Tras haber leído El País de la Nube Blanca, atraída por el país en el que estaba ambientada la historia, Nueva Zelanda, me animé con este otro libro, ya que una de las cosas que no me había gustado del anterior era la poca presencia de la cultura y el pueblo maorí dentro de la historia.
ANNE LAUREEN
La escritora, de la que nunca antes había oído hablar, escribe bajo seudónimo, y según se puede leer en la web de Maeva, la editorial que publica el libro, ha nacido en 1974 y se ha dedicado profesionalmente a la medicina durante varios años. Es de origen alemán y esta novela en su país natal ha sido un gran éxito de ventas. Tiene otra novela, pero no he visto que en España se haya publicado, aunque imagino que se hará también, porque esta primera también ha resultado bien en nuestro país.
ESTRELLAS SOBRE TAURANGA
Anne Laureen nos lleva al Berlín de finales del XIX, donde Ricarda Bensdorf regresa a casa tras haber estado en Suiza estudiando medicina, algo que en esta época estaba reservado para muy pocas mujeres. Su padre es médico y Ricarda quiere ejercer la profesión, pero una cosa es estudiar y otra muy diferente es trabajar, y de médico, pues aún peor...
Los padres de Ricarda la habían mandado a estudiar a Zúrich con la esperanza de que esto fuera suficiente para ella, y sus planes son casarla bien y que sea un ama de casa y de hijos a su marido, un hombre que ellos mismos han elegido para ella.
Viendo esto, Ricarda busca una salida, y la encuentra cuando una mujer activista en pro del voto femenino le cuenta que Nueva Zelanda es un país mucho más avanzado en cuanto a los derechos de la mujer, así que la muchacha, que había ahorrado parte del dinero que sus padres le enviaban para sus estudios y manutención, no lo duda y se embarca hacia el otro lado del mundo en busca de su sueño.
La vida no será tan fácil para Ricarda, que en un principio dice que es enfermera, aunque más tarde, gracias al apoyo de una de las mujeres con más contactos de Tauranga, podrá comenzar a luchar por lo que realmente quiere, ejercer como médico de su propia clínica.
LEYENDO ESTRELLAS SOBRE TAURANGA
Antes de comentaros esta novela, vaya por delante que para mí, que he tenido la inmensa suerte de pasar 2 semanas en Nueva Zelanda, que esté ambientada en este país ya es un punto a su favor, dicho lo cual, os comento lo que me ha parecido.
Prácticamente toda la acción transcurre en Nueva Zelanda, en Europa apenas sí nos situamos al principio y al final de la historia, pero realmente es aquí donde se profundiza en la historia de Ricarda. De su mano vemos cómo era la situación de la mujer en aquella época, cuando la mujer lo tenía realmente difícil para salirse de un mero papel de esposa y madre.
Podemos ver también las diferencias de los colonos europeos y los maoríes que ya poblaban estas tierras, un pueblo muy pacífico, que vio cómo los europeos se quedaban con sus tierras y apenas se relacionaban con ellos. Hay varios personajes que sí se relacionan con ellos, Ricarda y Jack Manzoni, un controvertido ganadero que se ganará la confianza de Ricarda, a la que desea ayudar en su empresa y a la que pone en contacto con la curandera maorí, que con el tiempo llega a formar un buen equipo con ella, revelándole los secretos de las plantas y raíces que recolecta y pueden remediar diversos males.
Ricarda lucha día a día no solamente por ella, sino también por las mujeres europeas e indígenas. Quiere de hecho especializarse en ginecología, sabedora de que ciertos temas son tabú en los tiempos que corren...
La tarea no será nada fácil, y muchos serán los que se opongan a las intenciones de Ricarda, empezando por el propio médico del pueblo, pero ella se presenta como una mujer muy fuerte y segura, un personaje de lo más atractivo y que tiene el protagonismo absoluto de la narración, que no por ello pierde fuerza o interés.
