, una novela que no me ha llegado nada, que en las primeras páginas prometía, que a ratos me ha gustado, pero que en su conjunto no logra presentar un protagonista con el que el lector pueda empatizar, comprender y meterse en su historia. No sé si leeré algo más de este autor, pero desde luego tras leer La Noche del Tamarindo no me han quedado ganas... Y poco más os puedo decir, qué difícil es hablar de un libro que no ha llegado...

viernes, 21 de septiembre de 2012

RESTAURANTE ESTRELLA. BUEU

Durante nuestras vacaciones en Bueu tuvimos ocasión de cenar en el restaurante Estrella, un local que nos habían recomendado y al que fuimos a tiro fijo. Resulta fácil de encontrar, ya que desde la calle principal de la villa está indicada su ubicación.
Está en una calle peatonal que además tiene al lado una plazoleta bastante amplia, de manera que resulta una zona muy tranquila y para ir en familia no hay ningún tipo de peligro si queremos instalarnos en la terraza y vamos con niños.

La noche que acudimos a este restaurante estaba algo fresca, por lo que decidimos comer dentro. Hay dos comedores, uno en la planta baja, donde se encuentra la barra del local, de pequeño tamaño y muy acogedor y otro en el sótano, bajando las escaleras que nos llevan también a los cuartos de baño, ya mucho más amplio. Se abre este otro cuando se llena arriba.
Cuando fuimos tenían instalada la terraza también, pero como os decía, preferimos cenar dentro.

Enseguida nos atendió una camarera amabilísima y muy simpática a la que pedimos una ensalada mixta, una ración de croquetas, unos calamares y una ración de pulpo. Bebimos una copita de albariño, una caña y un zumo, tomamos pan y no tuvimos hueco para el postre.
Las raciones de todo lo que pedimos eran muy abundantes, todo exquisito, destacando en mi opinión los calamares y el pulpo, pero todo realmente bueno y fresquísimo, de hecho se podía ver una amplia nevera con las puertas transparentes que contenía mariscos varios del día. Estando junto a la lonja y el mercado, y en un lugar marinero como Bueu, pescados y mariscos están garantizados en este tipo de restaurantes.

El precio nos pareció muy adecuado a la relación calidad-cantidad, pagamos por todo 40 euros.
Un lugar que sin dudarlo os recomiendo si os pasáis por Bueu, cocina marinera que no os decepcionará.

martes, 18 de septiembre de 2012

RESTAURANTE EL PESCADOR. BUEU

Uno de los restaurantes que nos habían recomendado en Bueu era El Pescador, y no hemos dejado pasar la ocasión de probarlo durante nuestras vacaciones en esta villa marinera de las Rías Baixas.

El restaurante está situado en una calle peatonal muy tranquila y cuando fuimos tenía instalada además la terraza, con toldo en la parte superior. Como hacía una temperatura fantástica, nada habitual en mi tierra en el mes de septiembre, decidimos instalarnos en la terraza para cenar.
La camarera que nos atendió acudió enseguida a tomarnos nota, pero la verdad es que tanto en el primer contacto como en el resto del tiempo que estuvimos fue bastante seca, nunca desagradable ni muchísimo menos, pero incluso le preguntamos si el pulpo que queríamos pedir era receta propia y ni lo sabía ni lo consultó, algo que me parece poco profesional, quizá fuese personal eventual de verano, pero vaya, esto no es disculpa...


Nos decidimos por pedir una ensalada mixta, unas croquetas de jamón, una cazuela de pulpo al ajillo con langostinos y unos mejillones al vapor. Acompañamos la comida con aguas y una caña.
Todas las raciones eran muy abundantes y comimos los tres perfectísimamente. Me gustó especialmente el pulpo, pues nunca lo había probado cocinado así y estaba realmente estupendo. El pulpo de Bueu tiene mucha fama y en esta ocasión comprobamos que es más que merecida.
Tanto las croquetas como los mejillones, muy grandes, estaban también fenomenal, y nos pusieron un pan riquísimo.
A la hora de la cuenta no nos pareció desproporcionado, en relación a la calidad y cantidad de la cena, pagamos 37 euros.

Comida gallega con ingredientes de gran calidad, un restaurante a tener en cuenta en Bueu.

viernes, 14 de septiembre de 2012

ISLA DE ONS. PARQUE NACIONAL DE LAS ISLAS ATLÁNTICAS

Durante nuestras vacaciones en la villa marinera de Bueu, tuvimos ocasión de visitar la isla de Ons, una de las que forma parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas, junto con Cies, Sálvora y Cortegada.

