lunes, 27 de mayo de 2013

PAZO ESPOSENDE

El 12 de mayo se celebró la tercera edición del Aviaman, una prueba de triatlón de larga distancia, conocida por la dureza de su recorrido y consistente en 1900 metros de natación, 90 km de ciclismo y 21 km de carrera a pie. El lugar de celebración era el embalse de Castrelo de Miño, bastante distante de nuestra casa, sobre todo teniendo en cuenta que a las 7 de la mañana los triatletas tenían que estar ya preparados para el comienzo de la competición.

Teniendo esto en cuenta, decidimos buscar alojamiento en las proximidades, y dimos con una casa rural, el Pazo de Esposende, donde hace dos años ya tratamos de alojarnos y no pudimos al no admitir perros, pero esta vez sí nos admitieron al peludo, así que no dudamos en reservar en esta edificación del siglo XVIII rehabilitada con mucho gusto, con un precioso patio, en una ubicación tranquilísima en la comarca del Ribeiro, donde lo único que se escuchaba por las mañanas era el trino de los pájaros, una maravilla.

Estuvimos muy cómodos y los dueños fueron más que amables con nosotros, teniendo muchísimos detalles, como ir a buscar unos yogures para el niño en cuanto supieron que no tomaba ColaCao por las mañanas.
Hizo mucho frío por la noche y nos encendieron la calefacción, cosa que se agradece y aunque parezca increíble no siempre se hace en el mes de mayo... pero es que eran 5 graditos de madrugada, ahí es nada.
Las habitaciones tenían cada una su propia decoración, la nuestra en azules y con piedra a la vista en las paredes, algunas rocas impresionantes. El baño tenía todo lo necesario y con la comodidad de contar con dosificadores para el gel de ducha y el jabón de manos, más práctico que los típicos jaboncillos enanos.
La única pega que le pondría a este sitio, en el que estuvimos muy a gusto y cuyo precio fue muy bueno, es el desayuno: uno espera algo más de un desayuno en una casa rural, alguna cosa especial, casera, de la zona... y nos faltó, nos sirvieron tostadas, bollería industrial, café y zumo natural, hubiera preferido un bizcocho casero, o mermelada... una pena, pero aún así, repetiremos el año que viene si volvemos a esta prueba porque nos quedamos encantados.



Aprovechamos la situación de la casa rural para darnos un paseo por Ribadavia, una localidad preciosa, con un ambientazo en la plaza mayor, llena de terrazas y animadísima, y un barrio judío y un castillo que no pueden dejar de visitarse. Os animo a perderos por el casco histórico de esta localidad y dejaros tentar por los dulces judíos de la tahona de Herminia, totalmente artesanales e imprescindibles para los más golosos.
Después de pasear y tomar algo en Ribadavia nos fuimos a relajar a la Villa Termal de Prexigueiro, a unos diez minutos en coche del centro de la villa: cinco termas japonesas con distintas temperaturas situadas en el valle del río Cerves, rodeadas de un denso bosque de pinos. Un lugar muy tranquilo, con muchas zonas de sombra y una cafetería con amplia terraza en la que tomar algo también. Se puede ir en familia, con niños a partir de cinco años, y la visita se puede improvisar, lo alquilan todo, desde el bañador hasta las chanclas pasando por las toallas. Eso sí, es obligatorio llevar el pelo recogido, aviso a melenillas!
Aquí tenéis algunas disculpas para visitar la comarca del Ribeiro... ¿Os animáis?


12 comentarios:

  1. Qué pena lo del desayuno, porque el sitio tiene una pinta estupenda. Ya te haré yo uno de mis bizcochos de naranja para que te lo puedas llevar puesto, jajaja.

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  2. En el desayuno, mientras me hagan buenas tostadas me vale

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  3. Me has tocado la vena sensible. Desde hace siete años, voy cada verano a la Costa da Morte, me alojo en un pazo, el Pazo do Souto, una verdadera maravilla de lugar. Si me hablas de un pazo, me derrito...

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  4. Me lo apunto, que me gusta mucho, aunque el desayuno no fuese muy allá. Un beso.

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    1. Quitando ese detalle, es fantástico el pazo, más que recomendable!!Bss

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  5. Qué bonito! Lo de las termas me encantaría verlo.
    LO del desayuno una pena...pero las dos últimas veces que he ido a casas rurales...no me había parado a pensarlo pero si es cierto que me pusieron un desayuno como el que describes y si se echa en falta algo de la zona.
    Un beso!

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    1. Pues sí... es el punto débil y espero que se den cuenta y lo mejoren. Bss

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  6. Qué bonito este Pazo, lástima lo del desayuno. Algo así nos encontramos en Asturias en una casa rural, un café horroroso y bizcocho casero pero bastante soso y quemado, jaja
    Gracias por el regalo ;)
    Besos

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