Estamos ante una novela muy entretenida, con el atractivo añadido de conocer un poco más la cultura maorí, con un personaje principal muy bien armado y una historia muy interesante en la que hay historias de amor, amistad, aventuras, odios, venganzas... escrito en un estilo muy accesible, sin resultar un page turner, pero sí de muy fácil lectura.
miércoles, 29 de agosto de 2012
lunes, 27 de agosto de 2012
RESTAURANTE O PORTALÓN. LUGO
Aconsejados por un amigo este domingo comimos en el restaurante O Portalón, un lugar que a pesar de encontrarse a pocos metros de la muralla romana, lo cierto es que está un poco metido y seguro que no hubiéramos dado con él si no nos llegan a decir dónde estaba exactamente.
El local tiene dos zonas bien diferenciadas, la parte de vinos y tapas, o de cafés y desayunos, según la hora, que está a la entrada y cuenta con una barra bastante amplia, y al fondo, la zona de comedor.
Este restaurante tiene menú de semana por 9 euros y de fin de semana por 13 euros, así que no lo dudamos y a la vista de lo que había de menú,como se puede ver en la foto de la pizarra, ni pedimos la carta. Optamos por almejas a la marinera y una ensalada mixta de primero, las almejas fantásticas y mojamos pan en la salsa hasta que se terminó, buenísima! La ensalada muy completa, con lechuga, tomate, atún, zanahoria, cebolla, maíz y remolacha.De segundo, como el amigo que nos aconsejó este sitio nos dijo que el churrasco estaba estupendo, nos pedimos churrasco y de verdad que estaba para chuparse los dedos y además acompañado de patatas "de verdad", nada de patatas congeladas, que tanto abundan últimamente. Muy rico.
Para el niño no pedimos menú porque nos parecía demasiado, así que se tomó una ración de croquetas que debían estar estupendas porque no dejó ni las migas y encima no nos dejó probarlas...
A la hora del postre, optamos por tarta de galleta y chocolate (la de toda la vida) y tarta de piña, ambas caseras y buenísimas. El niño tomó un helado.La comida estuvo acompañada de una botella grande de agua, una copa de Rioja, una caña y un zumo.
Tomamos cafés, incluidos en el menú además del postre, algo bastante inusual, y pagamos en total 37 euros, un precio que no puede ser más ajustado teniendo en cuenta la calidad-cantidad de los menús.
El servicio fue muy ágil a pesar de estar el local lleno y la verdad es que como vamos todos los años a Lugo, repetiremos segurísimo y os lo recomiendo sin dudarlo
Restaurante O Portalón
C/ Germán Alonso, 21-23 Bajo
27004
Lugo
El local tiene dos zonas bien diferenciadas, la parte de vinos y tapas, o de cafés y desayunos, según la hora, que está a la entrada y cuenta con una barra bastante amplia, y al fondo, la zona de comedor.
Este restaurante tiene menú de semana por 9 euros y de fin de semana por 13 euros, así que no lo dudamos y a la vista de lo que había de menú,como se puede ver en la foto de la pizarra, ni pedimos la carta. Optamos por almejas a la marinera y una ensalada mixta de primero, las almejas fantásticas y mojamos pan en la salsa hasta que se terminó, buenísima! La ensalada muy completa, con lechuga, tomate, atún, zanahoria, cebolla, maíz y remolacha.De segundo, como el amigo que nos aconsejó este sitio nos dijo que el churrasco estaba estupendo, nos pedimos churrasco y de verdad que estaba para chuparse los dedos y además acompañado de patatas "de verdad", nada de patatas congeladas, que tanto abundan últimamente. Muy rico.
Para el niño no pedimos menú porque nos parecía demasiado, así que se tomó una ración de croquetas que debían estar estupendas porque no dejó ni las migas y encima no nos dejó probarlas...
A la hora del postre, optamos por tarta de galleta y chocolate (la de toda la vida) y tarta de piña, ambas caseras y buenísimas. El niño tomó un helado.La comida estuvo acompañada de una botella grande de agua, una copa de Rioja, una caña y un zumo.
Tomamos cafés, incluidos en el menú además del postre, algo bastante inusual, y pagamos en total 37 euros, un precio que no puede ser más ajustado teniendo en cuenta la calidad-cantidad de los menús.
