Esta semana tuve ocasión de disfrutar por fin de la comida de El Yunque a mediodía: Podemos elegir comer a la carta, con opciones de ensaladas, pastas, arroces, carnes o pescados, así como postres caseros, optar por alguna de las sugerencias del chef que van variando o bien el menú del día, que es una opción fabulosa con cuatro platos a elegir cada día.
Cuando estuvimos nosotras, este era el menú:
Primeros platos
Calabacín relleno de carne
Queso fresco a la plancha
Ensalada de pasta
Cóctel de gambas
Segundos platos
Jarrete de ternera estofado con patata amarilla
Jurel escabechado con cachelo
Chuleta de pavo a la plancha
Pescadilla frita o a la plancha
Postres
Melón natural
Tarta de queso
Mousse de chocolate
Como veis, las opciones de lo más variado y a gusto de todos.
NUESTRA ELECCIÓN
En las mesas próximas circulaba el calabacín relleno con una pinta fabulosa y que ha quedado fichado para otra ocasión.
El segundo plato que elegimos fue el jarrete estofado, una carne tiernísima, con una salsa de toma pan y moja (además el pan era un molletito pequeño de vicio), patatas y guisantes. Dado el tamaño de la ración fue totalmente imposible terminarla, y de verdad que me da muchísima pena dejar comida, incluso renuncié a las patatas para tratar de terminar la carne, pero nada de nada, hay que ir con muchíiiisima hambre o tener un buen saque, os lo aseguro.
Para finalizar, y porque lo dulce tira mucho, elegimos postre. En esta ocasión no coincidimos, así que pudimos probar dos postres, la tarta de queso, casera, hecha al horno y exquisita, y la mousse de chocolate, también casera y que no se quedaba atrás en absoluto.
En el menú además de los dos platos y el postre, el pan y el café o el postre (a elegir), se podía tomar un vino, agua o refresco, todo ello por el ajustadísimo precio de 10 €. Creo que no se puede pedir más.
En fin, un lugar en el que seguro repetiré y que os recomiendo totalmente. El servicio fue rápido y cordial, sin agobios, como tiene que ser.
El local tiene mobiliario modernillo en color negro, pero manteniendo las paredes de piedra a la vista, mezclando con acierto lo moderno con lo tradicional. Siento no poder poner más y mejores fotos, pero sólo tenía mi móvil del pleistoceno e hice lo que pude...
¡¡¡¡Qué bien comimos!!!! y viendo lo que tengo en casa para cenar... que penita de no habernos traido lo que nos sobró en un tupperware, jajajja :-)
ResponderEliminarIrresistible, me comería todo! las fotos... ay qué hambre!!! qué bien se come por esas tierras... podéis mandarnos un tupper¿?
ResponderEliminarUn besote!
Lourdes
Ufff, qué rico todo. El día que por fin me anime a conocer Compostela se me va a acumular el trabajo, jaja.
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