miércoles, 6 de agosto de 2014

EN EL PISO DE ABAJO

Tras leer la reseña de Paco, del blog Un Lector Indiscreto, supe que este libro iba a gustarme. Lo pedí en la biblioteca y en pocos días estaba sumergida en las memorias de Margaret Powell, que nació en Hove casi con el siglo XX, en una Inglaterra en la que las diferencias entre las clases sociales eran tan gráficas como el título de este libro: Arriba estaban "ellos" y abajo "nosotros", ese nosotros del que habla Margaret en pasado y primera persona, transcurridos ya sesenta años y con la perspectiva de la edad.
Con quince años, Margaret, que había conseguido una beca y deseaba estudiar, se vio obligada a entrar como pinche de cocina porque sus padres no podían permitirse el lujo de que ella no ingresara nada y además supusiera un gasto para ellos.

Y así, empezamos a conocer de la pluma de Margaret sus vivencias cotidianas, fiel reflejo de la sociedad en la que creció, y de la que habla sin rencor, sin maldad y a pesar de los años, con cierta inocencia e incluso disculpando ciertas actitudes de aquellos que más tenían y despreciaban o simplemente ni tan siquiera veían a los que, como ella, se ocupaban de cuidar a sus niños, de darles de comer o de que la casa estuviese caliente y limpia.
Con un lenguaje muy sencillo, casi como si estuviese charlando con nosotros, nuestra protagonista comparte sus vivencias en pasado y sus reflexiones en presente.
Las relaciones con el resto del servicio de las diferentes casas en las que estuvo...
"Las niñeras eran una especie de vínculo entre nosotros y la gente de arriba. En muchos sentidos, para ellas eso debía ser problemático. Pasaban más tiempo con la gente de arriba; llevaban a los niños al salón antes de mandarlos a la cama, se sentaban con "ellos" en el salón y sin embargo, desde luego no eran "ellos". Pero cuando bajaban tampoco eran "nosotros" (pág. 86)
Sus impresiones sobre aquellos a los que servía...
"Teníamos la sensación de que lo que se hacía en los pisos de arriba, por más que se prestara al escándalo, el cotilleo y la risa, era un privilegio que tenían, y no porque fueran mejores que nosotros, sino porque tenían dinero y de nada servía tener dinero si no te saltabas las normas" (pág. 117)
Su relación con los fogones con el paso de los años...
"Todo arte es público, ¿verdad? Quiero decir que la gente que pinta, esculpe o escribe libros necesita un público, por eso hace lo que hace. Pues pasa lo mismo cuando eres cocinera, que necesitas que alguien lo saboree y lo aprecie, no solo alguien que diga: No está mal" (pág. 194)
Y un maravilloso colofón final de alguien que se dejó literalmente las manos sirviendo, que no pudo hacer aquello que más quería y para lo que además estaba preparada y cualificada, una mujer que nos enseña una gran lección de vida, que es la de adaptarse y ser feliz con lo que le tocó vivir y, además, no renunciar a sus sueños. Margaret estudió en su vida adulta, ya con sus dos hijos en el mundo, y escribió su libro con seis décadas ya y con la mente puesta en sus futuros estudios universitarios.
"No estoy amargada por haber tenido que trabajar en el servicio doméstico. Con frecuencia me pregunto qué habría sido de mi de haber cumplido mi ambición de ser profesora, pero ahora soy feliz y, a medida que mis conocimientos se ensanchan y mis lecturas se amplían, encaro el futuro con buen ánimo." (pág. 213)
Una lectura muy amena sobre la vida cotidiana, me ha recordado a uno de esos documentales entretenidos y bien contados que enganchan porque además de enseñarnos nos entretienen.

6 comentarios:

  1. Ya tenía fichado este libro gracias también a Paco. A ver si puedo hacerme con él prontito, que tu buena reseña me deja aún con más ganas.
    Besotes!!!

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    1. Me encanta que te haya gustado mi reseña, seguro que el libro también te gusta!

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  2. Yo lo conocí gracias a Carmen y amigos y, recientemente fue Paco el que lo reseño. Me enamoré de la novela desde que la vi por primera vez.

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    1. Anímate a leerla, es cortísima, 200 páginas que se leen en dos patadas! Bss

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  3. Una verdadera joya literaria. Todo un testimonio de cómo vivían las clases más bajas de la sociedad en aquella época. Ya lo creo que merece la pena su lectura. Bss.

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  4. Ya sabía yo cuando leí tu estupenda reseña que me iba a gustar!

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