El servicio fue muy ágil a pesar de estar el local lleno y la verdad es que como vamos todos los años a Lugo, repetiremos segurísimo y os lo recomiendo sin dudarlo
Restaurante O Portalón
C/ Germán Alonso, 21-23 Bajo
27004
Lugo
domingo, 19 de agosto de 2012
DÉCIMA DOCTA. MYRIAM MILLÁN
Este libro llegó a mis manos gracias a Laky, que desde su blog tuvo la iniciativa de hacer de éste un Libro Viajero, de manera que todos los interesados en leerlo pudieran hacerlo, sólo había que dejar un post en el blog.
El libro llega a manos de un usuario a través del que lo ha leído antes y al terminarlo, tiene que remitírselo al siguiente en la lista... Así continúa la cadena hasta volver a las manos de Laky, junto con la dedicatoria que cada uno de los lectores hemos ido escribiendo con nuestras impresiones tras haber leído el libro. Una idea fantástica y que desde luego me ha hecho descubrir una historia de lo más entretenida y con mucho gancho.
MYRIAM MILLÁN
La autora de esta novela para mí era una total desconocida, así que imagino que muchos tampoco la conoceréis. Ha nacido en Sevilla en 1982 y desde siempre escribió, ya desde pequeñita hacía sus breves relatos o cuentos. Estudió Relaciones Laborales y esta novela es su primera publicación.
DÉCIMA DOCTA
La historia transcurre en la época actual y el escenario elegido para contárnosla es Sevilla, la ciudad natal de la escritora.
Raymond Petrov y Rhianne Thompson han dedicado décadas de su vida a tratar de descubrir qué hay detrás de un ritual celebrado cada cinco años y durante el cual diez jóvenes hermosas y cultas son asesinadas una a una, cada cual de una forma diferente, pero siempre se repiten estas mismas diez formas de matar.
Creen que detrás de todo esto hay una secta cuyos orígenes se remontan al antiguo Egipto y que hasta ahora nadie ha conseguido parar: los Hijos de Nellifer. Estos dos investigadores, al acercarse la fecha en la que calculan que tendrá lugar el próximo ritual, contratan a un experto en este tipo de organizaciones, Enmanuel Mason, para tratar de pararlos definitivamente.
En efecto en Sevilla aparece un cadáver en el río... Coincide con la muerte que los seguidores de la secta dan a su primera víctima, comienza la cuenta atrás, han de intentar pararlos antes de que asesinen a la última.
LECTURA DEL LIBRO
Desde las primeras páginas el libro se lee de forma vertiginosa, es todo un page-turner, pero escrito con mucha coherencia a pesar de tratarse de una historia con toques bastante fantasiosos.
La división en capítulos muy breves contribuye a la agilidad de la lectura, pero también unos personajes muy interesantes en los que se va profundizando cada vez más y de los que el lector desea saber más, tanto de las chicas secuestradas, como de algunos miembros de la secta que se nos dan a conocer o de los investigadores que tratan de parar el ritual.
Cada muerte significa que hay menos tiempo para tener éxito en la empresa de parar el ritual, y eso hace que aumente la tensión en el lector, determinados giros que se producen y sorprenden hacen que sea difícil encontrar el momento de dejar la lectura de la novela. El final es de vértigo y es imposible no leerlo del tirón, así que si lo leéis a la playa, hacedlo a la sombra, os quemaréis seguro!!
El estilo de la escritora es sencillo y directo, sin grandes párrafos, y en mi opinión intercala muy bien la acción con la explicación de la historia que hay detrás de la secta o los sentimientos y vivencias de tal o cual personaje. Una primera novela muy conseguida, sin lugar a dudas y que os recomiendo, me parece una lectura fantástica para el verano.
martes, 14 de agosto de 2012
PARQUE NATURAL RÍA BAROSA
Cerca de la localidad de Caldas de Reis, concretamente en el municipio de Barro, entre Pontevedra y Santiago de Compostela, encontramos el Parque Natural Ría Barosa, un lugar muy agradable para pasear y muy cuidado, eso sí, no os recomiendo ir en verano o en domingos y festivos porque hay muchísima gente y ya no resulta tan agradable.
A la salida de la población de Caldas de Reis, a unos dos km a mano derecha (si vamos dirección Pontevedra, en caso contrario está a la izquierda) encontramos el desvío hacia este el parque natural al que da nombre el río Barosa. Abandonando la carretera nacional entramos en una pista de firme bastante malo, pero no es necesario ni mucho menos tener un todoterreno, aunque sí ir con cuidado. A pocos metros de la cascada podemos aparcar el coche, bien en una pequeña explanada o bien junto a la pista de acceso.