De todas las islas, Cíes son las más conocidas y también las que tienen más afluencia de visitantes, aunque Ons también tiene línea regular de transporte, desde Bueu y Portonovo y frecuentes visitas, quizá más de nacionales que de extranjeros.

UN POCO DE HISTORIA

La isla de Ons, la mayor en superficie, ya tuvo habitantes en la prehistoria, concretamente en la Edad de Bronce, como se nos explica en el centro de visitantes abierto en la isla. Se han encontrado muchos restos de esta época y también dos castros prerrománicos. Hay también restos de lo que se cree que fue un monasterio, aunque esto no está tan claro.

Lo que sí está claro es que la isla siempre estuvo habitada, aunque en el siglo XVII, debido a los frecuentes ataques de piratas sí hubo unos años de abandono.
En el siglo XIX el motor de la economía de la isla es la industria de la salazón. Había una pequeña fábrica en las proximidades del muelle pesquero. Cuando esta industria se hunde, entonces es el pulpo el que toma el relevo y se convierte en el futuro de los habitantes, que en sus dornas pescaban en abundancia este cefalópodo.

Hasta el año 1984, en el que pasa a ser de titularidad pública, la isla pasa de mano en mano, tanto de personas privadas como de diferentes instituciones. Hoy es un bien de dominio público al ser Parque Nacional, pero hay vecinos que al conservar sus viviendas allí, además de pasar temporadas más o menos largas, intentan que la Xunta de Galicia les reconozca su propiedad. Por el momento la situación está en punto muerto, ellos no están allí permanentemente, pero algunos sí largas temporadas y hay permisos de pesca de pulpo en la zona sólo para ellos y siempre con las artes tradicionales y todo muy controlado para mantener el ecosistema.

NUESTRA VISITA A LA ISLA
Salimos del puerto de Bueu en un barco de la compañía Nabia. Hay tres compañías que hacen el trayecto y hay diferentes tipos de barcos. La verdad, teniendo en cuenta que las tarifas son las mismas, nos apuntamos al barco rápido, que tarda media hora en llegar.
El trayecto fue muy tranquilo, el primer tramo la barca pasa bastante despacio por la zona de bateas, para acelerar luego, para regocijo de los niños, como se puede imaginar. Nos instalamos en la parte superior, para disfrutar del paisaje, aprovechando que el día era muy bueno, pero nos hizo falta una chaqueta cuando el barco aceleró.

El barco nos deja en el muelle y la verdad es que la impresión al llegar es un poco contradictoria. Cuando se llega a Sálvora, se aprecia una isla virgen, sin rastro de humanidad, en Cíes, aunque hay un autoservicio y un cámping, la sensación es similar, pero aquí, es extraño ver un pequeño pueblecito, con su iglesia y todo, resulta chocante.
Desde la llegada, subiendo una pequeña cuesta, tomamos un sendero que nos facilita acceso a 4 playas, todas ellas de arena blanca y finísima y unas aguas cristalinas espectaculares, y eso sí, muy frías.
Antes de comer fuimos a una de las playas, con una zona de rocas pequeña, mi marido y el peque se atrevieron a bañarse y como había más niños se pasó la mañana en un tris.
A la hora de comer, lo hicimos en uno de los restaurantes de la isla, Casa Acuña, muy afamado por el pulpo, pescado en la propia isla y que estaba superior.
A la vuelta, decidimos elegir otra playa, con más rocas, porque a mi marido le apetecía bucear con el niño. Se quedaron impresionados con la cantidad y el tamaño de los peces que vieron.
Pasamos un día fantástico, relajadísimo, con poquísima gente, quizá porque era septiembre, disfrutando mucho de la naturaleza que nos rodeaba, con las Cíes de fondo. Precioso, nos gustó mucho, nos quedamos con ganas de ir de fin de semana para poder hacer alguna de las rutas de senderismo, tenemos fichada la que va al faro, que no es muy dura, y desde allí la puesta de sol tiene pinta de ser fabulosa!
Si pensáis en quedaros hay varias opciones: alquiler de alguna casa del pueblo, zona de acampada libre vigilada o bien un pequeño hostalito.
Seguramente muchos habéis oído hablar de las islas Cíes, os recomiendo también a la hermana mayor del Parque Nacional, Ons no os decepcionará.