No había oído hablar hasta ese momento de su jovencísimo autor, Rafael Martín Masot, granadino nacido en el año 1988 y que ya con 14 vio publicada su primera novela, titulada Abulagos. En el año 2006 Roca Editorial publica su segunda novela, La Luna Eclipsada, así que esta es su tercera novela, del año 2010.
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En la contraportada de la novela podemos leer:
¿Cómo reaccionaría una persona normal si, por azares de su profesión, llegase a tener pruebas de una monumental confabulación entre políticos corruptos, tiburones de las finanzas y distinguidos miembros de la más exquisita burguesía de su ciudad? El psicólogo Marc Viadiu puede que no sea una persona normal, pero el descubrimiento de esta trama de poder, sobornos, cohechos y maldad que no se detiene ante nada y es responsable del asesinato de uno de sus pacientes, lo lleva a una arriesgada determinación. Se presenta en la apartada y lujosa mansión de uno de los dirigentes de la perversa, “honorable sociedad” y le expone sus condiciones. Es un pacto que, sabe, “ellos” no van a aceptar.
MI LECTURA DE LA PRISIÓN DE LOS ESPEJOS
El argumento de esta novela resultaba a priori de lo más atractivo. Temas que por desgracia están ahora de máxima actualidad: corruptelas, intrigas financieras... y el planteamiento de que quizá pudiera ser que estuviésemos bajo constante vigilancia, que objetos cotidianos de los que no sospecharíamos jamás nos estuvieran espiando las 24 horas del día ¿posible? Pues quizá, al menos invita a la reflexión.
Marc Viadiu es un psicólogo de vida anodina y normal, con una mujer de muy mal carácter que lo tiene bastante anulado y con una gran depresión con pensamientos suicidas. Una vida rutinaria que de repente se ve alterada por el conocimiento de una trama en la que hay mucho dinero en juego, de manera que las vidas humanas no valen absolutamente nada cuando se trata de un fin millonario. El psicólogo ve entonces una manera de conseguir dinero fácil, pues uno de sus pacientes forma parte de esta trama y durante las consultas le ha revelado hechos muy jugosos. De la noche a la mañana Marc Viadiu pasa a ser un chantajista, o al menos a intentarlo, aunque no queda muy claro su verdadero fin, si forrarse de dinero o lograr que alguien haga lo que él no consigue hacer por si mismo y es quitarse la vida.
Aunque en ocasiones las actuaciones y reacciones de Marc Viadiu no son muy creíbles, en general el protagonista de esta historia me resulta bastante bueno y me gusta que tenga luces y sombras, más cerca del antihéroe que del héroe.
La trama se sucede con agilidad, a lo que sin dudas contribuyen los cortos capítulos en los que está dividida la novela, aunque por momentos me resultó un poco liosa la historia y algo desordenada, mejorando al final. La verdad es que me quedo con la sensación de que Rafael Martín Masot con su juventud ha escrito una novela muy digna y que es un autor que en el futuro seguro que nos ofrece lecturas mejores, no es que la novela me pareciese mala, en absoluto, pero creo que tiene momentos forzados y exceso de tópicos.