sábado, 14 de mayo de 2011

APARTHOTEL REAL RESIDENCIA, LISBOA


Cuando llegamos a Lisboa tuvimos la desagradable sorpresa de un overbooking en el hotel que habíamos reservado, que nos desvió la primera noche a estos apartamentos de cuatro estrellas, donde estuvimos en régimen de alojamiento y desayuno.

La primera impresión al llegar es que el edificio es bastante pobre, dejamos el coche en el aparcamiento de la parte de atrás, que no era cubierto, y la verdad es que no nos causó buenas sensaciones. Al llegar a la recepción, minúscula, nos sorprendimos bastante porque en un cuatro estrellas esperábamos al menos más amplitud... El recepcionista, que sabía que íbamos cansados y disgustados por el incidente, fue muy amable, nos facilitó un plano de la ciudad y nos dio una información básica sobre las paradas de metro más cercanas.

Tuvimos que subir al apartamento en dos tandas, porque los ascensores eran minúsculos. Los pasillos nos parecieron muy estrechos y las puertas de acceso a los apartamentos están pidiendo a gritos que las cambien... Al entrar la sensación mejoró bastante porque el apartamento es muy acogedor y está limpísimo.
En la salita nos habían preparado el sofá cama para el niño, y una cuna en la habitación, imagino que para que eligiéramos, y menos mal que lo hicieron, porque la cuna estaba desvencijada y no hubiéramos podido usarla.



NUESTRA HABITACIÓN




La cocina estaba impecable, aunque la cubertería estaba mal pensada, las cucharas eran soperas o de café, no había nada intermedio, y si hubiéramos querido cocinar el menaje era bastante escaso, además de que no había productos de limpieza, bastante sorprendente.

El cuarto de baño estaba bien equipado, las amenities generosas, pero una horrorosa cortina en la ducha, limpia, pero obsoleta... al igual que la grifería...

La habitación estaba bastante bien en cuanto a dimensiones, pero creo que le sobraba un mueble. A los pies de la cama había una mesa de escritorio que hacía que el paso fuera muy justito y no tenía mucho sentido en un apartamento con sala.

Las almohadas eran bastante cómodas, pero el colchón nos resultó muy blando, no dormimos demasiado bien, aunque en estas cosas ya se sabe que cada uno tiene sus gustos.

Al día siguiente nos pusieron a la puerta de la habitación los desayunos a las 7 y media. Nos pusieron sólo dos, así que tuvimos que compartir con el niño, algo que no entendí porque habíamos reservado habitación triple, otro fallo que en esta categoría no resulta comprensible.
El hotel que nos desvió aquí nos ofreció quedarnos el resto de noches o trasladarnos a un cinco estrellas de la misma cadena, por lo que sin dudarlo, nos marchamos de los apartamentos.

2 comentarios:

  1. Pues sí, yo creo que también me habría marchado de los apartamentos...

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  2. No sabía que en los hoteles también pudiese haber overbooking. Yo también me hubiese ido al hotel, sin duda.

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