Nos recibe una pequeña explanada y un puente de madera que nos da acceso a la parte baja del río, con varios molinos restaurados, uno de ellos cafetería y restaurante con muy buena pinta, un local con dos plantas y terraza, donde picar algo, tomarse un bocata o incluso un churrasquito. La planta baja tiene como mesas las piedras de moler y los depósitos de grano desde donde se distribuía el grano para la molienda están colocados encima, como en los molinos. Muy bonito.
La planta superior tiene una decoración rústica, pero ya no es tan original. A partir de la explanada que os comentaba, desde la parte izquierda, podemos iniciar la ruta de senderismo que nos llevará río arriba. No es un camino ni mucho menos duro, aunque sí bastante empinado, por eso os recomiendo el uso de calzado cómodo y adecuado.
Desde arriba tenemos una vista muy bonita de la caída del río y toda la zona pedregosa que lo rodea, que contrasta con la frondosa vegetación. Además, en el cauce del río hay muchos molinos de agua, como 20, más o menos, y están todos en muy buen estado.Al llegar a la parte superior hay un pequeño merendero y varios senderos señalizados que podemos realizar, uno de ellos continúa la subida y el otro vuelve al punto del que partimos, pero realizando un recorrido algo mayor con una cuesta menos pronunciada. Este es el que nosotros hicimos.
Al otro lado de la carretera, antes de iniciar la bajada, hay un remanso con un pequeño bar y una zona de río en la que viven varios cisnes. Un punto simpático si, como nosotros, viajáis con los más pequeños.
El primer día que fuimos había bastante gente, incluso nos encontramos algunos caballos por el sendero, otro día llevamos a unos amigos y al ser sábado tempranito, estuvimos fenomenal, a la hora de comer sí empezaba a llegar gente. Os recomiendo la parada si visitáis la zona, es un paseo que físicamente no supone esfuerzo y el paraje es digno de ver.
A la salida de la población de Caldas de Reis, a unos dos km a mano derecha (si vamos dirección Pontevedra, en caso contrario está a la izquierda) encontramos el desvío hacia este el parque natural al que da nombre el río Barosa. Abandonando la carretera nacional entramos en una pista de firme bastante malo, pero no es necesario ni mucho menos tener un todoterreno, aunque sí ir con cuidado. A pocos metros de la cascada podemos aparcar el coche, bien en una pequeña explanada o bien junto a la pista de acceso.
Nos recibe una pequeña explanada y un puente de madera que nos da acceso a la parte baja del río, con varios molinos restaurados, uno de ellos cafetería y restaurante con muy buena pinta, un local con dos plantas y terraza, donde picar algo, tomarse un bocata o incluso un churrasquito. La planta baja tiene como mesas las piedras de moler y los depósitos de grano desde donde se distribuía el grano para la molienda están colocados encima, como en los molinos. Muy bonito.
La planta superior tiene una decoración rústica, pero ya no es tan original. A partir de la explanada que os comentaba, desde la parte izquierda, podemos iniciar la ruta de senderismo que nos llevará río arriba. No es un camino ni mucho menos duro, aunque sí bastante empinado, por eso os recomiendo el uso de calzado cómodo y adecuado.
Desde arriba tenemos una vista muy bonita de la caída del río y toda la zona pedregosa que lo rodea, que contrasta con la frondosa vegetación. Además, en el cauce del río hay muchos molinos de agua, como 20, más o menos, y están todos en muy buen estado.Al llegar a la parte superior hay un pequeño merendero y varios senderos señalizados que podemos realizar, uno de ellos continúa la subida y el otro vuelve al punto del que partimos, pero realizando un recorrido algo mayor con una cuesta menos pronunciada. Este es el que nosotros hicimos.
Al otro lado de la carretera, antes de iniciar la bajada, hay un remanso con un pequeño bar y una zona de río en la que viven varios cisnes. Un punto simpático si, como nosotros, viajáis con los más pequeños.
