¿Y por qué? Pues como mi blog es personal y me expreso libremente, como no me debo a nadie y mi credibilidad y sinceridad son sagradas, os confesaré que lo leí por culpa de ella. Ella es Celia, para mí es @latanace, porque Twitter unió un buen día, no recuerdo bien por qué, quizá alguien en común, y desde entonces soy fan incondicional de su #oídoenmisalón aunque no sea futbolera y aunque no nos conocemos, tenemos una gran sintonía, así que si Celia lo escribe, yo lo leo, ¡aunque sea literatura erótica! Porque sé que además de una periodista fantástica escribe de lujo.
En la web de La Esfera de los Libros ella misma se presenta, y como lo hace mejor de lo que yo lo haría, os hago un corta-pega:
Me llamo Celia Blanco y, aunque no lo crean, hubo un tiempo en el que decir mi nombre levantaba muchas expectativas. Aunque solo fuera para hacer una reserva en un restaurante.
Me fascina el sexo, pero jamás fui actriz porno. Mi nombre apareció en mayúsculas y luces de neón en todos los festivales eróticos del país. Tuve la suerte de que una gran actriz del género eligiera ser mi homónima para sus actuaciones estelares. A mí me dio por el periodismo en vez de por el artisteo.
El 1 de julio de 2013 se cumplieron veinte años de la primera vez que pisé un plató de televisión. Eso dicho así, cuando menos, asusta. He pasado por TVE, Antena 3, Telecinco, Telemadrid y La Sexta. Y si Cuatro y Canal Plus se han resistido, espero que entren en razones y me hagan hueco cualquier día de estos. Así me gano la vida: haciendo televisión. Soy una más. Una de esas que, cuando la gente la ve por la calle, les suena pero no saben de qué. Normal, llevo años colándome en sus salones y contándoles la actualidad del día. Me encanta ser algo así como «la vecina del descansillo»
Con dos tacones es el relato de mujeres de la calle, como cualquiera, entre 18 y 75 años, cada una con su vida, su trabajo, hijos, marido o no... que lo que hacen es abrirse totalmente a Celia y contarle sin tapujos sus fantasías, sin pelos en la lengua, desde el atrevimiento que concede el anonimato y, estoy segura, desde la confianza y el buen rollo que desprende Celia, que lo ha hecho posible. Esa amiga de la que hablas de todo pero que no te ha contado nunca cómo y con quién querría tener un tórrido encuentro, se lo ha contado a Celia, es como si tuviésemos la llave de los pensamientos escondidos e inconfesables de esas mujeres reales, las que hacen contigo la cola en el súper, esa profesora del gimnasio o incluso prostitutas, ellas también fantasean! Así hasta catorce.
Y el resultado es un libro directo, creíble, sincero, porque el tema lo pide, pero también respetuoso y muy bien escrito. Un libro que en cuanto caiga en vuestras manos no dejaréis hasta que llegue la palabra FIN.
"Soñábamos con ser princesas. Así, en general. Que era algo muy bonito y eterno. (...)
Hasta que cambiamos el cuento. ¿Princesas?¿Para qué?. Nos transformamos en las protagonistas absolutas de nuestros mejores cuentos, esos en los que nos acostamos con quien nos da la santa gana, sin rendirle cuentas a nadie y sin ninguna necesidad de justificarnos. En vez de un príncipe queremos dos. a veces hasta más de tres. Que nos vean, que nos aten, que se dejen atar. Que haya otras mujeres, que nuestros amantes sean más jóvenes.
Que elijamos y sepamos hasta los detalles más escabrosos de nuestra fantasía. Perdimos interés por ser princesas"
(Del prólogo de Con dos Tacones)