martes, 1 de abril de 2014

UNA SEMANA DE VACACIONES

En una de mis visitas a la biblioteca, me llamó la atención la portada y el título de esta brevísima novela. A Christine Angot no la había leído antes, ni siquiera conocía su afamada novela El Incesto. Seguramente de haber sabido de ella no hubiese llegado a mis manos esta otra de la que hoy os hablo porque, lo reconozco, no soy amante de la literatura erótica, no me llama la atención el género como tal, pero en las apenas 100 páginas de esta novela, Christine Angot hace mucho más que literatura erótica.
Si bien es cierto que el sexo es el personaje principal de la novela y está presente en todo momento de una forma explícita y con todo detalle, también lo es que la historia nos cuenta sin hacerlo cómo son y cómo se relacionan los personajes, un hombre en la cincuentena que pasa una semana de vacaciones en un pequeño pueblo francés con una chiquilla de apenas veinte años, sobre la que ejerce un dominio mental absoluto que lleva al plano físico.
La escritora sufrió abusos por parte de su padre cuando era niña, por lo cual, tanto en El Incesto como en Una Semana de Vacaciones pone en primer plano esas relaciones en las que uno de los implicados está en un plano de inferioridad y en las que el otro ejerce su poder sin apenas restricciones. Él quiere que ella le llame papá ¿son padre e hija? No queda claro, pero lo que sí está claro es que, incestuosa o no, esta relación no se produce en un plano de igualdad.
Él no deja de adularla, llevarla a restaurantes caros y comparar sus carnes prietas y suaves con las de su mujer, en las que se nota ya el paso de los años. Le susurra al oído que todas las cosas que le está enseñando sobre su propio cuerpo y el placer que puede dar, son un tesoro que le hará más feliz en el futuro... Pero ella "Planea, para la mañana siguiente, durante el desayuno, en el momento en que él se fume el primer cigarrillo, en la cocina, pedirle como prueba de amor que no haya gestos físicos en todo el día" (pág. 65). Y esto no ocurrirá, por supuesto, porque en su papel de dominador, además de todas estas frases también le recuerda que es una cría inmadura e ignorante que no está a su altura ni lo estará nunca.

Un texto que la autora confiesa haber escrito casi del tirón, que se lee con el corazón en un puño, con los cinco sentidos y sintiendo admiración por la maestría de la pluma a la vez que angustia por el sufrimiento de una mujer que empieza su vida.
«Un texto asombroso, una experiencia de lectura extraordinaria. En el instante de cerrar este breve volumen, tenemos la certeza de haber leído un libro inmenso» (Sylvain Bourmeau, Libération).
«Un texto poderoso, que lleva la prosa hasta los límites de lo que puede ser dicho» (Nelly Kaprièlian, Les Inrockuptibles).
«La escritora explora a fondo la perversidad de su padre. Una historia implacable y alucinante... Un libro duro, metálico, que nos atrapa hasta el final. Sin duda, el mejor que ha escrito hasta la fecha» (C. Ono-dit-Biot, Le Point).

8 comentarios:

  1. Me parece que con esta no me animo. Besos.

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    1. Entiendo que a priori no llama, pero es una gran lectura! Bss

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  2. Me apetece mucho leerlo, este tipo de relaciones enfermizas siempre me han llamado la atención.

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    1. Pues si es así, te gustará mucho, porque es muy tormentosa!

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  3. No me hubiera fijado en este libro. Pero con tu reseña capta toda mi atención.
    Besotes!!!

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  4. Pues a mí tampoco me suena esta autora ni había oído hablar de "El incesto". Tomo nota, que hay veces que un libro no te llama pero lees una reseña y ya te llama un poco más. ;-)

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