El primer día que fuimos había bastante gente, incluso nos encontramos algunos caballos por el sendero, otro día llevamos a unos amigos y al ser sábado tempranito, estuvimos fenomenal, a la hora de comer sí empezaba a llegar gente. Os recomiendo la parada si visitáis la zona, es un paseo que físicamente no supone esfuerzo y el paraje es digno de ver.
jueves, 9 de agosto de 2012
QUINTA DE SAN AMARO
Como sabéis muchos de los que me seguís, nuestra pequeña familia incluye a un niño que ahora tiene cinco añitos casi recién estrenados y un perro. Conocía este hotelito rural porque procuro estar bastante al tanto de establecimientos a los que podamos llevar a nuestra mascota. Este lugar admite todo tipo de animales, algo que ya es rarísimo, nos contaba uno de los propietarios que el día que comimos aquí había entrado una familia con un perro y dos periquitos.
La Quinta de San Amaro está situada en Meaño, una localidad pontevedresa de interior, tierra de bodegas y a tiro de piedra de puntos de interés turístico como pueden ser Combarro o Poio.
En un sitio muy tranquilo, pensado para disfrutar de la calma, el hotel y sus instalaciones. Desde su web los propietarios nos comentan que buscaban casas con historia y cuando vieron el lugar en el que se encontraban los muros de piedra de más de cien años que hoy son su negocio, no lo dudaron: a ellos como clientes de hoteles con encanto les gustaría esto, así que por qué no montarlo ellos mismos.
Cuando tenga ocasión seguro que me alojaré aquí, tengo muchas ganas de un fin de semana tranquilo y reposado. En esta ocasión, con motivo de la visita de unos amigos de Bilbao, nos acercamos a comer.
El lugar tiene una atmósfera absolutamente encantadora, lleno de rincones con detalles decorativos y se transmite mucha paz. Fantástico. Nos acercamos al restaurante, sin reserva previa, y tuvimos la suerte de que había dos mesas disponibles, una dentro y otra fuera, a la sombrita de una terraza, con el jardín de frente y una fantástica piscina pequeña y coqueta a la izquierda, con unas vistas estupendas. Esta fue la opción elegida, sobre todo porque así el niño podía jugar un poquito a la sombra mientras la comida de los mayores se alargaba para poder disfrutar del encanto del lugar.
Nuestra elección: Pulpo a la plancha con cachelos, brocheta de rape con verduras y de postre, variado de postres caseros.
Un servicio impecable, un ambiente muy agradable y relajante, una comida bien presentada, con una materia prima de primera y sin grandes pretensiones, una relación calidad-precio estupenda. Un lugar para no perderse, recomendado!
La Quinta de San Amaro está situada en Meaño, una localidad pontevedresa de interior, tierra de bodegas y a tiro de piedra de puntos de interés turístico como pueden ser Combarro o Poio.
En un sitio muy tranquilo, pensado para disfrutar de la calma, el hotel y sus instalaciones. Desde su web los propietarios nos comentan que buscaban casas con historia y cuando vieron el lugar en el que se encontraban los muros de piedra de más de cien años que hoy son su negocio, no lo dudaron: a ellos como clientes de hoteles con encanto les gustaría esto, así que por qué no montarlo ellos mismos.
Cuando tenga ocasión seguro que me alojaré aquí, tengo muchas ganas de un fin de semana tranquilo y reposado. En esta ocasión, con motivo de la visita de unos amigos de Bilbao, nos acercamos a comer.
El lugar tiene una atmósfera absolutamente encantadora, lleno de rincones con detalles decorativos y se transmite mucha paz. Fantástico. Nos acercamos al restaurante, sin reserva previa, y tuvimos la suerte de que había dos mesas disponibles, una dentro y otra fuera, a la sombrita de una terraza, con el jardín de frente y una fantástica piscina pequeña y coqueta a la izquierda, con unas vistas estupendas. Esta fue la opción elegida, sobre todo porque así el niño podía jugar un poquito a la sombra mientras la comida de los mayores se alargaba para poder disfrutar del encanto del lugar.
Nuestra elección: Pulpo a la plancha con cachelos, brocheta de rape con verduras y de postre, variado de postres caseros.
Un servicio impecable, un ambiente muy agradable y relajante, una comida bien presentada, con una materia prima de primera y sin grandes pretensiones, una relación calidad-precio estupenda. Un lugar para no perderse, recomendado!
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